31.10.11

Ópera a larga distancia, pero en vivo.



Probablemente ya les había dicho, pero por si no. Don Giovanni es mi ópera favorita. En general soy muy fan de las óperas de Mozart porque, aparte de tener una música sublime, son en general muy divertidas y reparten el libreto entre muchos personajes. Otras óperas se concentran mucho en uno o dos personajes solemnes y se avientan arias kiolmétricas. Con Mozart hay muchas escenas donde tres, cinco o hasta siete personas están cantando al mismo tiempo, y siempre hay varias lineas en las que todo mundo se muere de risa.

La última vez que la ví en vivo fue en Munich, desde la parte más alta de la casa de la ópera, así que eso de que la ví es un decir. Ví muchas partes superiores de cabezas. Ésta vez decidimos asistir a la proyección via satélite desde el Met de Nueva York en el Auditorio Nacional. Para los que no lo conocen, el auditorio tiene capacidad para unas 10,000 personas. No venden todos los boletos, así que yo calculo unas 5000 personas en la función. Por lo que sé, la transmisión se hace a 24 paises en el mundo, con centenares de lugares en la lista, sobre todo en cines. Aquí en México se hace en 10 ciudades. Niv se puso a investigar, y el dinero que sacan de la transmisión es menos del 10% de su presupuesto anual, así que los ganones parecen ser los dueños de los cines... y el público, claro.

Fuimos mis papás, Niv y yo. Llegamos patinando al auditorio, pero justo a tiempo para cachar la overtura desde el principio. Mi primera sorpresa fue que el papel de Don Ottavio estaba representado por Ramon Vargas, que es el orgullo nacional en cuanto a tenores se refiere. Mi segunda sorpresa es que la gente es tan entusiasta ¡que aplaude!. Si juntaran los aplausos de todas las sedes, serían unas ovaciones épicas para los cantantes.

La puesta en escena fue con vestuario clásico, pero algo sencilla en cuanto al escenario. Eso sí, con un gran reparto. Lo que me gusta mucho de esta ópera es que, a pesar de que el malo es malisisísimo, una rata de dos patas, un desalmado total, hay algo en él que simpatiza un poco. Y los otros, a pesar de ser los buenos, tienen sus aristas dudosas, son débiles de voluntad, o muy quejicas, o parecen perrito faldero, o caen fácil en tentaciones. Mi personaje favorito es Leporello, el criado, que en realidad es el que mantiene junta toda la cosa. Ayuda con las traiciones, y no tiene mayores problemas éticos, pero pasa enormes riesgos a nombre de su amo. Es la onda.

Mi tercera sorpresa es que a los cantantes y al director no les dan mucho respiro en el intermedio. En cuanto cierran la cortina, hay un equipo de cámaras que se va al backstage y entrevista a todos. Nosotros tuvimos que ir a buscar alimento para sobrevivir las cuatro horas del show, pero por lo visto hay algo que ver todo el tiempo.

Total que la experiencia fue muy gratificante. El sonido es excelente, la producción también. El auditorio es muy cómodo y eso de ver una ópera con lujo de close ups y cámaras múltiples es francamente agradable. Y hasta algo de la sensación de estar en viéndolo en vivo hay. Muy recomendable si algún día quieren ir a si cine/teatro local.

21.10.11

Palabras, muchas palabras

Hace tanto que no escribo, que se han acumulado muuuuchas palabras en el vocabulario de Leah. Escribo esto en parte para compartirles los chismes sobre mi hija, pero también para registrar cosas que tal vez se me olviden en unos años (o hasta meses).

Lo primero que hay que decir es que esta niña es una tarabilla. Por supuesto que no tengo una cuenta precisa de cuántas palabras dice, pero tranquilamente anda en las 50. Casi diario nos sorprende con palabras nuevas. Los grupos se dividen sobre todo en comida, objectos de juego, animales, verbos/expresiones, y gente/nombres. Hace ya rato abandonó la costumbre de referirse a los humanos que la cuidan como "mamá", y ahora hay una enorme variedad de gente: "mami", "papá", "bello" (abuelo), "mata" (su abuela, y su maestra, son tocayas), "nene" (Irene), "nani" (savta), "aba" (saba), "uyo" (Julio), "nano" (Mariano), "ias" (el vecinito Matías), y muchos de sus compañeros de escuela, incluidos niños que no van en su grupo. A mucha gente les dice su nombre cuando se los presentas, y en algunos casos lo sigue repitiendo después de verlos. También estan "iños" y 'bebé", que son todos los de dos años o menos, o los que van en carriola.

Los animales son un mundo aparte, tenemos los clásiquisimos "ato" (gato) y "edo" (perro), el primero indistinguible del "ato" (pato, y de los zapatos). Sus obsesiones ahora incluyen al "ate" (elefante), "afa" (girafa), y "ballo"... como friega con esos. También populares son "dana" (rana), "uga" (tortuga), "ino" (pingüino), "oso", "ejo", "pez", "dillo" (cocodrilo), "ito, pio, pio" (pajarito), "ejo" (cangrejo y conejo), y una especie aparte: "dodo", que es cualquier cosa que se parezca a su delfín adorado, que se llama Diódoro. Ah, se me olvidaba que en casa de mis padres está el "bibí" (colibrí).

Como tiene muy buen diente, pide por su nombre varios tipos de alimentos y bebidas: "tan" (pan), "dilla" (quesadilla), arroz, pasta, uvas, "echita" (lechita), "aya" (agua), galleta, yogurt, fruta, cereal, plátano, sopa, pizza... más los que se acumulen esta semana. En general, cuando tiene hambre genérica, simplemente pide "más".

Las conexiones lógicas que hacen los niños chiquitos son muy curiosas, por ejemplo, le ha dado por decir "voy" cuando quiere algo ansiosamente, porque yo le digo "voy, voy" cuando me estoy apurando a darle algo. También dice "mamos" (vamos), ven, subir, "ando" (bailando). Y bueno, una de sus palabras favoritas de todos los tiempos "nah" (no).

Entre los objetos más mencionados están sus adorados "bibos" (libros). El otro día casi entra en shock entusiasta cuando la llevamos a la sección infantil de la librería Rosario Castellanos. No podía creer que hubiera tantos "bibos". Le encanta jugar con los contenedores de mis "emas" (cremas), adora pasear por la casa con su "oba" (escoba), le encanta ver los adornos de halloween de los vecinos, ansía ver las "asas" (calabazas). cada vez que alguien lava algo en cualquier lado, ella dice "manos", porque le fascina lavarse las manos. Se roba cuadritos de papel de baño y pretende que se limpia los mocos, dice "mocos" mientras se embarra el papel en la nariz ("niz"). En fin, imposible acordarnos de todos los objectos que conoce.

Por último, está su otro idioma. Entiende todo lo que Niv le dice, por supuesto, pero las palabras que dice en inglés son: cookie, coffee, "oodls" (noodles), "ulk" (milk, our favorite right now), teeth, banana, "apu" (apple), "ish" (fish), cowboy, horse, bye. Por el momento, la única palabra estable en alemán es "apan" (Ampelmann).

Si alguién pregunta por su primera palabra, creo que está entre agua y pelota, pero honestamente no me acuerdo cuál fué primero. Es la que más habla en su grupo, sin ser la más grande, le debe de pegar unas choreadas de miedo a sus pobres compañeritos. Mi mamá dice que ni yo hablaba tanto a la misma edad. Yo creo que es una combinación bestia entre mis habilidades verbales y el fabuloso oido de Niv. Lo siento por los demás.

Pelos de loca

Tiene MUY buen diente

Enseñándole a su abuelo cómo usar el "olla"

Volando en La Condesa con su abuela y su abuelina ("ina")

3.10.11

Caifanes

Puede parecer atasque eso de ver a Caifanes dos veces en el mismo año, cruzando la calle de donde los vi la vez pasada... pero ya me conocen. Me ofrecieron un boleto para ir con un par de amigas de la primaria y otros acompañantes. No hay mejor compañía que aquellos con los que compartiste esa música desde la tierna infancia.

Lo primero que hay que comentar es el lugar. La última vez que yo fui a un concierto en el Palacio de los Deportes fue en los tempranos noventas. No me atrevería a decir que suena "bien", pero ciertamente mejoró enormidades. Suena mejor que cualquier arena deportiva gringa que yo haya visitado, al menos. El lugar estaba a reventar, y dado lo rápido que se vendieron los boletos, me da la impresión de que la mayoría eran muy fans. Las 18,000 voces que acompañaron a Saúl en la mayoría de las canciones confirman el diagnóstico.

Salieron al escenario uno por uno, para recibir ovación personalizada y se arrancaron con Viento para prender a las masas desde el principio. Después de otros cuantos "hits" (Para que no digas que no pienso en ti, Miedo) se aventaron unas cuantas para los más conocedores. La mayoría de la gente se pasó esa parte sentadita. Volvieron a levantar a la banda con Aquí no es así, Cuentame tu vida y Antes de que nos olviden. De ahi en adelante ya fue un tórrido romance con la audiencia. Hicieron una catafixia en la que Alfonso André (el guapote) y Diego Herrera (el quinto elemento) bajaron al frente con un bongó cada uno, mientras Sabo (la trenza infinita) se subió a los teclados, mientras Markovich (el nomerioniapuntadepistola) y Saúl (el corazón de la noche) se quedaron en las guitarras. Nos deleitaron con una hermosa versión de Ayer me dijo un ave. De ahi brincaron a mi canción favorita, Hasta morir, que les salió deliciosa. Tuvieron otro par de canciones más marginales, y luego ya no le bajaron al tono, puro hitazo rudo que enloqueció a la gente.

El ánimo fue muy distinto al concierto del Vive Latino. Ese primer concierto después de tantísimos años fue muy muy muy emotivo, y todos estábamos en una especie de shock, como incrédulos de que se haya podido dar el reencuentro. Éste ya no fue sorpresivo, sino fue el de "ahora si vamos a desquitarnos". El anterior fue reverencial, éste fue entregadísimo. Se sintió como si la banda y el público se hubieran abrazado para cantar juntos. Ellos se veían muy contentos, pero más relajados que la otra vez... salvo Markovich, que nunca se ve relajado, ni contento.

A la hora de presentar a los miebros de la banda, Saúl tuvo que hacer largas pausas porque cada nombre fue seguido por una laaaarga ovación. Diego Herrera (el alma de la fiesta), fue el que más contento se vió todo el tiempo. Alfonso André (el pelos de baba de nopal) como siempre se mantuvo cool, pero muy agradecido. Markovich (el jetas) no alcanzó ni a doblar la orillita de los labios a pesar de los muchos minutos de ovación que tuvo, pero sí hizo la seña de abrazar al público. Sabo (el señor estilacho) también se mantuvo cool, y en algún momento empezó a tocar la melodía de ole ole ole ole... cuando la gente empezó a cantar "ole ole ole ole, sabooo sabooo", los paró en seco, y presentó a Saúl (el cuero le sienta bien). Por supuesto casi se cae el recinto, y al hombre no le quedó mas que taparse la cara con las manos y reirse. Se me hizo curioso que Saúl siempre se dirige a "la raza" en segunda persona del singular. Todo es "a tí raza", "para tí raza", etc...

Cuando se fueron habían quedado a deber los hitazos más rudos, así que la pregunta era sólo cuánto iba a durar el encore. Decidieron volver con La negra Tomasa y ahi sí TODOS, todititos se pararon a bailarla y cantarla. Siguieron Nubes y como la vida sin célula no es vida, pues siguió La célula que explota. Volvieron a salirse, la gente volvió a pedirlos rabiosamente, y regresaron para rematar nada menos que con Afuera y No dejes que... apoteosis total. Es uno de los encores más contundentes que he visto en la vida. De salida bajaron al pasillo que queda entre la primera fila y el escenario al besamanos. En las pantallas se veía a gente enloquecida, gritando, lanzando besos, llorando, y hasta pasándoles chamaquitos de cinco años con su camiseta de caifanes para que los "bendijeran".

Fue un concierto enormemente generoso por todos lados. Duró dos horas y media, que como dije, fueron el idilio de una ciudad y sus ídolos recuperados después de muchos años. Entrega total entre banda y público... y yo tuve la enorme suerte de estar ahí. ¡Gracias a mi amiga por endilgarme el boleto!.


Visión general

El guapote

Será jetón, pero que buen guitarrista

Enorme

El gran Sabo, con su camisa de lunares

Diego Herrera, con el infaltable saxofón

La catafixia

Todos ellos