He sido abandonada intempestivamente. Mi novio me tenía prometido ir al cine, y a la mera hora le hablo su cuate del alma, el que se casa el lunes, para decirle que lo sacara a por unas chelas como despedida de soltero... así ni como alegar. Igual decidí que me vale queso y me voy al cine yo sola. Aprovecho para contarles sobre ese cine y sobre la última película que vi ahí.
El cine esta super chido porque tiene varias salas chiquitas, pasan muchas películas en versión original, me queda caminando, y pasan el "Rocky horror picture show" todos los sábados desde hace veinte años. Pero entre lo más chido, está que comparte esa sana costumbre alemana de vender cerveza. Me queda claro que hoy le voy a levantar el castigo a ese líquido.
Antes de hablar de la película va la aclaración: yo empecé a fumar a los 14 años de edad. Jamás tuve problemas para comprar cigarros a esa edad (y eso que me veía mas escuincla). Fumé como chacuaco unos dos o tres años y desde entonces le bajé poco a poco hasta el 31 de diciembre del 2005, último día en el que me fumé (y espero me fumaré) un cigarro. Creo que el tabaquismo es un hábito feo, maloliente, y suicida hasta cierto punto. Creo también que cada quien se puede envenenar como y cuando se le dé la gana, siempre y cuando no ponga en riesgo a los demás, por eso apoyo las leyes que impiden fumar en lugares públicos. Habiendo vivido en una ciudad antes y después de que entrara en vigor dicha ley, les puedo decir que es la neta.
Ahora si: la película que vi hace un par de semanas es la que le da el título a este post. Para los que no saben nada de ella, les diré que es una ficcion sobre un lobbyist (¿cabildeador?) de una de las grandes compañías tabacaleras gringas. El tipo nació para debatir y partirle la maceta con argumentos al que se le ponga enfrente. La película resulta increiblemente cínica y divertidísima. Si no se la vé en ánimo chacotero, va a ofender a cualquiera por muchas razones desde clasistas hasta sexistas, pasando por lo que sea. Es uno de esos casos con un guión que mantiene un buen balance entre la exageración y el desastre. Tantito más jalada o más seria, y hubiera valido queso, pero a punta de buenos diálogos, se salva y se convierte en una comedia recomendable. Se los paso al costo.
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