El punto culminante de la semana para mi gusto fue la plática plenaria que dio John Grunsfeld, que sería canonizado en vida si los astrónomos tuviéramos santos. Éste señor fue parte no de una, ni de dos, sino de tres misiones de transbordador para reparar el telescopio espacial Hubble. Nos platicó con lujo de detalle los pormenores de la reciente misión del Atlantis, con muy buen sentido del humor. Entre los chismes curiosos platicó que el comandante de vuelo, Scott Altman, es mejor conocido como el protagonista de la afamada película Top Gun. Resulta que él es el piloto volando los aviones de Tom Cruise. ¿Se acuerdan de esa escena donde el caza gringo se topa con un caza ruso y se ven ventana a ventana de cabeza?, el dedo era el de Scott Altman. También nos platicó sobre las decisiones ejecutivas que tuvieron que tomar durante las caminatas espaciales, algunas muy arriesgadas y que afortunadamente salieron bien. Casi me sacó lágrimas al relatar como se despidió del telescopio, sabiendo que ningún humano lo va a volver a visitar, le dio una palmadita y le susurró "Hubble, you are the man". Muy conmovedor oirlo hablar de el aparato como si fuera su pupilo, o su mascota o su sobrino pues. Nadie ha tenido un contacto más intenso con ese maravilloso instrumento. Recibió una ovación de pie, y el presindete de la AAS dijo "esta es la segunda vez que veo una ovación de pie, la vez anterior acabó en premio Nobel".
A pesar del frio del carajo que hacía, salimos todos los días a cenar con amigos y paseamos un día por la ciudad. Hasta al cine alcanzamos a ir. Ayudó mucho que Clau se portara como una anfitriona de lujo y nos trajera del tingo al tango con planes variados. Sobre nuestra última parada, les platico luego.
Astrónomos y chelas (yo un ginger ale, claro)
Con mis amiguitas
En el metro
Claro, las mexicanas nos sacamos los monitos en la rosca
Afuera del museo nacional de los indios americanos
Clau y yo sonriendo a pesar del frío jijo que hacía
Con mi marido en el mall
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