1.11.06

Shock cultural y las curas

En mi segundo día de recuperación, completamente encerrada en mi casa, aproveché para poner mi ofrenda del día de muertos y para hacer experimentos culinarios. Varias veces en el dia pensé en los detalles cotidianos que lo hacen a uno sentirse claramente en el exilio. Algunos me los esperaba, pero otros me tomaron completamente por sorpresa. Aqui va una lista incompleta:

- El espacio. Todo es chiquito y tiene que caber en lugares reducidos. Uno acaba llendo al super cada terder dia.

- El yogurt. Tienen la mejor selección de yogures que he visto.

- El cereal. Tienen la peor seleccón de cereales que yo haya visto.

- El transporte. Siempre llega a tiempo y hay muchas pantallitas que te dicen exactamente cuando va a pasar, pero puede tardar de 10 a 20 minutos entre un tren (o camión) y otro.

- Los DVDs. Sólo traen subtítulos en inglés si la película es en inglés... no puedo ver películas chinas en DVD.

- Los feriados. Son mucho más religiosos que cívicos.

- ¡No hay peródicos los domingos!

- Las colchas. Aqui las colchas para una cama doble son individuales, cada quien tiene su propio pedazo para enredarse sin perturbar al vecino, lo cual es bastante cómodo, pero muy poco romántico.

- Los horarios de las tiendas. Todo cierra los domingos, uno casi siempre tiene que pasarse medio sábado de shopping y olvidénse de recetas inspiradas el domingo. Si no lo tenías, no lo vas a conseguir.

- El lunch. La gente lo come como obligación, lo más rápido que pueden (menos de media hora) y son perfectamente capaces de no pronunciar palabra en una mesa con seis personas.

Les voy a compartir la sencilla receta que practiqué hoy. Me la robé de los cocineros del observatorio en Texas. Parten un jalapeño en dos (por la parte larga), le sacan las semillas y las venas, lo rellenan con queso de cabra, lo enredan en un pedazo de tocino, lo meten al horno a unos 200 grados por unos 20 minutos (a ojo de buen cubero). Quedan buenísimos, y sí, tuve que pagar los jalapeños a precio de oro, pero valió la pena. Son las maneras de curarse del shock cultural.

También les comparto una foto de mi ofrenda. Tiene castañas en lugar de frutas, whisky en lugar de tequila y claveles en lugar de zempazuchitl.

1 comentario:

Unknown dijo...

Pues mira, da el gatazo. El papel picado cuenta mucho pero claramente faltan las calaveritas.