28.4.08

Bay area

El vuelo red-eye nos depositó en el aeropuerto de San Francisco a las 5:30 de la mañana. Afortunadamente mi querida Shizuka se apiadó de nosotros, nos fue a buscar y nos proveyó una cama en la que pudimos tomar un par de horas de siesta antes de partir hacia el campus de Stanford donde me tocó dar una breve charla de 15 minutos en un seminario. La audiencia fue muy amable y entusiasta, creo que es donde más preguntas he recibido dando esa plática. Asi acabaron mis obligaciones laborales en este tramo del viaje.

El resto del día lo de deiqué a pasear por el campus y tomarmela tranquila. En la noche mis amigos me dejaron invadir su cocina para cocinar rajas con queso y crema, cosa que los hizo felices a ellos, pero me hizo mucho más feliz a mí. Las rajas son el platillo que más extraño desde que me mudé a Europa.

El día siguiente Marcelo nos llevó a un gran paseo. Primero paramos a visitar un magnífico bosquecito de árboles redwoods (sequoias). Luego manejamos hacia San Francisco por la carretera de la costa, que está llena de vistas espectaculares. Paramos a almorzar en un muy aceptable restaurant mexicano (unas chilacas rellenas deliciosas) y seguimos hacia la visita cultural del día, el museo Legion of Honor. Nos atrajeron al museo dos exhibiciones temporales. La primera era sobre antigüedades israelís, con algunos objetos de 5000 años de antigüedad, un fragmento de un rollo del mar muerto, y objetos variados de las épocas de ocupación romana. La segunda era la magnífica retrospectiva de Annie Leibovitz, con las fotos recopiladas en el libro llamado A photographer's life: 1990-2005. Siempre es un placer ver las fotos de esta mujer, pero en particular me conmovieron mucho las múltiples fotos de Susan Sontag en los meses y días previos a su muerte. Algo que me extrañó particularmente fue que en la introducción de la exposición se refieren a Susan Sontag como "su amiga de muchos años". Que yo sepa siempre fueron muy abiertas con su relación, asi que se sintió muy raro el eufemismo.

Niv insistió en que fueramos a Twin Peaks para aprovechar la luz de atardecer y tenía toda la razón, ¡que vista más espectacular!. Desde ahi se puede apreciar completita la bahia, todos los barrios de San Francisco, Berkeley, Oakland, los puentes, el agua... fabuloso. Rematamos el día con una visita a un restaurante chino donde sirven Dim Sum todo el día. Engullimos varios tipos de dumplings y un par de platillos picositos buenísimos. Cerré mi atasque de comida oriental al día siguiente con Shizuka. Me llevó a un restairant de sushi que ella no conocía y quedamos muy contentas las dos. Tuve un momento tipo When Harry met Sally con un par de piezas de sushi de atún Toro que todavía me sacan lagrimitas cuando las recuerdo. Shizuka moría de risa con mis expresiones.


La iglesia en el campus de Stanford

Shizuka primaveral

Mosaico dentro de la iglesia

Uno podría vivir bajo uno de esos árboles

Ex redwoods

Marcelo y Niv en una parada costera

¿Me creeran que la escultura es de vidrio?

Legion of Honor

Parece poster, pero juro que es el puente real

Desde Twin Peaks

Chulada de parque

25.4.08

Honolulu

Nuestro último día en Hawaii nos tocó pasear por Honolulu, particularmente por Waikiki, la zona más turística. Lo primero que me sorprendió fue el reducido tamaño de la famosa playa de Waikiki, es una tirita bastante breve de arena, que por lo tanto está atascada de gente. No me quiero imaginar cómo se pone en temporada alta.

Alguien me había dicho que Honolulu es uno de los lugares con mejor comida japonesa fuera de Japón, asi que me aferré a ir a un restaurant nipón, les gustara a los demás o no. Caminando y preguntando fuimos a dar al mejor restaurant japonés que yo he pisado en mi vida. Cada platillo venía acompañado de montones de platillitos al lado, que casi nunca supimos bien a bien que eran, pero que nos zampamos con singular alegría. Yo pedí una combinación de sashimi que me hizo infinitamente feliz, ¡hasta el calamar estaba buenísimo!, y los pescados ni se diga. La gloria chico, la gloria.

Decidimos visitar el acuario de Waikiki, entre otras cosas para escondernos un poco del sol, que ya me había cobrado una factura seria los días anteriores. El acuario resultó muy variado y educativo. Hubieron varias especies que yo nunca había visto antes, o no de tan cerca. Les dejo algunos ejemplos en las fotos de abajo.

Cerramos el paseo con una cena tempranera antes de partir al aeropuerto para nuestro vuelo red-eye. Los vuelos red-eye, son aquellos que salen en la noche de una locacion al oeste, para llegar en la mañana temprano de una locación al este. Digamos que le acortan a uno la noche y por eso quedan los ojos rojos, de ahi el nombre.


Waikiki beach¿Palmera borracha de sol?
Claudia y yo jugando al Tarzán
Los primos de Nemo
Nautilus


El camarón austriaco
Huma Huma Nuka Nuka Apua' A
¡Almejas verdes y azules!


22.4.08

El cielo y yo

En principio mi interacción con el cielo es intensa. Entre que vivo de la versión nocturna de él y que cada vez que me trepo a un avión le hago una visita cercana, es un hecho que el cielo es importante para mí. Lo que también es un hecho, es que bien a bien, nunca había estado en el cielo como tal... eso cambió en Hawaii.

Katelyn y Joe ofrecieron como una de las posibles atracciones alrededor de la boda, la oportunidad de aventarse en paracaidas. Pidieron que la gente avisara con anticipación para hacer reservaciones. Yo me la estuve pensando durante varias semanas, pero siempre me las ingenié para inventarme una o más excusas para no hacerlo. Llegado el día, Claudia y Jared me hicieron montón y me convencieron de apuntarme. De camino al "aeropuerto" (que estaba al otro lado de la carretera de nuestro campamento, secretamente esperaba que dijeran que no había lugar para apuntados de último momento. Ya sentada en la salita donde uno tiene que firmar papeles, me resigné a mi destino. Ni siquiera la draconiana forma que uno tiene que firmar ocho veces, y que dice que uno puede morir o quedar severamente lastimado de una y mil maneras, y que ellos no tienen la culpa de nada si eso pasa, ni siquiera eso me detuvo (por supuesto decidí no leer la mayor parte).

La espera fue larguiiisima porque había cola y éramos más de veinte en nuestro grupo. Al principio estábamos nerviositos, luego hambrientos, luego impacientes, luego cansados y luego emocionados. Cuando por fin apareció mi nombre en una de las listas, decidí reirme de que fuera en el grupo número 13, me rei menos cuando vi el letrero "Fuel after 13" (combustible después del 13). Una de las cosas más simpáticas de compartir la experiencia con tanta gente, es que todo mundo se dedica a hacer chistes más y más de humor mórbido y negro conforme pasa el tiempo. En particular las familias de los novios, que se aventaron todas menos las respectivas madres. La otra cosa chida fue que los invitados a la boda que no se aventaron, de todas maneras fueron a sentarse con los demás y echar la chorcha.

Cuando ya llega la hora en la que llaman tu nombre, es imposible evitar los nervios. Todos pusimos caras de concentrados con las explicaciones de nuestra "pareja" (el encargado del tandem de cada uno), pero en el fondo nos queríamos morder las uñas. Ya que estas en el arnés y caminando al avión, no queda mucho con que distraerse, menos cuando te trepas al avioncito en el orden en el que te vas a tirar. El avión comienza su vuelo mostrándonos unos paisajes de ensueño, eventualmente las nubes cubren los paisajes y uno pierde completamente la base para medir que tan alto se está... y el avion sigue, y sigue, y sigue subiendo, muchísimo más de lo que me hubiera imaginado. Yo hubiera jurado que a la hora de brincar no iba a poder dejar de gritar, y que la caida se iba a sentir como una montaña rusa a lo bestia. Solo esperaba poder mantener los ojos abiertos y alcanzar a ver algo.

La parte buena del método tandem, es que uno no puede meter las manos para nada, no hay nada de que agarrarse y el salto depende solo de cuando la "pareja" decida hacerlo. Una décima de segundo después de brincar, se siente rudo en la panza, pero la décima de segundo siguiente la sensación cambia por completo. Cuesta trabajo explicarlo, pero la cama infinita de blanco y la velocidad terminal lo ponen a uno en un estado casi místico, de relajación total, de paz total, de completez total. Durante la caida libre, que duró unos 45 segundos, me quedó clarísimo que había tomado una de las mejores decisiones de mi vida ese día. Alguien del grupo lo describió como estar en la matrix y la neta no es mala la descripción, no se siente como nuestro mundo, se siente como otra dimensión. Al instante de entrar a la capa de nubes, uno se acuerda de que tiene piel y terminales nerviosas porque hace un frio del carajo y las partículas de agua impactan con enjundia. Es como cruzar un refrigerador a toda velocidad. Dura tres segundos.

En el instante en el que uno sale de la nube y comienza a ver el suelo, la "pareja" abre el paracaidas y todo cambia radicalmente. La visión se vuelve como un tranquilo y silencioso paseo en helicóptero, la diferencia es que el paracaidas se menea bastante (viendo el video me sorprendió ver cuanto se meneaba). Estoy convencida de que escogí uno de los mejores lugares en la tierra para aventarme. Los colores turquesa del agua junto al verde intenso de las montañas hacen un paisaje de ensueño. La parte final de la bajada ocurre tan rápido que es imposible asustarse de nada, no da tiempo. Lo único que lamento es haber sido al primera fuera del avión porque hubiera estado chido ver a los otros flotando abajo, no vi nada de nada más que una buena porción de O'ahu.

Sí, uno se siente completamente eufórico y heróico al salir caminando de ese campo. Claudia Jared y yo corrimos a abrazarnos después de caer. En particular, les tuve que agradecer encarecidamente el haberme convencido de brincar. Como dijo mi "pareja" es lo más divertido que se puede hacer con la ropa puesta.

Nos quedamos un rato más para esperar al grupo de los novios, que fue el último en brincar. A ellos los recibimos con gritos, aplausos, fanfarrias y nalgadas (costumbre de los jugadores de frisbee). Todos salimos de ahi con una sonrisa que no se nos borró en muchos días, el producto de haber tenido un encuentro cercano con el cielo.


La fatal forma

La larga espera
Las tres mosqueteras (más la última víctima)
Joe T. fue de los primeros en brincar y celebrarlo
Mi grupo
Mi "pareja"
Las caras de mi grupo
La euforia posterior

Los certificadosKatelyn, genio y figura
Los novios, ya de vuelta

Mi paracaidas es azul con rojo, es el primero en caer

20.4.08

Boda hawaiiana

La boda fue el domingo temprano. El oficiante fue un amigo de la pareja que hizo una linda, simpática y breve ceremonia. El elemento hawaiiano fue que cada miembro de la pareja recibió simbólicamente a los miembros de su nueva familia brindándoles un collar de flores. Katelyn y Joe me pidieron que hiciera una breve lectura durante la ceremonia, cosa que hice con muchísimo gusto y con la muy valiosa ayuda de mi señor padre, que me proveyó con la versión en español de los textos que acabé utilizando. Aqui les dejo la lectura como la hice en inglés.
In the nascent stages of loving, of falling in love, we all live the experience of an awakening, a revelation, a re-birth. Before this experience we all used to live among the mundane things, the necessary things. Now we live in a different plane, which is the only one that deserves the name of reality. We now get a sense that there is an order to things, a graspable truth, that there is a fundamental agreement between the realms of pleasure and duty. We feel part of the cosmos. When in love, one looks at oneself, looks at one’s past life with brand new eyes.

The community constituted by two people in love comes not from a pact, but from a passion, the pact comes later. With falling in love comes not only love itself, but also a new project of life. The person we fall in love with is both a goal and a medium. A goal because they are thoroughly desired, and a medium because they constitute the way, the gate through which we come into a new life.

A couple in love moves towards a fusion, but at the same time each member is searching for self realization. True love produces profound irreversible modifications, this is the reason why it lasts.

Francesco Alberoni (fragmentos de "El vuelo nupcial")
Al final la ceremonia fue breve, emotiva y muy muy bonita. Realmente es difícil que salga fea una boda en la playa, pero ésta pareja en particular le puso un encanto especial, realmente son un complemento perfecto el uno del otro. Las flores y lo bien que se veia la novia ayudaron al encanto.

Después de la ceremonia vino una recepción-desayuno en la que se dijeron discursos y se hicieron brindis con jugos tropicales. Inmediatamente después, la gente procedió a utilizar los muchos juegos que estaban regados por el jardín. Fue muy curioso ver a gente con atuendos para una boda jugando a aventar pelotas o cosas similares.

Yo fui de las primeras en hacer una graciosa retirada para tomar una siesta. Cuando desperté, el lugar estaba desierto porque ¡todo mundo estaba tomando una siesta!. Hacia la tarde, las familias y otros sobrevivientes nos sentamos en la playa, algunos nos metimos al (gélido) mar. Alguien cayó en cuenta de que quedaban muchas botellas de champagne, las cuales procedimos a consumir en elegantes vasos de plástico.

Aca les dejo algunas fotos. La ley de Murphy se encargó de que justo durante la ceremonia algo se le embarrara al lente de mi cámara y por lo tanto als fotos tienen un aura rara que no viene al caso... ni modo.


Claudia, Jared y Niv

Joe (el novio) y Jim (el papá de la novia)

El lugar de la ceremonia

El portaflores

La novia y sus padres

Leyendo el texto (y tratando de mantener mi vestido en su lugar)





La familia de Austin







18.4.08

Hawaii

Como dije antes, la razón principal de éste viaje fue estar presente en la boda de Katelyn y Joe. Ella y yo estuvimos juntas en el posgrado y ella fue a trabajar a Honolulu después de graduarse. Para su boda, decidió rentar entero un sitio de campamento (con habitaciones, afortunadamente) por un fin de semana entero, de viernes a lunes. Cada día estuvo lleno de actividades variadas, que por momentos nos hicieron sentirnos como en curso de verano. Más adelante me extenderé sobre una de las actividades en particular, pero mientras les platico de otras.

La playa era espectacular a la vista, pero sorprendentemente fría al tacto, aun asi varios se animaron a snorquelear y boogiebordear. Parte de la diversion era evitar las varias formaciones rocosas. Como sea, aun sin nadar, era de lo más placentero sentarse en la playa a echar la chorcha.

La boda fue el domingo en la mañana, pero el reven ocurrió el sabado en la noche. Con muy buen tino, Katelyn y Joe decidieron organizar una noche de micrófono abierto, en la que cualquiera podía treparse y hacer alguna gracia. Claudia y yo preparamos un número en el cual listamos experiencias variadas con Katelyn, varias de ellas dichas en forma eufemística porque de otra manera su señora madre se hubiera escandalizado un poco. La mayoría son referencias oscuras que solo Katelyn y un par de personas más podían entender a profundidad. Mi meta era que ella se riera y la meta se cumplió, en más de una ocasión soltó una carcajada solitaria. Reproduzco aqui el texto, pero me da flojera traducirlo asi que va en el inglés original. En algunos casos adjunto breves explicaciones. Las iniciales indican quién leyó cada parte.

Interesting teachings and assorted good times with Katelyn

Teachings:

E - If you want to cheer up a large group of astronomers, Katelyn can show you how to do it with a simple recipe of banana flambee (nos ha puesto una peda con esos plátanos...)
C - It takes a special talent to locate the ultimate drinking spots, specially those that only have happy minutes... on a hookie day
E - Katelyn always aimed to entertain her audiences by including adequate acronyms in her talks (ponía (¿pone?) las peores guarradas del mundo)
C - If you need an enthusiastic buddy to throw the frisbee in the greatest wind tunnel on Earth (aka outside RLM), Katelyn is the one.
E - How many astronomers does it take to screw off a light bulb when it's getting on the way of happy beer drinking at the crown?... one, Katelyn
C - If you want to acquire tropical fruits (from someone else's garden), Katelyn is your best buddy, she'll leave you stranded with your towel around your ankles.
E - We know now that we have a remarkable cardiac resistance to sudden *very* loud noises thanks to surviving Katelyn's sneezing
C - She showed us a peculiar way to profess devotion to literary/film characters, in particular certain hobbits from "The Lord of the Rings"
E - She can teach you interesting alternatives of how to relax using Chinese serenity balls
C - If you need to distract the border patrol while your are openly munching on freshly made illegal bread and smuggling it through the Mexican-American border, Katelyn is your woman
E - Never, NEVER invite your entire family and non-astronomy friends to a talk on your field of expertise on the day of your PhD defense... it backfires.

Anecdotes:

C - Her remarkable will to continue to study astronomy despite having not one but *two* close rear encounters with an astrovan
E - A bunch of us had tickets for a Suzanne Vega concert. This had the consequence of us getting a heartfelt interpretation of Tom's diner by Katelyn about 12 times a day for a week before the concert. (tututuru tutururu tututuru tutururu)
C - Katelyn had to use up all the zen patience within her to grasp and process the many deep meanings of the phrase "I see the sea"
E - Where else are you going to find a willing partner to do an international weekend trip with the sole purpose of purchasing shoes? (fuimos a Monterrey a comprar zapatos, lo juro)
C - In reminiscing of my time with Katelyn, the ultimate memory was when Lady Marmalade had a turbulently flowing melee with Fluffy Kittens.

Hubo otra docena de números presentados en la noche, la gran mayoría buenísimos, piezas musicales, canciones, bailes, poemas, y hasta acrobacias. Hubo gente que tuvo menos consideración con la madre de la novia y presentó números más subidos de tono. Entre ellos, una coreagrafía de grupo buenísima llamada cunt the cake, una canción blusera con fuertes tendencias sadomasoquistas, y un poema que describía a Katelyn a la perfección, sin escatimar en detalles.

Al show, prosiguió un set de música excelente que nos tuvo bailando hasta altas horas de la noche. Hace tiempo que no bailaba tanto, me divertí como enano.



La novia el día -1

Playita




El show

My favorite boy-band