19.9.09

Palabra de economista

A continuación, comparto íntegra la última columna de Carlos Elizondo Mayer-Serra en el reforma (que cobra, por eso no les pongo el link). La incluyo porque creo que explica de manera sencilla como un impuesto general y uniforme puede ser progresivo si está aunado a un programa social eficaz.
¿Saben los más pobres que si se aprueba el paquete fiscal propuesto por el Presidente verán aumentar la cobertura y monto de Oportunidades? Difícilmente. Una virtud de Oportunidades es no haberse politizado. No es clientelar. No se da a cambio de apoyo político. Es un dinero que se entrega en función de las necesidades y disposición para mandar a los hijos a la escuela y a la clínica de salud. Ningún estudio ha mostrado una predisposición a votar por el partido en el poder que lo distribuye.

No estar politizado es su debilidad. Los beneficiarios de un aumento no están defendiendo la propuesta. Si no lo necesitas es fácil criticar Oportunidades por asistencial, como si fuera un problema asistir a los más pobres, o por ser más precisos, a los hijos de los más pobres. Curiosamente estos críticos no alzan la voz contra los muchos programas asistenciales injustificados que van desde subsidiar la gasolina a quien tiene una camioneta blindada a la electricidad para tener la casa bien fría en verano en las zonas más calurosas del país.

Porque están mal representados los pobres en su lugar hablamos todos. Unos criticando con todo rigor que el 2 por ciento de contribución a la pobreza los gravaría también a ellos, aunque su preocupación por los pobres es miope, en términos absolutos pagarían mucho más los más ricos. Es, además, parcial. Olvidan que el neto de la propuesta del gobierno es claramente positivo, unos 100 pesos mensuales por hogar en el 10 por ciento más pobre, según cálculos de John Scott. No es mucho dinero para nosotros, pero tampoco nos costaría mucho a quienes estamos en el 10 por ciento más rico. Tenemos un ingreso medio de 14 mil pesos al mes y el costo neto del 2 por ciento a las ventas sería de 300 pesos mensuales.

Quienes tratan de defender el programa con argumentos técnicos suelen, como buenos académicos, hacer matices, y terminan siendo citados en el matiz y no en el punto central que querían defender: que Oportunidades es un programa progresivo, es decir a favor de los pobres, aunque, claro, podría ser mejor. ¡Qué no puede serlo! No tengo dudas de que Oportunidades es por mucho lo mejor que tenemos para ayudar a los hijos de los más pobres. Es, además, barato. Consume menos de la mitad de los recursos que cuestan los subsidios a la electricidad y un cuarto de lo gastado en subsidio a la gasolina en 2008.

También creo que hay muchos ahorros posibles en el gasto público para incrementar Oportunidades y tapar los hoyos fiscales sin necesidad de más impuestos. ¿No pueden hacer los gobernadores el mismo esfuerzo de recorte que el propuesto por el gobierno federal? ¿No pueden quienes administran recursos públicos, sobre todo nuestros órganos autónomos, dejar de editar libros de lujo que nadie lee y organizar conferencias a las que sólo van los amigos, disminuir el número de asesores y comer con más modestia? ¿No puede LyFC dejar de pensionar a sus trabajadores a los 45 años de edad y ajustar su personal al que tiene la CFE, para no poner una meta más ambiciosa como sería simplemente su equivalente en Chile?

Recortes más agresivos podrían pagar Oportunidades. Si los legisladores no creen en los nuevos impuestos, que se atrevan a sacar las tijeras de verdad, empezando por casa. Lo que sería imperdonable es dejar de apoyar a quienes más lo necesitan y que no protestan precisamente porque no tienen los recursos ni las organizaciones corporativas como para marchar en las calles de la Ciudad de México. La poca oportunidad de defensa directa que tienen los más pobres contrasta con la fuerza de la bancada de los campesinos en la Cámara de Diputados. ¿Si la gran mayoría de los pobres están en el campo, por qué esa bancada no defiende el aumento para Oportunidades que es un beneficio neto para los más pobres? La respuesta es simple. Los campesinos en el Congreso tienden a ser prósperos agricultores, por eso están en el Congreso. Se benefician con programas como Procampo, donde si acumulas hectáreas acumulas recursos, no de programitas de cientos de pesos mensuales que no les interesan.

Ahora bien, si los legisladores no son capaces de impulsar recortes más agresivos, sin sacrificar el más que justificado crecimiento de Oportunidades, el dinero no alcanza porque la plataforma petrolera ha caído en 800 mil barriles de crudo diario, cortesía de la ineficacia de Pemex. Impuestos generales y con tasas bajas son los menos malos en el menú de impuestos posibles.

1 comentario:

Poc dijo...

Si está o no politizado Oportunidades es cuestión de enfoque, pues es muy amplio y en su operación ocurren toda clase de anomalías que podamos imaginar, pero los críticos del programa, no de la ciudad, sino de los pueblos en donde opera (los he visto en la sierra norte de Puebla y en la montaña de Guerrero) creen que genera holgazanería y alcoholismo entre la población; el dinero se entrega a las mujeres, pero éste les es arrebatado por los hombres; el dinero se paga “por hijo” en edad escolar, ergo: tener más hijos para recibir más dinero. Sin embargo, en la mayoría de los casos Oportunidades es de vital importancia o de importancia vital, pues sin él la gente moriría efectivamente de hambre. El punto más flaco de Oportunidades, para resumir, está en que no genera ninguna riqueza, es un recurso muy grande echado literalmente en el estómago de la gente. Como se ve, un asunto que debe discutirse.