Después de una semana esplendorosa que presagiaba el arribo de la primavera, el invierno se encargó de despedirse con estilo. Hizo un frío méndigo todo el fin de semana y hoy hasta nevó. Con todo y todo, mi visitante y yo peinamos la ciudad a pata todo el fin de semana.
Recibimos a nuestra querida Claudia el viernes por la noche. El sábado hicimos el tour de las iglesias del centro y luego el viento nos empujó a meternos a un museo. Para desquitarnos del frio, en la noche nos atascamos una cena bavara, de esas que parecen de ogro de cuento. El domingo visitamos el parque olímpico, el palacio de nymphenburg, y el parque. Suena breve, pero el paseito conlleva varios kilómetros de caminata.
La visita fue breve pero muy fructífera, y lo mejor de todo es que la voy a hacer recíproca en un mes visitando a Claudia y Jared en su casa. Aqui les dejo fotitos.
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