Mostrando las entradas con la etiqueta neuras. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta neuras. Mostrar todas las entradas

6.2.11

Agobio

Aclaro antes que nada que éste post es estrictamente para desahogarme. Sé que me voy a sentir mejor cuando lo acabe.

Mudarse a un nuevo país es siempre estresante. Mudarse con un bebé pequeño y un marido que no habla el idioma local, le pone una zazón especial al asunto. El problema fundamental es que yo soy el centro de servicios para muchas cosas. Cada vez que alguien necesita algo de Niv en el instituto, me lo piden a mí. Cualquier trámite de cualquiera de los dos, lo tengo que agendar y gestionar yo. Cualquier papeleo que se tenga que reunir, lo entiendo sólo yo. Por supuesto que ambos cuidamos a Leah, pero hasta ahora la que produce comida soy yo, y la que la puede llevar al pediatra soy fundamentalmente yo. Niv es un padre amoroso y dedicado, pero la ropa y accesorios de bebé no son lo suyo, por supuesto. Todas las negociaciones prácticas y sociales con familia y amigos, las tengo que hacer yo, pero consultando a Niv, obviamente. Afortunadamente la adquisición de nuestro nuevo auto puso tan de buenas a mi marido que ha estado manejando desde entonces, pero hasta ahora no puede manejar sin navegador humano, o sea yo.

En el frente laboral, por un lado estoy muy emocionada de poder volver a trabajar "de tiempo completo", pero por otro, no puedo trabajar a fondo mientras Leah se siga rehusando a tomar la mamila... ¿les conté que se rehusa con todas sus fuerzas? El otro día duró ocho horas sin comer, y al final nos rendimos nosotros. Tengo que usar mis días libres para tratar de que tome la mamila, en lugar de descansar, porque mi futuro laboral y hasta existencial (de cierto modo) depende de que ella pueda comer de alguna otra fuente que no sea yo en el futuro cercano. Es un gozo total ver como desarrolla una fuerte personalidad día a día, pero por otro lado, parece haber heredado la vena terca de su padre y de su madre.

No es una exageración decir que nada se compara al placer de alimentar y cuidar a tu hija (o hijo si es el caso). Verlos crecer y aprender cosas nuevas como producto del tiempo que uno les dedica es una sensación fantástica. Por supuesto, en cuanto uno queda designado como el centro de servicios, automaticamente se incluye el departamento de quejas en el mismo edificio. Si ella está de malas, o le duele algo, o simplemente está aburrida, la persona que se va a enterar con lujo de detalle soy yo.

En fin, que a veces la vida se pone demandante y a uno le toca llevar buena parte de la carga. Si no tuviera un marido decente, y una familia solidaria, yo creo que sí acabaría en una institución mental o al menos en un diván. En mis circunstancias, me conformo con quejarme en mi blog. Seguimos dándole.

15.9.09

Martes inútil

Citando a Mafalda, hoy es uno de esos días en los que lo malo de uno son los demás. A continuación, mi neurótica crónica sobre las desventuras de una cliente en un país extraño.

Ordené mi iPhone en el sitio de red de Deutsche Telekom hace un mes, más o menos. Hace semana y media recibí un mail diciendo que mi pedido venía en camino. Yo creo que se lo trajeron de China en tren, porque tardó una semana en llegar a mi puerta, pero desafortunadamente yo no estaba en casa, así que sólo vi el aviso. Le pedí a mi marido que hablara con los de la compañía y entre todos quedamos de que hoy, entre las 10:00 y las 11:00, podía recibir mi paquete. Nótese que nadie lo puede recibir en mi nombre, tengo que ser yo con pasaporte en mano la que lo reciba.

Hoy a las 11:10, hablé a preguntar por qué no había recibido nada. Una amable operadora que hablaba inglés me mandó con el operador local, quien me preguntó datos básicos en alemán, y luego me preguntó si entendía lo que decía, a lo cual contesté que sí (porque hasta ahi, le había entendido). Procedió luego a decir algo como "alemánrápido chofer alemánrápido vecino alemánrápido necesitamos una nueva cita". Para la cita dijo "von fünfunddreißig uhr...", a lo que yo contesté "ok, from 15:oo hours...". Pensé en quedarme en casa todo el día, pero decidí ir a la oficina a recoger unos documentos y luego trabajar aca en la tarde. Llegué a casa a las 14:40, y encontré un aviso que decía "vinimos a las 14:28"... furia. En la siguiente llamada telefónica me dicen que lo pueden traer el jueves en la tarde, entonces mi impaciencia por tener mi teléfono me hace pensar que mejor lo voy a buscar al depósito.

Me dan señas para llegar a la remota estación de S-bahn y prometen llevar el paquete a un estacionamiento. Pregunto si sólo necesito llevar mi pasaporte y me confirman que sí. Ya en la estación de Lochhaus, localizo al mocoso imberbe que amablemente lleva una cajita en la mano con mi flamante teléfono dentro. Saco mi pasaporte y me dice "claro, el pasaporte y el otro documento con su dirección"... "¿cuál documento con mi dirección?"... "es que sólo le puedo entregar esto con comprobante de domicilio"... "¡y por que no me dijo por teléfono!"... "es que yo pensé que ya sabía"... furia, gritos, quejas... sigo sin teléfono. Sé que existe, vi la caja, estuve a 10 cm de ella, pero sigo sin teléfono. Prometieron hablarme para acordar la siguiente cita, no me han hablado.

Lo he dicho antes y lo repito ahora para que lo repitan a sus conocidos si sale a colación: LA EFICIENCIA ALEMANA ES UN MITO. He dicho.

11.9.09

Nuestros vicios

Desde hace tiempo quería escribir un post sobre un horrible vicio que nos ahoga a los mexicanos: la informalidad. Creo que la primera vez que se me ocurrió hablar del tema fue en marzo, y desde entonces he visto tantos ejemplos tan penosos, que me han hecho pensar que el asunto es verdaderamente un problema inmenso. Y les advierto, lo que viene es un largo berrinche, si no están de ánimo o no son mexicanos, les recomiendo abstenerse.

Por informalidad no me refiero sólo que haya viene-vienes copando las calles, o gritones vendiendo cosas piratas en el metro, o que todo mundo llegue mínimo 20 minutos tarde, sino también a esa actitud mental en la que las reglas (escritas en la ley o dictadas por el sentido común) son para los demás y no para mí. En un día normal, la informalidad nos cuesta en tiempo dinero y esfuerzo: tener que dar tres vueltas para un trámite simple, comprar algo que se rompe a la semana, dar un gran rodeo por falta de letreros, etc... en un mal día, mueren 50 niños calcinados en una guardería, pero todo es producto del mismo vicio.

Muy seguido la cuadradez alemana me pone de malas, pero evidentemente prefiero vivir bajo un régimen rígido en el que uno sabe qué reglas aplican, que vivir en la inseguridad existencial de no saber cuánto trabajo te va a costar cualquier cosa o si se va a conseguir. Por supuesto que México no es el único país con ese vicio, es más, probablemente no sea el peor, siempre hay naciones Africanas para comparar y quedar "bien". Aun así, no voy a comparar nuestros hábitos nacionales con los de paises desarrollados, es tan inutil como compararnos con los Africanos, pero sí nos voy a comparar con un país que acabo de visitar y que nos es equivalente: Chile. No se si alguien me pueda explicar por qué los chilenos sí se pueden organizar aceptablemente a la hora de manejar sus autos, o de organizar el transporte colectivo de sus ciudades, o su aerolinea nacional. Por qué no agarran a pedradas las embajadas de paises a los que acaban de vencer en futbol. Por qué no les molesta seguir las reglas sociales y las leyes. ¿Dónde está la diferencia?.

También hay ejemplos de informalidad intelectual, de la hueva que nos da repasar procesos lógicos. Para el 95% de los mexicanos, no es posible que un loco idiota boliviano haya tenido una pésima idea para revelar una profecía, es obvio y claro que tiene que ser una fabricación del gobierno para distraernos (dos horas) de los aumentos de impuestos. Ignoremos todas las fallas lógicas que eso implica, para que molestarnos.

Y hablando de impuestos. Llevo casi diez años leyendo análisis de sencillos a detallados sobre todas las reformas que son necesarias para que la economía del país camine por un rumbo deseable. Cada vez que se propone una de esas reformas, un buen porcentaje de la población brinca y se opone a ellas (la de Pemex es el mejor ejemplo, había que salvar nuestra soberanía). Por otro lado, hay sólo tres maneras de cuadrar un presupuesto, a) se adquiere deuda, b) se aumentan impuestos, o c) se reestructura la recaudación y el ahorro con reformas de fondo. La "a" ya la probamos y fue un desastre, la "c" es imposible debido a nuestra clase política, así que sólo queda la "b". Nadie se molesta en seguir las conclusiónes lógicas de que si me opongo a la reforma de Pemex, me van a atorar con más impuestos, o que si no se toca la tasa del IVA, entonces va aumentar la del ISR y van a aparecer nuevos impuestos.

Nos quejamos amargamente de los privilegios de la clase política, pero no hacemos nada para pararlos. Nadie se ha ido a manifestar enfrente de la cámara (o circulado una petición, por ejemplo) para que no se le pagen 11,000 pesos por boleto a avión a cada representante. Es porque a pesar de que nos enfurezca, siempre acabamos con "pero es que aquí así son las cosas", "asi somos los mexicanos", "no hay para donde hacerse". Juanito es un excelente símbolo de lo poco que nos importan las reglas y procedimientos, existe porque lo permitimos.

Las cosas no van a cambiar en México (a un ritmo razonable) a menos que seamos concientes de la informalidad que nos envuelve y la combatamos. Hay mucho que hacer, pero nuestra primera meta debería ser deshacernos de Elba Esther y todo lo que ella implica, que los niños y jóvenes no adquieran nuestros vicios. ¿Cómo nos deshacemos de la maestra?.

7.3.08

La necesidad de editores

Leyendo en EL PAÍS la breve y algo insulsa reseña sobre el concierto de The Cure en Madrid, me topé con la siguiente frase:
(...) Y con final inesperado, políticamente incorrecto: el Killing an Arab, basado en El extranjero de Jean Paul Sastre y ya polémico hace 30 años (...)
¡Oh my God!, no solo le robaron la autoría al pobre de Albert Camus sino que escribieron mal el apellido de Sartre. Entiendo que un periódico no tenga tiempo de revisar con detalle cada una de las notas que ponen en su página de red, pero de ahi a meter la pata onda Fox...

Normalmente tengo a EL PAÍS en muy alta estima, me asombra que nadie haya pescado el error a tiempo.

11.7.07

Agobio

Ya sabía que esto iba a pasar, le pasa a todas las mujeres que estan organizando una boda. No es que me sorprenda, pero igual es horrible irse a la cama con miles de asuntos organizativos zumbando en la cabeza. No hay que ser una novia convencional para llegar a este nivel, siempre que se organiza una fiesta de ese tamaño pasa lo mismo. No creo que alguna vez vaya a volver a organizar algo de este tamaño y complejidad en la vida... al menos no pagando con mi dinero.

Niv está sirvendo el doble papel de calmarme cuando estoy colgada de la lámpara y de subirme a la lámpara él mismo. Igual creo que al pobre no le queda de otra, va a compartir las siguientes semanas con una mujer nerviosa.

Creo que lo que más me hace sufrir es no tener a una buena amiga con la cual quejarme y ser apapachada en carne y hueso. Por supuesto le agradezco mucho a todos aquellos que me pelan por mail, chat o skype, pero no es lo mismo que quejarse en vivo y en directo. Y claro que le agradezco a Niv el aguantarme, pero a veces las quejas son sobre él, ni modo que se las cuente a él mismo.

Mi bisabuela (y por ende toda mi familia) diría "pero te queriash cashar..."

Eso sí, sigo convencida de que el mero día va a ser un reven fabuloso y que toda la chinga vale la pena por compartirlo con los seres queridos.

15.2.07

Amargueitor wins

Desde la secundaria me ha caido mal el 14 de febrero. Nunca he sido anarquista, asi que igual participaba en los intercambios de regalo, pero nunca mandé tarjetitas o regalé dulces, aunque tampoco dejé de agradecer verbalmente el par de flores que me regalaron alguna vez. Yo si soy de los neuras que creen que es una celebración hueca animada estrictamente por el mercado.

Mi neura paso a ser casi repulsión en mis años gabachos. Los ejércitos de mocosos y mocosas caminando por la calle con el paquete flores-globo-chocolates-osito realmente me esponjaban, al igual que las cenas pinches de 150 dolares que se agotaban con semanas de anticipación. Pero la gota que derramó el vaso fue cuando vi la estadística de que cerca del 40% de las flores enviadas ese dia ¡son autoenviadas!. La colectividad hace sentir tan pero tan mal a las mujeres que resultan no tener "date" ese día, que acaban escribiéndose su propia tarjeta. Pura enfermedad social.

Ahora, encontré el paraiso. No escuché ni una sola referencia de nadie al famoso día, no vi ni una flor, ni un solo corazón o alguna otra melcochería oportunista. Eso no quiere decir que no existieran, no lo sé, pero al menos no salian por abajo de las piedras. Para acabar con la perfección, Niv se fue de chelas con un cuate, asi que pude disfrutar de mi radio en paz. Estando aqui, creo que hasta me puedo reconciliar con la fecha.