Mostrando las entradas con la etiqueta changuita. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta changuita. Mostrar todas las entradas

28.7.12

Dos añotes

Después de éste verano temo que Leah adquiera una idea distorsionada de los cumpleaños. Fue su cumpleaños, pero yo hui a Portugal ese mismo día. Se quedó el fin de semana a cargo de su padre y abuelos, que compensaron mi ausencia tratándola como reinita y paseándola por todo Munich. De regreso vimos a algunos amigos en la semana, que le dieron varios regalos. El siguiente fin de semana le hicimos su fiesta, y al día siguiente fue mi cumpleaños, el cual se celebró durante tres días, y junto con mis regalos, llegaron regalos para ella. Ahora llegó de visita Acely, con un regalote espectacular. Ha de creer que lleva medio mes cumpliendo años.

La mejor anécdota de estos días fue que antes del mencionado cumpleaños pasamos por una tienda, vio bicicletas, dijo "quiello una biciqueta", le dije que sus abuelos le iban a dar una para su cumpleaños en un par de días. Se quedó muy seria un ratito y luego dijo "patel". Le pregunté si quería pastel y me contestó "patel pada mi cupeaños". Yo creía que todavía no entendía el concepto, y al parecer sí le queda claro que el cumpleaños es personal y merece pachanga.

Su fiesta fue en un Biergarten que es muy popular para fiestas infantiles por ser grandote, tener muchos jueguitos, y tener un gran espacio interior en caso de mal clima. Afortunadamente el clima estuvo bien, así que pudimos disfrutar del exterior un buen rato y luego cenamos dentro. Nos acompañaron cuatro niños y muchos más adultos. Los niños jugaron poco unos con otros, pero jugaron mucho en total. De las cositas que compré para la fiesta, lo más popular fueron las  (¿los?) espantasuegras, que desafirtunadamente eran chafas y se rompieron todos. Los popotes de pitufos a los que les tenía mucha fé fueron despojados de los pitufos y usados como popotes viles.

En suma, la niña se la ha pasado hiper festejada y cuando le preguntan "¿cuántos años tienes?" responde "dos... tes". Ahi la llevamos.

El día del cumple
Su pastel oficial (su savta puso una vela extra para la buena suerte)
Con gorrito y todo
Su pastel de fiesta
Jugando con (bajo) Nele
Lo del happy birthday cantado como que la confundió
Jugando con las niñas
Festejando con papá

25.6.12

Papaloteando

Medio de último minuto, se nos ocurrió ir al Papalote (museo del niño) para que lo conociera Leah. Yo hace 10 o 15 años que no iba, así que casi todos lo vimos con ojos frescos. Me alegró ver que ahora tienen varios espacios para niños menores de 3 años. Están tan bien diseñados, que sólo alcanzamos a recorrer como un tercio del museo porque la niña estaba encantada con lo que vio primero.

Le entró una total fascinación por unos animales que al picarle a un botón cercano hacían el ruido que les corresponde. Le picó a un pollito como cuarenta veces. Otra cosa que le fascinó fue una resbaladilla en la que la subida era un plano inclinado con "piedras" para escalar. La tuvimos que sacar de ahi a rastras. También le encantaron todas las partes con agua, incluso aquellas en las que ella no podía hacer gran cosa. Nosotros disfrutamos muchos el cuarto de las burbijas (el area más visitada del museo), pero creo que a Leah le trajo menos chiste.

Casi reviento de orgullo cuando al llegar a la sala con asuntos astronómicos, ella inmediatamente grito "¡el sol!" y "¡la luna!". Le pareció que todos los planetas eran la tierra... pero queda claro que sí le suena el concepto de la tierra. No se como logramos distraerla para que no viera el arenero, hubieramos salido de ahí batidos hasta la nuca.

Por supuesto ya me dió curiosidad ver el retso del museo. Siempre me ha parecido genial, pero siento que ahora tienen muchas más estaciones para todos los gustos y edades. Es una verdadera joya la que tenemos ahi en Chapultepec (y así la cobran). Ya van dos días que Leah dice "Mamos all museo". Cláramente fue un éxito la salida.

Una de las tierras
El sol
Que no digan que no la dejo jugar a la princesa
Niv le atinó a un par, yo a ninguna
Leah en una super burbuja
En la granja virtual

6.6.12

Mayo, el mes más cruel

Mayo es normalmente un mes flojito en éste país (en Bavaria también, pero por otras razones). Éste año ha resultado un mes brutal para mí. Comenzamos con Leah siendo atacada por un virus maléfico que nos trajo jodidos una semana, luego hubo carretadas de chamba, algunas visitas y reuniones sociales (la única parte buena del asunto), un viaje de trabajo, dos coloquios y cerramos con oooootro bicho maléfico, que sin molestar tanto, la dejó sin ir a la escuela ooootra semana. Si a eso le sumamos todas las vacaciones escolares que tiene el mes, el resultado es una madre que está a punto de desvielarse y con los nervios algo deshechos. Ah, se me pasó mencionar que además tuvimos que organizar nuestro viaje de verano a Alemania y arreglar varios asuntillos burocráticos.

Justo cuando pensé que ya estábamos librando lo peor, la niña va y se disloca el codo. Como pasó justo antes de la hora de cama, fue hasta el día siguiente que nos dimos cuenta de que era algo serio. Es algo pancherita ella, así que no es fácil distinguir, y como no se quejaba si estaba inmovil el brazo... en fin. Corrimos a llevarla a un doctor muy eficiente, muy amable y muuuuy caro. Le arregló el brazo y dijo que no había que ponerle férula. La niña estaba feliz y muy activa, así que la llevamos a la escuela. Dos horas después, recibí una llamada diciendo que lloraba y se quejaba del brazo. Se le salió el hueso otra vez. La llevamos en la tarde con su doctora, que una vez más la hojalateó, pero ahora nos recomendo ponerle el brazo en un cabrestillo. El cabrestillo se le veía monísimo, pero en tres segundos ya tenía el brazo fuera. Hoy decidí quedarme con ella para evitar que moviera mucho el brazo y me la pasé todo el día correteándola para que no jalara cosas. Su doctora recomendó ponerle una venda, así que eso hice en la tarde. Berreó como si en lugar de vendarle el brazo se lo estuviera cortando, pero ya que se calmó y descubrió que sí se puede chupar el dedo, aceptó el arreglo. Va a tener que pasar cinco días así. Esperemos que ya con eso quede arregladita.

Si les da curiosidad, ese tipo de lastimadura se llama "codo de niñera" y se produce al jalar el brazo hacia arriba. Resulta que es relativamente común entre chamaquitos menores de seis años. Se arregla fácil, con una maniobra ninja de los doctores, pero el problema es evitar que pase de nuevo. Hoy Leah le dijo muy seria a un niño en el parque "me latimé el codo". De por sí es hipocondriaca la muchachita...

Decidí no declarar que ya salimos de nada, porque no quiero tentar a los demonios. Falta menos de un mes para que viajemos a Alemania y yo solo espero llegar al avión en una pieza.


Consentidaza por su abuelo y sus tíos
Con su(s) primo(s) y su tía adorada
Le fascina caminar con nuestros zapatos
Vendada, pero no deja de salir a jugar al parque

21.10.11

Palabras, muchas palabras

Hace tanto que no escribo, que se han acumulado muuuuchas palabras en el vocabulario de Leah. Escribo esto en parte para compartirles los chismes sobre mi hija, pero también para registrar cosas que tal vez se me olviden en unos años (o hasta meses).

Lo primero que hay que decir es que esta niña es una tarabilla. Por supuesto que no tengo una cuenta precisa de cuántas palabras dice, pero tranquilamente anda en las 50. Casi diario nos sorprende con palabras nuevas. Los grupos se dividen sobre todo en comida, objectos de juego, animales, verbos/expresiones, y gente/nombres. Hace ya rato abandonó la costumbre de referirse a los humanos que la cuidan como "mamá", y ahora hay una enorme variedad de gente: "mami", "papá", "bello" (abuelo), "mata" (su abuela, y su maestra, son tocayas), "nene" (Irene), "nani" (savta), "aba" (saba), "uyo" (Julio), "nano" (Mariano), "ias" (el vecinito Matías), y muchos de sus compañeros de escuela, incluidos niños que no van en su grupo. A mucha gente les dice su nombre cuando se los presentas, y en algunos casos lo sigue repitiendo después de verlos. También estan "iños" y 'bebé", que son todos los de dos años o menos, o los que van en carriola.

Los animales son un mundo aparte, tenemos los clásiquisimos "ato" (gato) y "edo" (perro), el primero indistinguible del "ato" (pato, y de los zapatos). Sus obsesiones ahora incluyen al "ate" (elefante), "afa" (girafa), y "ballo"... como friega con esos. También populares son "dana" (rana), "uga" (tortuga), "ino" (pingüino), "oso", "ejo", "pez", "dillo" (cocodrilo), "ito, pio, pio" (pajarito), "ejo" (cangrejo y conejo), y una especie aparte: "dodo", que es cualquier cosa que se parezca a su delfín adorado, que se llama Diódoro. Ah, se me olvidaba que en casa de mis padres está el "bibí" (colibrí).

Como tiene muy buen diente, pide por su nombre varios tipos de alimentos y bebidas: "tan" (pan), "dilla" (quesadilla), arroz, pasta, uvas, "echita" (lechita), "aya" (agua), galleta, yogurt, fruta, cereal, plátano, sopa, pizza... más los que se acumulen esta semana. En general, cuando tiene hambre genérica, simplemente pide "más".

Las conexiones lógicas que hacen los niños chiquitos son muy curiosas, por ejemplo, le ha dado por decir "voy" cuando quiere algo ansiosamente, porque yo le digo "voy, voy" cuando me estoy apurando a darle algo. También dice "mamos" (vamos), ven, subir, "ando" (bailando). Y bueno, una de sus palabras favoritas de todos los tiempos "nah" (no).

Entre los objetos más mencionados están sus adorados "bibos" (libros). El otro día casi entra en shock entusiasta cuando la llevamos a la sección infantil de la librería Rosario Castellanos. No podía creer que hubiera tantos "bibos". Le encanta jugar con los contenedores de mis "emas" (cremas), adora pasear por la casa con su "oba" (escoba), le encanta ver los adornos de halloween de los vecinos, ansía ver las "asas" (calabazas). cada vez que alguien lava algo en cualquier lado, ella dice "manos", porque le fascina lavarse las manos. Se roba cuadritos de papel de baño y pretende que se limpia los mocos, dice "mocos" mientras se embarra el papel en la nariz ("niz"). En fin, imposible acordarnos de todos los objectos que conoce.

Por último, está su otro idioma. Entiende todo lo que Niv le dice, por supuesto, pero las palabras que dice en inglés son: cookie, coffee, "oodls" (noodles), "ulk" (milk, our favorite right now), teeth, banana, "apu" (apple), "ish" (fish), cowboy, horse, bye. Por el momento, la única palabra estable en alemán es "apan" (Ampelmann).

Si alguién pregunta por su primera palabra, creo que está entre agua y pelota, pero honestamente no me acuerdo cuál fué primero. Es la que más habla en su grupo, sin ser la más grande, le debe de pegar unas choreadas de miedo a sus pobres compañeritos. Mi mamá dice que ni yo hablaba tanto a la misma edad. Yo creo que es una combinación bestia entre mis habilidades verbales y el fabuloso oido de Niv. Lo siento por los demás.

Pelos de loca

Tiene MUY buen diente

Enseñándole a su abuelo cómo usar el "olla"

Volando en La Condesa con su abuela y su abuelina ("ina")

14.7.11


La hermosura que ven aca arriba es mi hija festejando su primer cumpleaños. A pesar de lo incierto del clima, su savta Nani y yo decidimos lanzarnos al zoológico con ella. Se la pasó feliz saludando a sus primos los changos, y se durmió para la parte meas borrascosa de la tarde. Nani y yo nos ensopamos, mientras ella quedó totalmente protegida en su carriola.







Ya en la tarde, nos juntamos con su papá y con su saba Tuvia para celebrarla en casa. Nani le trajo un pastel (que no se puede comer, obviamente) y velitas. Como nadie fuma y la estufa es eléctrica, las velitas quedaron sólo de adorno. Para tranquilizarlos, les aviso que en la mañana le puse las mañanitas de Pedro Infante y se las canté cual debe ser.






Mi intención es hacer un video conmemorativo del pasado año, pero me va a llevar tiempo. Mientras, les puedo platicar que mi pequeña no deja de asombrarme con su vivacidad cada día. Por supuesto siento que es la creatura más bonita en el universo cada vez que la veo, pero aparte de eso, me cae muy bien. Cada vez avienta más "palabras", tiene más expresiones y se comunica de manera más específica. Hoy la agarré parada sin agarrarse de nada, a media sala. Cambio cambio cambio.

Su papá y yo estamos muy contentos con éste primer año de vida y estamos muy entretenidos esperando el que sigue. ¡Felicidades mi amor!

2.7.11

Antes de partir

Mañana nos toca treparnos al avión para visitar la tierra que vió nacer a Leah. Tanto a ella como a mí, nos va a tocar pasar nuestro cumpleaños lejos (la historia de mi vida). Esta es la última entrega de historias en México antes de que Leah cumpla su primer añote.

Ya estamos de lo más adaptados a nuestra casa. Seguimos teniendo un par de cajas sin desempacar, y no hemos colgado ningún cuadro, pero lo básico ya fluye normalmente. Antes de que el clima pasara súbitamente de un calorón a nublado con lluvia todos los días, teníamos la costumbre de ver a los vecinitos cuando juegan futbol frente a nuetsra casa. A Leah le fascina verlos, y queda perfecto porque se agarra d elos barrotes de la puerta. Parece que está encarcelada, pero ella lo difruta enormidades. Ya con la lluvia, le cayó de perlas el regalo que le hicieron sus abuelos, una torre-casita con resbaladilla y timón(?). Aunque esté lloviendo afuera, nosotros podemos sentirnos en el parque con el juguete. Hoy se subió casi sola por las escaleras, y lo que más le gusta es asomarse por todas las ventanas y decir "¡ah!".

Creo que se me pasó contarles que sus coquetos broches para el cabello quedaron prohibidos después de que se metió uno a la boca y casi se ahoga (en el coche, un susto HORRIBLE). Sin broches, tuvo unas semanas de etapa Beatle, con el pelo en la cara, hasta que un día la peinaron en la escuela con unas liguitas muy delgadas. Ya le agarré el truco al asunto, y ahora generalmente anda con una o dos palmeritas en la cabeza. Se ve adorable.

Hoy asistimos los padres y los abuelos a la magna exposición anual que hacen en su escuelita. Muestran muchas fotos de paseos, días especiales de fiesta, y días normales de trabajo. Adornan todos los salones con la producción asrtística de los chamacos, y además permiten ver todos los espacios de la escuela. Pudimos así ver la enorme cantidad de materiales con los que embarran papel (granos, cereales, polvos) y las decenas de espacios en los que se pasan el día (salón, terraza, biblioteca, arenero, teatro, alberca de pelotas, talleres). Quedamos todos muy complacidos con el show, y aprovechamos para despedirnos de las maestras, ya que de regreso a Leah le toca pasar de año al salón de al lado.

Y bueno, por primera vez me está tocando empacar con la "ayuda" de Leah. Hago pilitas de ropa, y ella se encarga de esparcirlas por toda la alfombra. Empacar para 1.3 meses de viaje no es fácil, no se puede ver uno tan minimalista y aparte tengo que planear el volumen que voy a traer ocupado de regreso con las montañas de cosas que le ha comprado mi suegra en Munich. Lo complicado va a ser la vuelta.

El siguiente reporte va a ser del otro lado del charco. Mientras les deseo a todos felices vacaciones (si aplica) y/o feliz verano.

La carcel desde afuera

La carcel desde adentro (vestida de Niv)

Colitas

Con la tía Galia, paseando en el vecindario

En su torre-casita

Pieza colectiva

Parte de su salón

15.6.11

Hija de tigres pintitos

Primero que nada, pido disculpas a los lectores de éste espacio por la ausencia de posts a últimas fechas. Las razones son típicas: chamba, niña, bichos maléficos, asuntos de la casa, etc... espero que mejore la cosa ahora que estamos más instalados.

Leah a cambiado tanto en éste último mes, que no se ni por donde empezar el recuento. Pasó que gorilear (moverse con las piernas estiradas y las manos en el piso) a gatear-cangrejear (a veces usa las rodillas y a veces se jala con un pie (¿jaibear?)). Pasó de estar confinada a la alfombra y sus tapetes de goma a corretearme por todo el piso bajo de la casa. Le gusta agarrarse de cualquier cosa para pararse y caminar agarrada, cosa que nos mantiene con el alma en un hilo tratando de evitar que se pegue... casi siempre lo logramos. Ya come galletas ella sola, toma sus vasos de agua o leche y se los empina, pero sigue sin entender que no sirve seguir chupando cuando se acabó.

De un día para otro le agarró un gran amor a su perro de peluche. Se lo regalaron desde antes de nacer y nunca lo había pelado, pero súbitamente le agarró mucho amor. Le da besos y lo trae de un lado para otro. Se ganó boleto para viajar a Alemania el animalito. Por cierto, no puedo creer que nos vamos en ¡tres semanas!. Me aterroriza un poco el jet-lag, pero supongo que habrá que capear el temporal.

El reporte escolar es excelente. Hemos notado que Leah ha aprendido muchas cosas muy rápido desde que va a la guardería. Tiene una reacción mucho más sistemática con la música, "habla" más, se interesa en muchos tipos de juguetes, se mueve más. Curiosamente, hace menos fiestas con los niños en la calle, supongo que porque ya no son novedad. El reporte oficial de su desempeño, que nos acaban de dar hace dos días, demostró nuestras sospechas. Salió con palomita en todos y cada uno de los rubros evauados (que son docenas). Nos consta que es muy feliz al llegar a la escuela y al salir. El único problema es que es tan feliz que duerme muy poco y nos llega fundida al final del día. También duerme mucho en fines de semana para recuperarse... ya nos ajustaremos.

Niv me ha estado molestando diciéndome que ya no tengo bebé sino que tengo toddler. Según yo la definición no queda hasta que tienen el ano cumplido o hasta que caminan, lo que suceda al último. Me parte el corazón ver que mi bebé se está despidiendo para pasar a la niñez... buaaaaa. Ustedes juzgarán con las fotos. Otra cosa es que ya está enflacando la muchacha, como siempre pasa cuando se vuelven móviles. Voy a extrañar mucho a mi bola. Al menos le quedan los cachetes.


Mi bebé

Gateando

Obsesionada con los pegolitos

Comiendo con papá

11.5.11

El fin de una era


Hemos pasado los últimos cuatro meses refugiados en casa de mis queridos padres, gozando de su compañía y de su ayuda todo el tiempo. Resulta que todo lo que empieza tiene que terminar y que por fin nos mudamos a nuestra nueva casa para comenzar nuestra vida como familia independiente en esta ciudad. Me asombra cuánto trabajo me costó cortar el cordón umbilical esta vez. Por supuesto ayuda el saber que estamos a 15 minutos manejando los unos de los otros, pero es un hecho que tanto nosotros como Leah nos acostumbramos a la presencia de los abuelos y los vamos a extrañar. (Aclaro que hemos telefoneado y ya hasta hubo visita domicialiaria de la abuela... a dos días de la mudanza). Desde aca quiero agradecerles una vez más su hospitalidad y la mucha ayuda que nos dieron. La historia hubiera sido mucho meas complicada sin ellos.

El otro gran cambio de la semana es que Leah ya va a la guardería. Desde que la fuimos a inscribir quedó encantada con el lugar y se le lanzó a los brazos a su maestra. Ha repetido la movida todas las mañanas. Entre los reportes está que el primer día tomo una hora de siesta, cosa que la dejó muerta de cansancio en la tarde. Hoy tomó ¡cuatro horas de siesta seguidas!... estaba muerta de cansancio en la tarde. Supongo que poco a poco entrará en ritmo. La otra monería es que el lunes me la entregaron con todo y regalo del día de la madre. Me hizo un coqueto cuadrito con sus manitas impresas en azul.

La floja de mi hija sigue sin gatear, pero todo parece indicar que lo que le urge es caminar. Se para sola agarrándose de lo que puede, y cuando pone las manos en el piso, estira las piernas, como gorilita. Si está agarrada de algo, da pasitos de un lado al otro. En el area verbal, en estos días le da vuelta a su selección de sílabas: mamama, bababa, tatata, dadada, nanana, y ñañaña. A veces avienta otras vocales, a veces otros ruidos (que a mi me suenan a fonemas chinos). Seguido muestra emoción, aprobación o sorpresa levantando al trompita y diciendo ¡uh! (más o menos como en la foto).

Entre las cosas que va a extrañar mucho están los paseos que religiosamente le daba su abuelo en el parque, a veces acompañado de alguien más. Su parte favorita está entre subirse con él al columpio y darle vuelo a unos niveles sorepndentemente bestias para una bebé y aventarse por al resbaladilla. Ella grita de felicidad cuanto más rudo le dan en cualquiera de los dos. Supongo que ahora será disfrute de fin de semana.

Es asombroso lo bien y rápido que se adaptó a la nueva morada. Ha dormido como si nada, comido muy bien, se ha bañado sin repelar y ya hasta hizo migas con el vecinito de enfrente que tiene dos años y medio. Claro que ayuda el hecho de que su abuela ya la vino a apapachar una vez y que mañana vuelve a recibir visita de ambos abuelos... les dije que era duro para todos eso de la separación.

Y ahora la anécdota de la semana: Niv estaba en el cuarto de atrás tratando de domar a la lavadora (que no se dejó). Cuando Leah acabó de cenar me la llevé a ver qué pasaba y en lo que discutíamos el asunto, ¡zaz!, que se cierra la puerta de la cocina, dejándonos encerrados en el patio de atrás y sin teléfono. Entré en pánico pensando en una noche aciaga en el cuarto d elavado con mi hija muerta de frío y hambre... luego pensé que le podíamos pedir a algún vecino que le hablara a mi madre para que viniera a rescatarnos con su copia de nuestra llave... pero luego me llegó el momento McGyver. Agarramos un mecate para la ropa, le hicimos un nudito, lo metimos por la rendija alta de la ventana y eventualmente logramos abrir la ventana principal de la cocina. Ya con eso, Niv pudo agarrar una pala de cocinar para lograr empujar la cosa que abre la puerta. Nos salvamos gracias al mecate que compré ayer y que mi madre instaló inmediatamente. Cerca la bala.

2.4.11

Oda a Leah

El viaje apenas comienza, pero hoy mi hija me dejó tan impresionada, que tengo que dejarlo por escrito. Yo llevaba ya varios días nerviosa ante la idea de viajar a Chile sola con Leah, primero que nada por el viaje en si. Tuvimos que levantarnos a las 3:00am, tomar un avión hacia Panamá, transbordar ahi (sin carriola, los de copa son medio bestias) y luego tomar un avión a Santiago. Unas 16 horas en tránsito en total.

Leah logró dormir buena parte del primer vuelo, pero el déficit de sueño era tan rudo, que no me quedé tranquila. En el segundo vuelo no durmió tanto, pero se entretuvo comiendo, siendo cambiada de pañal, y sobre todo encantando a chicos y grandes por todo el avión. Al final recibí dos docenas de cometarios de todo mundo sobre lo bien que se había portado. Había otra bebé de su edad que se portó menos bien, así que la comparación ayudó. Todavía no puedo creer que no haya llorado ni una sola vez en toooodo el viaje.

Como chisme extra les platico que venían un par de "rockstars" en el avión para lolapalooza. Me llamó la atención que los que viajan en business son los productores, no las "estrellas".

Falta ver cómo nos va con la guardería en la semana, pero por lo pronto, estoy muy orgullosa de mi niña.

23.3.11

Sueño

Hoy fue la primera vez en la que dormí una noche completa desde hace 8 meses y pico. Hoy escribo para hacer una oda al sueño.

Resulta que poca gente lo piensa, pero a menos que uno sea un dormilón natural, la mayoría tenemos que aprender a dormir. Por otro lado, no hay mejor momento para aprender a dormir que en la tierna infancia. Sorprende ver lo poco que se promueve eso de inculcar buenos hábitos de sueño a los hijos. La educación de sueño de Leah se vivió en dos etapas: la primera fue enseñarla a dormir sola, en su cama, y la segunda ha sido hacerla dormir la noche entera.

Para la primera etapa utilizamos los consejos de éste libro, que está traducido a muchos idiomas y que yo no me he cansado de recomendar. Mi hija nunca durmió en nuestra cama, puedo contar con los dedos de la mano las veces que se ha dormido en brazos (estando enferma o en un avión), y nunca hemos utilizado sonidos de ninguna especie para dormirla. Pasamos un par de semanas rudas cuando tenia entre uno y dos meses, pero una vez que aprendió a dormirse sola, lo ha seguido haciendo. Se duerme sola, en su cama y la mayoría de las veces lo hace sin chistar (a veces necea unos 30 segundos a lo sumo).

A diferencia de otras parejas, Niv y yo nunca tuvimos ojeras hasta el piso, nunca nos sentimos abrumados por falta de sueño (con la excepción de un par de días recientemente). A partir de los tres meses de edad Leah se despertaba sólo una vez en la noche y así estuvo hasta los seis meses. A los seis meses se le cruzaron los cables, sospechamos que por culpa de los dientes, pero bien pudo haber sido otro de los muchos cambios que sufrió a esas alturas (comida nueva, casa nueva, gente nueva, etc...). El caso es que ahi empezó a despertarse dos veces en la noche y en ese momento supusimos que era pasajero. Hace dos semanas empezó a despertarse tres veces, y después remató con despertarse definitivamente a las 6:00 de la mañana. Como era de esperarse, pronto empecé a desvielarme y decidí que había que hacer algo al respecto.

Entra en escena el segundo libro. Sencillo, ligerito, facilísimo de leer. Se trata de dejar llorar a la criatura en intervalos de tiempo específicos, volviendo a su lado para asegurarle que no ha sido abandonada, pero sin cargarla o tocarla, sólo hablando con voz calmada y amorosa. La primera noche tuve que volver al lecho de mi niña varias veces las tres ocasiones en que se despertó, y tolerar unos berridos de loca en medio. La segunda noche bastó con que entrara una vez para que volviera a dormir las tres veces. La tercera noche sólo se despertó dos veces, y se volvió a dormir en cuanto salí del cuarto. La cuarta noche despertó brevemente una vez, y para la quinta noche... ya no se despertó.

Es temprano para cantar victoria total, pero estarán de acuerdo conmigo con que el método parece funcionar muuuuy bien. Soy desde ahora una fan total del entrenamiento de sueño. No veo por qué niños y padres deban sufrir largas noches cuando todo se trata de aprender a oir llorar a los chamacos unos minutos.

Update: I found out there is a translation in English for the second book. This is the original version of the first book.

Celebro el día con unas fotos de niña despierta (mucho más divertida cuando duerme bien)

Cara de ciruela pasa

Matando tiempo mientras papá da un coloquio

Ocho meses

Chulísima