La siguiente historia tiene como principal protagonista a mis secreciones nasales, asi que si no andan en ánimo escatológico, absténganse.
El polen de árbol (al parecer abedul) por fin consiguió mi nueva dirección y decidió atacarme éste año. Los últimos días he andado muy cerca de mi caja de kleenex. En una de tantas sonadas de nariz, vi con horror que los depósitos, además de mostrar la normal cantidad copiosa de mocos transparentes, contenían muchos puntos negros como la noche. Cualquiera diría que había estado inhalando polvo de grafito. La sonada anterior: limpia, la sonada posterior: limpia, solo esa venia super poblada de concentraciones de polvo negro. Monté en pánico y le mostré el asunto a Niv, quien procedió a afirmar que seguro era polvo y que no había de que preocuparse. La lógica apuntaba a que tenía razón, pero es muy perturbador ver salir cosas negras de la nariz de uno (o de cualquier parte del cuerpo, ciertamente).
Decidí guardar el kleenex con la evidencia y hacer una visita al otorrinolaringólogo, cuya oficina está en el edificio de junto. Al día siguiente tuve que esperar un rato para ver al doctor, que confirmó el diagnóstico de mi marido, era polvo y por más raro que suene, esas cosas pasan. Yo sospecho que el polvo era importado del desierto californiano, pero vayan ustedes a saber. Me recetó un antihistamínico más fuerte que Santa Loratadina y puedo reportar que mi nariz se encuentra mucho más feliz ahora... pero el sobresalto nadie me lo quita.
4 comentarios:
Recuerdo que después de cada día de Austin City Limits, sobre todos en los años que está más seco, ando sacando moco negro por horas y horas en la regadera. Los dejo con esa bella imagen.
Si caray, los mocos negros son bien feos. Y ya que estamos compartiendo guarradas, a mi me salen mocos negros en forma de uña después de pasear en bici.
Alegremonos y agradecamos no ser como esta pobre gente:
http://io9.com/5210651/man-grows-5-centimeter-tree-branch-in-his-lung
Marquitos: a mi también me pasó lo de ACL, pero eso fue parte del susto, no se parecía para nada a esa ocasión.
Opino que guardes el kleenex para que, cuando vengas a México, nos los muestres a todos. Podríamos llamarla la reunión del moco negro y, de hecho, podríamos formar una cofradía, de nombre obvio.
Voy a empezar a guardar los míos, que por desgracia son verdes, pero de algo servirán en nuestras solemnes reuniones.
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