No recuerdo cuando empezó mi obsesión por subirme a una lancha de pedales (no de remos). Por alguna oscura razón nunca pude cumplir ese sueño tan zonzo... hasta el pasado fin de semana. Llevaba varios meses rogandole a Niv que me llevara, pero siepre teníamos prisa, íbamos con más gente, o la cola para las lanchas estaba muy larga.
El lago en cuestión queda a dos cuadras de mi casa asi que, una vez que los astros se alinearon correctamente, fue muy fácil ir, rentar la lancha y ponerme de buenas. Primera observación: los alemanes son muy altos. Me era casi imposible pedalear y operar el volante al mismo tiempo porque los asientos no se mueven. Fuera de eso, fui de lo más feliz viendo el parque desde dentro del lago junto a los montones de aves que por ahi pululan. Aproveché para tomar algunas fotos que a continuación les comparto.
2 comentarios:
Es increíble lo poco glamorosos que se pueden ver los cisnes cuando lo que sobre sale del agua es son la cola y la panza... Que bonito paseo.
Por eso puse la foto, me muero de risa cada vez que veo a un elegantísimo cisne perder estrepitosamente la gracia cada vez que bucea para comer.
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