Uff

Es duro esto de volver a casa después de una ausencia de varias semanas. He tenido que hacerla de malabarista con la chamba, en particular con los resultados que quiero sacar para la conferencia de Brasil, con la planeacion del viaje, que ahora incluye 2.5 días en Buenos Aires, y con la planeacion de la boda, que implica hartas llamadas telefónicas, y con acabar de poblar nuestro departamento.

Tenía la opción de llegar a Iguazú via Sao Paulo o via Buenos Aires (hay aeropuertos tanto del lado argentino como del lado brasileiro). Por supuesto que en cualquier caso planeaba pasear por la cuidad en mi ruta, pero Buenos Aires ganó por muchas razones: era más barato, tengo amigos que van a estar ahi antes de la conferencia, asi que al menos esos dos días no estaría sola, hablo el idioma, Sao Paulo tiene fama de ser peligrosona, y por último, he soñado toda mi vida con ir a ver a los porteños en su elemento. Mis deudas culturales con Argentina son muchas: Mafalda, Les Luthiers, Borges, Soda (Cerati en particular), Cortazar, algunos tangos que me gustan mucho y varios otros músicos. Lo curioso es que no tengo lugares específicos en la ciudad que haya soñado visitar, sino que siempre quise estar ahi en general. Afortunadamente tengo aca amistades de alla, que alguna orientada me darán.

El departamento cada vez está mas cerca de quedar completamente habitable. Ahora mismo tecleo sentada en mi sillón nuevecito que me tiene encantada. Es amplio, cómodo, de buen ver, y el único pero que le veo es que es negro y se le pegan todas las partículas de color claro que hay en la casa, por lo que nunca jamás se va a ver completamente limpio... oh well.