20.6.12

Cena Sui-generis

Acabo de llegar de dicha cena, así que de una vez les paso el chisme. Decidí no usar nombres, ni siglas partidarias, ni lugares. Los que me conocen van a saber de qué se trata la cosa, y los que no sepan, es porque no les tocaba.

Por medio de conocidos de mi madre, fui invitada a una cena con un candidato a jefe de gobierno de esta ciudad (equivalente a alcalde). Me vendieron la idea como una cena pequeña con "personas ilustres" de la delegación donde vivo. Decidí invitar a un ilustre amigo vecino para no ir sola. El candidato en cuestión tiene una ventaja enorme en las encuestas, así que no es que esté urgido de votos, y de todas maneras yo ya iba a votar por él.

Al llegar nos dimos cuenta que la pequeña cena estaba más bien en la escala (y estilo) de una boda, con unas 200 personas en total. Antes de que llegara "la novia" nos pasaron a saludar a la mesa varios candidatos a diputados locales y la candidata a jefa delegacional. Todos ellos tienen altas probabilidades de ganar sus respectivas elecciones. Un candidato (el de mi distrito) dijo que siempre le había gustado la astronomía y que le encantaría saber más del tema. Otro candidato me dijo que ya me conocía de antes (!), pero yo a él no. Sigo sin tener idea de donde me conoce. Es de mi edad.

"La novia" tardó mucho en llegar y nosotros estábamos a punto de morir de hambre. Nos salvó el entretenimiento musical que consistía en un ensamble de teclados, algo que parecía un chelo eléctrico, y un violín, que a su vez acompañaban las voces de una menuda soprano y una portentosa diva barítono. La diva iba enfundado en una especie de larga bata japonesa, o quimono minimalista, una bandana que cubría su amplia calva, y uno de esos "collares" que usan los sufies en la mano: una diva-barítono-japonés-sufi. El repertorio fue de boleros tradicionales a Bocelli, a opera popular, pasando por estándares de tango. La diva se deshacía en movimientos de brazos y expresiones faciales dramáticas. Nos hizo la noche.

Ya que por fin decideron alimentarnos, comenzó la ronda de discursos. Primero la candidata a jefa delegacional, luego los candidatos a diputados locales, y luego una candidata a diputada federal. Todos diciendo cosas genéricamente razonables en promedio. Luego vinieron dos invitadas "ciudadanas", una de las cuales se tiró un choro histórico sin pies ni cabeza en el que la parte "mala" de la delegación fue que ahí vivia la monja que entrenó al asesino de Obregón (?), y la parte "buena" fue que Zapata y Villa se encontraron ahí por segunda vez. El evento se cerró con la estrella de la noche, que se aventó su discurso de campaña adaptado a la delegación. Es un orador competente, y estoy segura de que lo va a hacer bien.

Acabamos de cenar y nos unimos a la desbandada que se fue. Al final fuimos relleno fino para un acto de campaña fino.

2 comentarios:

Julio dijo...

Tsss... te acarrearon.

Eva dijo...

Al menos me tocó la versión fresa de una torta...