Pues sí, a todos nos llega la hora. Oficialmente hace cuatro semanas que estoy en permiso de maternidad, pero en realidad no había dejado de ir al instituto dos o tres días por semana. Ya tenía tomada la decisión de que el jueves iba a ser mi último día ahi, y ¡zaz!, el cuerpo me puso el alto antes. Dormí muy mal, razón por la cual estaba muy cansada, y hacia la tarde me empezó a doler la garganta. Después de cuidarme minuciosamente durante 38 semanas (en varios paises y circunstancias) me tenía que dar catarro justo cuando planeaba llevármela leve... ni modo. Estoy oficialmente en estado de ballena encallada.
Lo bueno es que hasta antes de eso, la verdad le alcancé a sacar jugo a los pocos días veraniegos que hemos tenido. Fui a museos, a cenar con amigos, a un concierto, a ver partidos y demás. No me puedo quejar. También recibí la agradable (aunque breve) visita de mi querida Pamela con sus dos retoños. Vimos aqui el juego Mexico-Uruguay... menos mal que Emil está suficientemente chico como para no tomarse las derrotas a pecho.
Es un hecho que desde hace más de una semana traigo la panza baja. Por lo que he leido, eso puede significar cualquier cosa, que entre en trabajo de parto mañana o dentro de tres semanas. Fuera de eso no he tenido ningun otro de esos síntomas que podrían indicar que ya viene la muchacha, pero una vez más, eso no significa nada porque hay los que se avientan como el borras sin decir agua va. La esperanza es que la niña aguante a que su abuelita Martha pise suelo Europeo, y si no ya de perdis que espere a que su tío Julio vuelva de Berlín y su mamá salga de la gripa. Veremos.
Ah. Hace algunas semanas que mi amoroso y creativo marido me ha estado llamado con cariño "hipopótamo". Descubrimos que en un espacio de juegos para niños de aqui cerca hay unos enormes hipopótamos de piedra, así que no podía dejar de tomarme la foto con mis congéneres.
Ya no me acuerdo cuando fue la última vez que pasé varios días seguidos sin salir de mi casa. La verdad no me molesta, salvo porque el clima está esplendoroso estos días. Ley de Murphy.
Puede ser la última de la serie del metro (con panza, al menos)
Con Martin y la paisaniza en el juego contra FranciaPamela y su descendencia, yo y la mía
Hipopótamos