Ya estoy del otro lado del oceano y estoy atrasada de chismes. Rapidito les cuento que antes de brincar el charco hice una visita relámpago para ver a los Capella Peña en Bonn. Mi intención principal era ponerme al corriente con el lavadero y conocer a la pequeña Alba. Me alegra reportar que ambas actividades se realizaron con gran éxito. Platicamos y platicamos y platicamos muuuy a gusto, también jugamos y sobre todo leimos mucho con Alba. Yo nunca había conocido a un infante tan compacto que fuera taaaan fan de los libros, ¡no tiene llene la creatura!.
De paseo solo salimos a pulular por el centro y a consumir alimento al mercado de navidad. Comí dos cosas que no recuerdo haber visto en los mercados bávaros: unos como mini-hotcakes holandeses espolvoreados con azucar, y unas como tortitas de papa rallada fritas (ahogadas) en manteca y con puré de manzana, ambos buenísimos. Lo que pude ver de Bonn se me hizo monísimo. Sí debe ser de las ciudades alemanas más encantadoras. Me impresionaron mucho los edificios donados a la universidad, muchos palacios. La visita fue corta pero yo me la pasé riquísimo.
Los Capella Peña con la rectoría d ela universidad detrás
El Rihn y nosotros (y la carreola)
bebiendo glühwein en el mercado
El mercado
1 comentario:
Me asombra la edad de la futura lectora voraz. ¿Qué le leen?
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