28.3.07

¡Ay mis ojos!

Hace ya rato que traía los ojos algo resecos, supongo que por el frío y los ventarrones. La semana pasada realmente me empezaron a molestar, sobre todo el ojo derecho. Me compré unas gotas para hidratarlos y ayudaron bastante, pero mi ojo derecho me seguía doliendo. Varias veces al día sentía como si trajera un pestaña en el ojo. Por supuesto busqué afanosamente si tenia algo, pero no vi nada. Empecé a hacer hipótesis sobre si me habría lastimado el párpado, o si tendría alguna infección. Estaba a punto de preguntarle a alguien por un buen oftalmólogo, pero hoy en la mañana, volví a buscar desesperadamente en mi ojo derecho y ¡zaz!, que encuentro al culpable... un pestañón marca llorarás (literalmente) que estaba muy bien escondido en la orillita del ojo. Fue una lucha prolongada para poder sacármelo y ya que lo tenía fuera y pude examinarlo, descubrí con horror que estaba todo cubierto de pelusitas, de esas muy delgaditas que se acumulan por toda la casa. Me alivió encontrar la fuente de mis molestias, pero sigo sin poder entender como chingados se me pudo meter tanta basura al ojo y esconderse tan bien. Es increible como se acostumbra uno a dolor, hoy me pasé todo el día incrédula comprobando que ya no me molestaba mi ojo derecho después de tanto tiempo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Definitivamente nosotros somos más de la filosofía de Niv, como ya te ahbñia comentado antes, seguimos prácticamente sin muebles, eso sé, tenemos libreros.