Gracias a que Niv se adelantó a Austin un par de meses, contactó a una agente de bienes raíces y estuvimos viendo casas listadas desde un mes antes de que yo llegara. Ya con esa información, decidimos empezar a ver opciones pocos días después de que llegué. Resulta que la segunda casa que vimos el primer día nos robó el corazón. Nunca entendimos por qué nadie había puesto una oferta por ella en varios días, pero aprovechamos el hecho y la pusimos nosotros. Los dueños la aceptaron y procedimos a la parte en la que se inspecciona la casa antes de negociar la compra. Mi maridito querido salió de la ciudad una semana y media, así que yo tuve que ocuparme de la inspección. La cosa se puso emocionante cuando la inspección reveló que la casa se veía divina, pero que las tripas estaban en mal estado. La instalación electrica era viejísima y el aire acondicionado estaba moribundo, además de varios otros detalles.
Aquí empezaron unos días de locura, porque tuve que ensamblar documentos para la negociación y hablarle a varios reparadores para estimar costos. Niv me ayudó desde lejos, pero la tensión estuvo chula por acá. Gracias a que nuestra agente es un tiburón del negocio acabó logrando que nos ofrecieran más compensación de el mínimo que nos pusimos como límite para aceptar. Al final, yo tuve que firmar el papel que decía que comprábamos la casa mientras Niv volaba sobre el oceano de regreso.
Ya que nos dieron las llaves, tuvimos que proceder a comprar muebles a lo bestia y arreglar el aire acondicionado y la electricidad. Camas y aire a menos de 30 grados eran nuestros requerimientos mínimos para mudarnos. Afortunadamente encontramos recomendaciones de amigos que nos conectaron con el círculo de paisanos que hacen buena chamba y más barata que los no paisanos. Fueron dos semanas medio desastrosas y en chinga, pero eventualmente logramos los objetivos y nos pudimos mudar. Aqui tengo que mandar un aplauso a nuestro buen Martin, que se rifó ayudándonos mucho con la armada de muebles de IKEA. Por cierto, también tengo que mencionar que IKEA es uno de las mejores creaciones del capitalismo moderno, AMO esa tienda profundamente.
A estas alturas, los tres disfrutamos enormemente nuestro nuevo espacio, aunque la verdad ya estoy desesperada porque lleguen mis cosas de cocina. eso de vivir con un comal, un sartén, una ollita y cero herramientas, ya me cansó. Esperemos que pronto llegue el cargamento.
En suma, creo que tuvimos una suerte enorme de encontrar uan casa tan bonita, tan pronto. Ya que quede lista con todos sus contenidos, prometo sacarle fotos y chismear más en detalle sobre la casa y el barrio como tales. Les dejo dos fotos que tomamos el día que nos dieron las llaves.
En la hermosa barra de la cocina-comedor-sala |
Desde fuera. |