8.5.08

Pesaj

Con un enorme retraso, entrego la última crónica de mi reciente viaje a EU. El pretexto original que nos llevó a Phoenix, fue pasar la celebración de pesaj con Jaime y Marcel, que a su vez convocaron a media humanidad para el festejo.

Un par de personas me han preguntado en qué consiste la celebración. Procedo a dar una explicación de lo que se me ha pegado en estos últimos años de convivencia con mi israelí. En la red encontré una explicación breve, y otra más extendida.

La idea básica de la celebración es conmemorar el éxodo de los israelies fuera de Egipto para liberarse de la esclavitud. Dios (en forma de arbusto en llamas) le dijo a Moisés que le pidiera al faraón que liberara a su gente, cosa que éste hizo, y cada vez que el faraón se negaba, Dios le mandaba alguna de las 10 famosas plagas. La última de las plagas implicaba matar a los primogénitos de los egipcios y para poder saltarse a los isarelies, estos tuvieron que marcar sus puertas, de ahi viene el nombre de la celebración en inglés: passover. Ya que les quedó claro que no los iban a liberar, decidieron poner pies en polvorosa, pero tuvieron que salir de Egipto en la noche y con muy poco aviso, por esa razón, no pudieron dejar que la levadura del pan fermentara. Durante una semana, no se debe de comer ningún cereal fermentado y sólamente se comen matzos, que son pan sin levadura (como galletas saladas sin sal).

La celebración consiste en una reunión-cena (seder, que significa orden) en la que se rememoran paso a paso los acontecimientos con lecturas y/o canciones, y en el que hay muchos detalles rituales para recordar varias cosas. El seder se hace siguiendo la hagada, que es un librito con los relatos, canciones y reglas de qué hay que hacer, tomar y comer en cada momento. En el centro de la mesa hay un plato con varios alimentos simbólicos que uno tiene que probar durante el seder: raiz fuerte para recordar el sufrimiento, un huevo cocido que simboliza el ciclo de la vida, hierbas remojadas en agua con sal, y otras cosas. Hay una parte que normalmente es para los niños, en la que un pedazo especial de matzo (afikomen) es tomado como rehen e intercambiado por algún premio para poder terminar la ceremonia. La idea básica es que el seder sirva como enseñanza para los pequeños (o las esposas gentiles, por ejemplo) y como recordatorio para los adultos. La tradición demanda tomar cuatro vasos de vino durante el seder, de manera que si uno realmente sigue las reglas, normalmente acaba de muy buen humor.

Los seder en los que yo había estado antes fueron muy pequeños, con no más de 8 personas y todos adultos. Recorrimos la hagada leyendo todos los pasajes en inglés y deteniendonos para preguntar cosas o discutir algunos puntos. Fueron ocasiones muy analíticas y en las que aprendí muchas cosas interesantes. Éste último seder fue muy distinto, buena parte de los relatos fueron cantados por Jaime en hebreo, cosa que a mi realmente me enchinó la piel. Los que estuvieron en nuestra boda recordarán que Jaime produce ese efecto con facilidad. Realmente me emocionó pensar que la misma celebarción lleva ocurriendo casi de la misma manera desde hace miles de años, es muy conmovedor. Lo del hebreo también tuvo el efecto positivo de no tener que decir en inglés "gracias por matar a todos los primogénitos de los egipcios". Me imagino que si creces diciendo eso todos los años te acostumbras, pero a mi la neta sigue sin causarme gracia decir esa frase en particular. Como también había un par de niñas, por fin me tocó ver la negociación del afikomen, aunque no fue nada muy complicado porque las pequeñas todavía carecen de malicia.

Total que al final comimos bien y mucho y la pasamos muy a gusto. Afortunadamente éramos un ejército asi que tanto la cocinada como la limpiada ocurrieron a buen paso. Fue un verdadero placer pasar pesaj con nuestros anfitriones y desde aqui una vez más les mando un sonoro ¡muchas gracias!


Cocinando



Mi primera vez haciendo matzoballs, que no es por nada pero quedaron buenísimas

Jaime y su delantal de matzo
Antes
Después
Mi hagada
Kyra y el matzo de chocolate
Marcel después de litros de cerveza y de vino

1 comentario:

Verde dijo...

Yo se que muchas de estas ceremonias son simpáticas, vamos a mi navidad me gusta y eso, pero a estas alturas del partido ya es algo completamente alejado del significado original religioso de la navidad. Leyendo todos estos relatos, sigue habiendo un lado (ese que presupone al viejito de la barba detrás de toda la función) que me sigue incomodando. Y las cosas se ponen peor cuando pienso en la big picture de la intolerancia religiosa y demás estupidez humana en la tierra en pleno siglo 21.

En fin, juntarse con los amigos a comer y beber es definitivamente uno de los mayores placeres de este mundo.

Un beso