Dado que varios de mis lectores están (pseudo) encerrados en (pseudo) cuarentena, aprovecho para platicarles de mi reciente viaje para distraerlos.
El pretexto original para ir a Italia fue para que Acely y yo pudieramos ver a nuestra querida amiga Udayana, ya que ella y su marido asisten anualmente a la feria del diseño en Milan. Aprovechando la vuelta, acepté una invitación para dar una plática en Bologna, que queda en el vecindario. Me fue muy bien con la plática (cosa buena porque pienso reciclarla en las semanas por venir). Mis anfitriones me trataron muy bien.
Acely y yo nos quedamos a dormir en Suiza porque la famosa feria tenía copados todos los servicios turísticos de Milan (detalles en otro post). Por primera vez, desperté en un país, trabajé en otro, y dormí en un tercero. Ni les cuento cuantos medios de transporte diferente usé en ese día. Tanto viaje en tren hizo que nos tuvieramos que levantar muy temprano para aprovechar el día en Milán.
Fue un lujo tener a Uda de guia por la ciudad. Ella vivió ahi unos años y se conoce el lugar al dedo. Esencialmente peinamos el centro de la ciudad a pie, parando en lugares llamativos (muchas iglesias). Ya he dicho antes que si uno no tiene recomendaciones específicas, puede acabar comiendo muy mal en Italia. Afortunadamente, Uda nos llevó a comer a un lugar muy rico, mas o menos grande, que es cadena, y que lo alimenta a uno como ganado de engorda. Me comí la mitad de un excelente risotto con crema de camarón. Los postres se veían buenos, pero ni donde meterlos, ni modo.
Entre las cosas inesperadas estuvo que cuando llegamos a la plaza principal oimos un número exagerado de gritos de adolescentes (incluso para estándares italianos). Había unos muchachos greñudos en la super pantalla de la plaza, pero eventualmente nos dimos cuenta de que la señal venía de los estudios de MTV, que están ahi mismo. Eventualmente los greñudos salieron a un balcón y los decibeles se pusieron rudos... en la vida he oido hablar de la banda esa, por cierto. Por ahi cerca cumplí con la tradición que dice que si uno quiere volver a Milán, hay que girar tres veces sobre los, ejem, tanates de un toro de mosaico. Como pueden ver abajo, no queda mucho de los mencionados tanates.
Creo que el principal atractivo de Milán, aparte de su espectacular catedral, reside en que es la ciudad mas cosmopólita de Italia. Se siente más "moderna" que cualquier otro lugar que yo haya visitado en ese país. Nunca había visto tantos restaurantes no-italianos en Italia. A pesar de eso, sigue teniendo el típico encanto italiano de edificios viejos. Otra cosa que vale la pena comentar son los escaparates. No por nada es cuna de moda y diseño, sí tienen muchos escaparates muy monos.
Mil gracias a nuestra guia por hacernos pasar un productivo y agradable día.
Mis amigas echando lavadero
Iglesia de San Lorenzo (creo)
Iglesia de San Ambroggio
Las tres mosqueteras
La (decepcionante para la vista) Scala
El toro de los giros
¿Freakout?... nótese, no del mundo o del universo, de la galaxia.
Freakout
Il duomo
Espectaculares vitrales
Falsa jacaranda (se parece pero no es)
Il castello
2 comentarios:
Gracias por el aire -virtual- porque, en efecto, estamos encerrados, y por más que le damos vuelta a los tanates -con perdón del toro de Milán-, no vamos ni a la esquina, virus aparte.
Insisto en que hace unos años no había tantos restaurantes no italianos, salvo los japoneses, chinos (que hacen pizza), kebabs (que también hacen pizza) y un par de griegos.
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