El otro día fuimos al cine y caminamos un trecho de vuelta. Pasamos por Marienplatz, que es lo más cercano al zócalo en Munich. Siempre está atascado de turistas y de artistas callejeros que entretienen a los turistas. Lo que vimos nos dejó de a cuatro: había un músico callejero, con una nutrida concurrencia a su alrededor, pero el instrumento que tocaba era por demas inusual... ¡un piano de cola!
No estaba afuera, ni cerca, de ninguna tienda de música que le pudiera haber proporcionado el piano en corto, asi que el tipo tuvo que haberlo rodado al menos varias cuadras. No pude dejar de pensar en ese cartón de Quino en el que todos los miembros de una orquesta salen rumbo a casa con sus intrumentos a pie, en auto, en taxi, y el pianista esta amarrando su instrumento con rueditas a una motoneta.
1 comentario:
Y es en estas ocasiones cuando la camarita del celular se vuelve repentinamente útil.
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