Aprovechando nuestro breve viaje a Düsseldorf, decidimos treparnos a un tren para visitar Colonia (Köln auf Deutsch). Ya la guía dejaba claro que la famosa catedral estaba cerca de la estación de tren, pero nunca me imaginé qué tan cerca, hay vias a diez metros de la iglesia (capillita como la llamó Niv). He tenido la fortuna de visitar varias catedrales góticas y creo que lo que más resalta de esta es su tamaño, es verdaderamente monstruosa. La otra cosa que la hace resaltar, y que me asombra que no sea un hecho más conocido, es que guarda en su interior los restos de nada más y nada menos que... los tres reyes magos. La historia oficial dice que en el siglo XII un obispo logró traer dichos restos desde Milán (nunca supe cómo fue que llegaron alla, eso se los dejo de tarea). En quellas épocas, debe haber sido el equivalente del Real Madrid contratando a Cristiano Ronaldo. La cámara del tesoro de la catedral guarda, además de varios lujosos objetos litúrgicos, reliquias de muy alto nivel: reliquias de Melchor Gaspar y Baltazar (todas en la misma cajita), de Santa Úrsula, de San Sebastián (sus costillas, sin marcas de las flechas), dos eslabones de la cadena de San Pedro, un clavo de La Cruz, y no uno sino varios fragmentos de la misma Cruz. Siento como si hubiera visitado un salón de la fama del catolicismo.
Pululamos un rato por la ciudad, que si no saben, les platico que es el lugar más importante para celebrar el carnaval en Alemania. Aqui no se andan con sutilezas, el carnaval empieza el 11 del 11 a las 11. En el resto del mundo será en febrero-marzo, aca empieza en noviembre. Por lo que he sabido, se toman muy en serio el asunto en toda el area del Rhin y se avientan un reven de tres meses. Ya habiendo visto la extensión del centro, no entiendo a dónde meten tanta gente durante esa celebración.
La revista del avión me alertó sobre una tienda que desde ese día se convirtió en una de mis tiendas favoritas. Se llama Globetrotter (si tienen tiempo chequen el panorama), vende artículos para acampar, y para la aventura de normal a extrema. Tiene una alberca de muy buen tamaño en la que se pueden probar kayaks y lanchas, asi como equipo para bucear; una cámara a -25 grados centígrados para probar equipo de frío (con todo y viento); una regaderota para simular lluvias de monzón para probar todo lo impermeable; un tunel para escalar roca y probar el equipo correspondiente; superficies rocosas con varias inclinaciones para probar botas y zapatos de todo tipo; más un montón de cosas menos útiles pero fabulosas como una hormiguero transparente y un tanque con medusas. En sus cuatro pisos contiene una variedad asombrosa de artículos de ropa, mochilas de todo tipo, comida, utensilios, atículos de salud... uf, pasamos horas ahi y eso que ni aventureros somos. Por supuesto que ambos acabamos consumiendo. ¡Que lugar!.
Cerramos la visita con una caminata al lado del Rhin, que por lo que he podido observar hasta el momento tiene unos pequeños pedazos con cosas monas y el resto está rodeado de industria (viva o muerta) que no es muy fotogénica que digamos. Los holandeses y los franceses lo rodearon con un mejor sentido estético que los alemanes.
La capillita
Ahi descansan los tres reyes magos (jajaja)
El techo tiene su chiste
La riquísima Kölsch (cuyo formato es harto más discreto que el bávaro)
La fabulosa tienda
El Rhin y nosotros
5 comentarios:
Hola Eva, tal vez no me recuerdes, mi nombre es Antonio Aldana y he colaborado como realizador en varios proyectos con tu papá, incluso alguna vez me ayudaste para entrevistar gente en la Facultad de Ciencias de la UNAM. Soy asiduo lector de tu blogg y no pude resistir la tentación de recomendarte un libro con una de tantas historias de cómo llegarón los Reyes Magos por allá. El libro en cuestión se llama Baudolino, y es de Umberto Eco. Un abrazo.
Hola Toño, ¡claro que me acuerdo de ti!. Muchas gracias por al recomendación y por leer el blog en general. Ya había oido sobre el libro, pero no me quedaba claro que incluía esa parte de la historia.
El carnaval empieza el 11 del 11 a las 11:11 (en punto!)
Y el revén de tres meses no es para tanto. El once de noviembre a las once y diez en todos los salones de clase se ponen a contar, y después del "tres - dos - uno - zero!!" - no pasa nada, regresan a lo que hacían.
La capillita es asombrosa, es con mucho más grande que la de Estrasburgo
Lo único decepcionante de todo esto son las costillas de San Sebas ¡sin agujeros!
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