Pausa en las cronicas sudamericanas para contarles el drama de este fin de semana. Debo de traer el karma muy torcido para seguir teniendo estas historias de viaje.
Payel (mi compañera de oficina), James (su novio), Jenny y yo, decidimos rentar un auto para alcanzar nuestro destino en el suroeste alemán, casi esquina con Suiza, donde nos esperaba el festival 'southside'. Según varios servicios de mapas por red, el camino nos debía llevar unas tres horas, y como siempre exageran, pues supusimos que serian dos y media. Las dos primeras personas son britanicas, asi que no manejan del lado correcto del camino. La tercera es gringa, asi que no maneja estandar, por lo tanto, es mi responsabilidad manejar tooodo el tiempo. Aclaro que jamas había manejado en éste continente.
Payel se encargó de buscar las rutas de viaje, y busco el camino más rápido, que no era el camino oficial desde Munich. Salimos de ahi sintiendonos muy astutos con nuestro truco. Una hora después, estábamos atascados en una cola de 4 kms de longitud, a vuelta de rueda. Ese fue solo el primero de los nudos con el que nos topamos, aunque los demas no fueron tan graves, pero fueron varios. Eventualmente salimos de la carretera principal para empezar a pueblear, e inmediatamente tomamos el camino equivocado. No nos llevo tantísimo tiempo arreglar la ruta, pero evidentemente tuvimos que parar a comprar un mapa, porque nuestras señas estaban del nabo. Ya armados con mapa y en la ruta adecuada, nos atascamos otra hora cruzando una "ciudad" llena de camiones de transporte. De ahi en adelante, el camino solo tenía doble carril en pedacitos, asi que la famosa falta de límite de velocidad alemana sirvio para dos cosas. Hubo que hacer varios retornos porque las señalizaciones dejaban mucho que desear, pero en algún momento nos pasamos claramente de la salida y nunca entendimos por qué. Decidimos trazar nuestra propia ruta con nuestro mapa y acabamos llegando al lugar indicado con una ruta en espiral.
Felices por haber alcanzado 'Neuhausen ob Eck', no se nos ocurrió que otros tantos seres humanos probablemente pasaron por lo mismo y llegaron tardísimo al lugar. Una hora más haciendo cola por el pueblo hasta la entrada del festival. Botamos a Payel y James, ya que Jenny y yo reservamos un hotel en otro pueblo y teniamos que llegar por la llave antes de que los dueños se fueran a dormir. En principio la idea era volver al festival para cachar la presentación de Marilyn Manson... pero después de nueve horas de manejar sin parar, obviamente mandamos a la goma a Manson y nos quedamos cenar en nuestro pueblo. Ni pez.
Nunca había manejado tanto, me asombra que mi cuerpo aguantara bastante bien el día, sobre todo considerando que estoy algo enferma de gripa-tos. Jamás me había tardado el triple de tiempo estimado en llegar a algun lado y no hubiera adivinado que eso me iba a suceder en Alemania, uno nunca sabe.
Espero que las bandas de hoy y mañana nos quiten ese recuerdo amargo... ahi les platico.
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