Como ya les había anticipado, tenía un baby shower pendiente. La panza de esta ocasión fue la perteneciente a Pilar y a Andrés. Gracias a la experiencia de la vez pasada, ahora fue más fácil tomar providencias para organizarme, y aparte no tuve que preocuparme por los ornamentos porque Pati amablemente puso su casa para el festejo.
La mecánica fue muy similar al del otro shower, sólo que aca no tuvimos sobrino de entrenamiento. Los futuros papás hicieron un buen trabajo adivinando los regalos, aunque Pilar hizo trampa un par de veces abriendo un ojo. Al igual que la vez pasada, corrieron las apuestas para la fecha, el peso y la talla de nacimiento (organizadas por yours truly). Me sorpendió notar que la distribución de datos adivinados resultó muy distinta a la del baby shower anterior, y eso quer la fecha oficial de ambas solo difiere en dos días. En un momento de ocio, tal vez me anime a sacar histogramas para comparar. De nueva cuenta la pasamos muy a gusto, aprovechando la compañía de nuestros amigos antes de que la vida les cambie radicalmente.
Con toda probablilidad no voy a estar en Munich cuando nazcan las creaturas, asi que voy a tener que anunciar los ganadores por via remota... pero al menos asi me aseguré de que los papás (o alguien) me mantengan informada sobre las novedades mientras no estoy.
Los festejados y las anfitrionas
Los del (complicado) regalo colectivo. El espectro del fondo es mi marido.
Comparando las cargas
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