Nos tocó un clima muy agradable, aunque algo brumoso, pero aun así pudimos disfrutar de excelentes vistas desde nuestro cuarto de hotel. Estando ubicados a unos pasos de la basílica de San Marcos, la verdad tuvimos una gran suerte. Una mezcla entre las recomendaciones de Sara y mi flamante iPhone con su GPS, nos hicieron encontrar un restaurant diminuto, apartado y delicioso de marsicos. Casi no puedo creer que tuve un viaje al norte de Italia con comida buena y barata ¡todo el tiempo!, es la primera vez que me pasa.
En beneficio de mis padres, volví a visitar el palacio ducal después de muchos años y ya adentro me asombró darme cuenta de que no recordaba casi nada. A veces no está mal repasar lo que uno ya ha visto. Durante nuestros paseos por callejuelas varias mi padre acuñó el termino "estilo ruinosso" para decribir edificios a los que hace tiempo que les hace falta una manita de gato. Resultó ser un término muy útil durante el resto del viaje.
¡Milagro!, un puente vacío




2 comentarios:
Por cierto, el estilo ruinoso más elegante que he visto
I have the fondest, fondest memories of Venice from when I went there the summer after I graduated from high school. I think it was the first European city I really loved. The people who were in charge of my trip kept saying it was going to smell bad and be kind of crappy, but when I got there I was just smitten with the sun on the water and the buildings and the canals. Love, love, love...
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