Debido a mi cambio de continente, la añosa tradición de la fiesta virtual para los Oscares pudo continuar éste año. Por primera vez hubo más de un ganador, de hecho hubieron tres: mi papá, Nairn, y Claudia, con 17 puntotes. Siguiendo con las tradiciones, yo quedé en segundo lugar, muy bien acompañada por ¡cuatro personas!. Creo que nunca habíamos tenido tanta gente con tantos puntos. Daniel nos desilusionó abandonando el sótano, hasta llegó a los dos dígitos. El nuevo sotanero fue mi querido Verde, que sigo sin entender en qué Academia estaba pensando cuando votó, pero al que hay que aplaudir por haber participado en la fiesta hasta el final desde las lejanías británicas.
La novedad de éste año fue que me tuve que ausentar un buen rato de la ceremonia porque mi hermosa hija fue atacada por un maldito diente (creo que ya le salió, el segundo). Ella que practicamente nunca se despierta después de su hora de cama hasta su siguiente comida (bien entrada la madrugada), se levantó berreando y sufriendo mucho. Tuve que echar mano tanto del remedio alemán como del mexicano.
Le quiero agradecer a Galia la compañía en vivo, y sobre todo la ayuda técnica cuando tuve que ausentarme. Gracias a los participantes en el chat, hacen la ceremonia muy llevadera. Gracias a mis papás por proveer la botana. ¡Felicidades a los tres ganadores!
28.2.11
16.2.11
Novedades
La frecuencia con la que estoy posteando es clara indicación de que ando en chinga. Aca les van los últimos chismes antes de que me atrase más.
Tuvimos cuatro fines de semana seguidos saliendo de la ciudad, dos a Puebla y dos a Cuernavaca. Es muy lindo eso de salir a pasear y respirar aires frescos, pero me alegra saber que no voy a ver una caseta de cobro éste fin de semana. Ya me cansé.
Los hábitos de Leah han cambiado mucho. Requiere más atención que antes y al mismo tiempo es un poco más independiente. En mis (hasta ahora infructuosos) intentos para que agarre la mamila descubrí que puede estar 8 horas sin tomar leche. Aguanta comiendo papillas y tomando algo de líquido con cuchara. Esta es la segunda semana en la que la dejo en casa con Irene mientras me vengo a la oficina. Es muuuuuy difícil y siempre llego a la tarde muy ansiosa por volver a casa. Irene ha hecho un excelente trabajo ocupándose de ella durante el día y poco a poco conseguimos que ingiera más cosas. Me da esperanzas para poder llevarla a una guardería en el futuro cercano, pero vamos paso a paso.
Después de muuuucho trabajo, vueltas y papeleo, logramos firmar el contrato para una casa. Ya tenemos las llaves y todo, pero nos hacen falta muebles para poder mudarnos. Esperamos pronto poder hacernos de las piezas básicas para poder sobrevivir en nuestro nuevo hogar. La casa está en el centro de Tlalpan, cerca de la plaza. Para los que no conocen el rumbo, es uno de esos barrios viejos, con algunas calles empedradas, iglesia del siglo XVI, mercado tradicional, parquecitos y muchos edificios viejos. Muy lindo y con un tráfico nada despreciable. La casa es muy amplia, así que ya que tengamos muebles, esperamos recibir muchas visitas.
Leah acaba de cumplir siete meses. Decidí festejarla llevándola a un museo. Las mujeres de la casa nos fuimos al museo de San Ildefonso a ver la exposición de Orozco aprovechando la soleada tarde de domingo. Leah aguantó muy bien en su carriola la mitad de la exposición. Luego me la puse en el canguro (que sigue cosechando aplausos entre el público en general) hasta que su entusiasmo se desbordó por completo. En la sala más grande de todas, mi niña empezó a gritar de felicidad. La saqué a que gritara un rato. Ya que se calmó, me volví a meter, y volvió a pegar de gritos, pero esta vez me quedó claro que era por su fascinación por descubrir el eco. Su excelente humor hizo que mi mamá y yo tuviéramos que ver el final de la exposición en turnos. Nos divertimos mucho y como siempre fue un gozo visitar ese maravilloso edificio.
La chamba está a todo vapor. Ya tengo dos pláticas agendadas en el siguiente mes (la primera mañana). El proyecto en el que estoy trabajando aca está empezando a moverse con entusiasmo. Puedo ver docenas y docenas de intercambios por e-mail con docenas y docenas de colegas en mi futuro. Los estudiantes de Munich están por publicar sus primeros artículos, lo cual implica una cantidad copiosa de revisiones a manuscritos. Nuestro grupo acaba de completar dos noches exitosas de observación en el telescopio VLT en Chile. Muchos datos con que lidiar. Me acaban de aprobar fondos para ir a una conferencia en Santiago en abril, así que también ando organizando eso. Mucho mucho que hacer.
Tuvimos cuatro fines de semana seguidos saliendo de la ciudad, dos a Puebla y dos a Cuernavaca. Es muy lindo eso de salir a pasear y respirar aires frescos, pero me alegra saber que no voy a ver una caseta de cobro éste fin de semana. Ya me cansé.
Los hábitos de Leah han cambiado mucho. Requiere más atención que antes y al mismo tiempo es un poco más independiente. En mis (hasta ahora infructuosos) intentos para que agarre la mamila descubrí que puede estar 8 horas sin tomar leche. Aguanta comiendo papillas y tomando algo de líquido con cuchara. Esta es la segunda semana en la que la dejo en casa con Irene mientras me vengo a la oficina. Es muuuuuy difícil y siempre llego a la tarde muy ansiosa por volver a casa. Irene ha hecho un excelente trabajo ocupándose de ella durante el día y poco a poco conseguimos que ingiera más cosas. Me da esperanzas para poder llevarla a una guardería en el futuro cercano, pero vamos paso a paso.
Después de muuuucho trabajo, vueltas y papeleo, logramos firmar el contrato para una casa. Ya tenemos las llaves y todo, pero nos hacen falta muebles para poder mudarnos. Esperamos pronto poder hacernos de las piezas básicas para poder sobrevivir en nuestro nuevo hogar. La casa está en el centro de Tlalpan, cerca de la plaza. Para los que no conocen el rumbo, es uno de esos barrios viejos, con algunas calles empedradas, iglesia del siglo XVI, mercado tradicional, parquecitos y muchos edificios viejos. Muy lindo y con un tráfico nada despreciable. La casa es muy amplia, así que ya que tengamos muebles, esperamos recibir muchas visitas.
Leah acaba de cumplir siete meses. Decidí festejarla llevándola a un museo. Las mujeres de la casa nos fuimos al museo de San Ildefonso a ver la exposición de Orozco aprovechando la soleada tarde de domingo. Leah aguantó muy bien en su carriola la mitad de la exposición. Luego me la puse en el canguro (que sigue cosechando aplausos entre el público en general) hasta que su entusiasmo se desbordó por completo. En la sala más grande de todas, mi niña empezó a gritar de felicidad. La saqué a que gritara un rato. Ya que se calmó, me volví a meter, y volvió a pegar de gritos, pero esta vez me quedó claro que era por su fascinación por descubrir el eco. Su excelente humor hizo que mi mamá y yo tuviéramos que ver el final de la exposición en turnos. Nos divertimos mucho y como siempre fue un gozo visitar ese maravilloso edificio.
La chamba está a todo vapor. Ya tengo dos pláticas agendadas en el siguiente mes (la primera mañana). El proyecto en el que estoy trabajando aca está empezando a moverse con entusiasmo. Puedo ver docenas y docenas de intercambios por e-mail con docenas y docenas de colegas en mi futuro. Los estudiantes de Munich están por publicar sus primeros artículos, lo cual implica una cantidad copiosa de revisiones a manuscritos. Nuestro grupo acaba de completar dos noches exitosas de observación en el telescopio VLT en Chile. Muchos datos con que lidiar. Me acaban de aprobar fondos para ir a una conferencia en Santiago en abril, así que también ando organizando eso. Mucho mucho que hacer.
Leah y Mariano, compartiendo el gimnasio como langostas |
En Cuerna |
Aprovechando la bonita pared |
Mmmh, espinacas |
Festejando el cumpleaños de Ceci |
Feliz con papá |
En San Ildefonso |
Feliz con la abuela |
10.2.11
Adiós Daniel
Anoche fui a despedir a un compañero de la preparatoria. Murió de manera accidental, mientras estaba de vacaciones. Su hermano mayor fue cuate mío de la facultad, así que entre ambos, hay montones de amigos que estamos en shock por la súbita partida.
La enorme cantidad de gente (y la edad promedio) dejaron clarísimo que se fue temprano un hombre querido por muchos. La despedida fue muy emotiva. Lo cubrieron con la bandera republicana española (muy cercana a su corazón y sus ideales) y también llevaron su bandera puma, la que durante años llevó al estadio. Sus fotos y la música que adoró durante años redondearon el cuadro.
Mucho dolor y muchos abrazos para tratar de amortiguarlo. Descansa en paz Daniel.
La enorme cantidad de gente (y la edad promedio) dejaron clarísimo que se fue temprano un hombre querido por muchos. La despedida fue muy emotiva. Lo cubrieron con la bandera republicana española (muy cercana a su corazón y sus ideales) y también llevaron su bandera puma, la que durante años llevó al estadio. Sus fotos y la música que adoró durante años redondearon el cuadro.
Mucho dolor y muchos abrazos para tratar de amortiguarlo. Descansa en paz Daniel.
6.2.11
Agobio
Aclaro antes que nada que éste post es estrictamente para desahogarme. Sé que me voy a sentir mejor cuando lo acabe.
Mudarse a un nuevo país es siempre estresante. Mudarse con un bebé pequeño y un marido que no habla el idioma local, le pone una zazón especial al asunto. El problema fundamental es que yo soy el centro de servicios para muchas cosas. Cada vez que alguien necesita algo de Niv en el instituto, me lo piden a mí. Cualquier trámite de cualquiera de los dos, lo tengo que agendar y gestionar yo. Cualquier papeleo que se tenga que reunir, lo entiendo sólo yo. Por supuesto que ambos cuidamos a Leah, pero hasta ahora la que produce comida soy yo, y la que la puede llevar al pediatra soy fundamentalmente yo. Niv es un padre amoroso y dedicado, pero la ropa y accesorios de bebé no son lo suyo, por supuesto. Todas las negociaciones prácticas y sociales con familia y amigos, las tengo que hacer yo, pero consultando a Niv, obviamente. Afortunadamente la adquisición de nuestro nuevo auto puso tan de buenas a mi marido que ha estado manejando desde entonces, pero hasta ahora no puede manejar sin navegador humano, o sea yo.
En el frente laboral, por un lado estoy muy emocionada de poder volver a trabajar "de tiempo completo", pero por otro, no puedo trabajar a fondo mientras Leah se siga rehusando a tomar la mamila... ¿les conté que se rehusa con todas sus fuerzas? El otro día duró ocho horas sin comer, y al final nos rendimos nosotros. Tengo que usar mis días libres para tratar de que tome la mamila, en lugar de descansar, porque mi futuro laboral y hasta existencial (de cierto modo) depende de que ella pueda comer de alguna otra fuente que no sea yo en el futuro cercano. Es un gozo total ver como desarrolla una fuerte personalidad día a día, pero por otro lado, parece haber heredado la vena terca de su padre y de su madre.
No es una exageración decir que nada se compara al placer de alimentar y cuidar a tu hija (o hijo si es el caso). Verlos crecer y aprender cosas nuevas como producto del tiempo que uno les dedica es una sensación fantástica. Por supuesto, en cuanto uno queda designado como el centro de servicios, automaticamente se incluye el departamento de quejas en el mismo edificio. Si ella está de malas, o le duele algo, o simplemente está aburrida, la persona que se va a enterar con lujo de detalle soy yo.
En fin, que a veces la vida se pone demandante y a uno le toca llevar buena parte de la carga. Si no tuviera un marido decente, y una familia solidaria, yo creo que sí acabaría en una institución mental o al menos en un diván. En mis circunstancias, me conformo con quejarme en mi blog. Seguimos dándole.
Mudarse a un nuevo país es siempre estresante. Mudarse con un bebé pequeño y un marido que no habla el idioma local, le pone una zazón especial al asunto. El problema fundamental es que yo soy el centro de servicios para muchas cosas. Cada vez que alguien necesita algo de Niv en el instituto, me lo piden a mí. Cualquier trámite de cualquiera de los dos, lo tengo que agendar y gestionar yo. Cualquier papeleo que se tenga que reunir, lo entiendo sólo yo. Por supuesto que ambos cuidamos a Leah, pero hasta ahora la que produce comida soy yo, y la que la puede llevar al pediatra soy fundamentalmente yo. Niv es un padre amoroso y dedicado, pero la ropa y accesorios de bebé no son lo suyo, por supuesto. Todas las negociaciones prácticas y sociales con familia y amigos, las tengo que hacer yo, pero consultando a Niv, obviamente. Afortunadamente la adquisición de nuestro nuevo auto puso tan de buenas a mi marido que ha estado manejando desde entonces, pero hasta ahora no puede manejar sin navegador humano, o sea yo.
En el frente laboral, por un lado estoy muy emocionada de poder volver a trabajar "de tiempo completo", pero por otro, no puedo trabajar a fondo mientras Leah se siga rehusando a tomar la mamila... ¿les conté que se rehusa con todas sus fuerzas? El otro día duró ocho horas sin comer, y al final nos rendimos nosotros. Tengo que usar mis días libres para tratar de que tome la mamila, en lugar de descansar, porque mi futuro laboral y hasta existencial (de cierto modo) depende de que ella pueda comer de alguna otra fuente que no sea yo en el futuro cercano. Es un gozo total ver como desarrolla una fuerte personalidad día a día, pero por otro lado, parece haber heredado la vena terca de su padre y de su madre.
No es una exageración decir que nada se compara al placer de alimentar y cuidar a tu hija (o hijo si es el caso). Verlos crecer y aprender cosas nuevas como producto del tiempo que uno les dedica es una sensación fantástica. Por supuesto, en cuanto uno queda designado como el centro de servicios, automaticamente se incluye el departamento de quejas en el mismo edificio. Si ella está de malas, o le duele algo, o simplemente está aburrida, la persona que se va a enterar con lujo de detalle soy yo.
En fin, que a veces la vida se pone demandante y a uno le toca llevar buena parte de la carga. Si no tuviera un marido decente, y una familia solidaria, yo creo que sí acabaría en una institución mental o al menos en un diván. En mis circunstancias, me conformo con quejarme en mi blog. Seguimos dándole.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)