16.12.11

San Miguel de Allende

Antes de que me siga atrasando más, aquí les van los chismes de hace dos semanas.

Con motivo de la boda de nuestros queridos Karina y Alejandro (de Austin), la familia en pleno (abuelos incluidos) nos lanzamos a San Miguel de Allende. Fue un viaje relámpago, pero le sacamos mucho (y buen) jugo.

La salida de la ciudad el viernes fue de pesadilla, porque no hay otra manera de salir de la ciudad. Es imposible cruzar Polanco sin atorarse, imposible. Una vez que libramos ese atasque, el resto del camino fue bastante terso. Llegamos a nuestro bed & breakfast justo al caer la noche.

Cenamos muy rico junto a la plaza, e inmediatamente después nos dimos a la tarea de encontrar a la callejoneada pre-boda. No fue difícil, ya que la callejoneada resultó ser cuasi estática, aunque eso sí, con un enorme mariachi de acompañamiento. Mención especial para el burrito, que estaba adorable, peludo peludo. Cerramos con una chela en un hermoso balcón, y nos fuimos a colapsar.

El día siguiente fue el de paseo. Caminamos y caminamos por calles empedradas, primero con Leah y mis papás, y luego con los cuates. La parte de Leah fue particularmente ruda para mi y para mi papá porque la señorita se rehusaba a ir en los brazos de alguien más. Decidimos comer en un restaurant Thai de buen ver, y fue una gran idea, porque la cocinera resultó ser de Tailandia y la comida estuvo fabulosa. El pueblo es encantador, pero yo regresaría aunque sólo estuviera ese restaurant. Volvimos velozmente a cambiarnos para la boda y luego trepamos las escarpadas calles hasta la iglesia.

La ceremonia estuvo bonita y tranquila. Creo que ayudó el que los padres oficiantes eran tres tíos del novio. No tengo fotos de los novios porque se me olvidó llevar bolsa y Niv se rehusó a cargar con mi ceamara. La caminada a la recepción fue corta, pero no sencilla, para nada. El lugar de la fiesta fue el jardín de una casota fabulosa, a la que le acondicionaron varios espacios para cocktail, cena, baile y fogata con mariachis. La cena fue de las que me gustan, con pocos tiempos pero muuuuy ricos. El baile estuvo de lo más divertido, con una buena mezcla de éxitos de ayer, hoy y siempre. Lo que sí me impresionó fue la enorme cantidad de aditamentos que reparten en las bodas a estas alturas: gorros, pelucas, sombreros, máscaras de luchador, collares, pantuflas, más cualquier cantidad de objetos para hacer bulla. Terminamos, ya muy avanzada la noche, cantando con mariachis a la luz de una fogata. Entre la cantidad de alcohol ingerido y la calidad del terreno, es un milagro que andie se halla torcido un pierna por lo menos. Gran boda.

Al día siguiente amanecimos en medio de un clima gélido y lluvioso. Por esa razón ya no pudimos ver a nadie antes de tomar el camino de regreso. Fue un enorme placer ver a tantos amigos de tantos años, y hasta haber hecho amigos nuevos. Por supuesto, le deseamos muchos años de felicidad a los flamantes novios.

Anécdota extra: en esa semana Leah andaba muy clavada con eso de "mío" y "tuyo", así que agarraba cualquier cosa, se la apretaba al pecho, y declaraba "¡mío!". Mi padre, con su gran sentido del humor, decidió agarrar al adorado delfín Diódoro entre sus brazos, y declaralo "¡mío!". Leah quedó estupefacta por unos segundos, le salió un hilito de voz diciendo "¿¿Dodo??", y soltó el chillido... como diez minutos. Se regresó toooodo el camino al DF agarrando su delfín sin soltarlo, no fuera a ser. Abuesádico ataca de nuevo.



El adorable burrito, Daniel y yo

Chula iglesia gótica

Leah aprovecha una fuente vacía

Sobre el abuelo

Nosotros elegantes, Leah no tanto

La enloquece el agua

En el parque

Feliz en el columpio

En la plaza

7.12.11

Pearl Jam, Foro Sol

Ya sé, estoy muy atrasada de noticias. Más vale tarde que nunca.

Pearl Jam es de las pocas bandas que he visto en tres paises a estas alturas (solo se me ocurre otra, ya saben cual). Los vien en San Antonio en 2003, en mitad de la nada en Alemania esquina con Suiza en 2008 y ahora tuve el privilegio de verlos en mi ciudad para su gira de 20 años. Me tocaron asientos en gayola, pero he de decir que la gayola del foro sol es bastante decente. El sonido en particular es bastante bueno. Fui por cortesía de mi adorada madre adoptiva y mis hermanitas, que amablemente me invitaron.

Como siempre, el diseño del escenario fue discretísimo. Es más, creo que es el más sofisticado que les he visto. El setlist lo pueden ver aqui. Por supuesto que uno siempre se queda con ganas de algunas canciones específicas, pero en total, yo quedé muy complacida con lo que tocaron. Eso de abrir con Release fue una gran idea. Es posible que me falle la memoria, pero creo que fue en Porch cuando la gente sacó sus encendedores y dio un gran show. La combinación de entusiasmo con un enorme número de fumadores en esta ciudad hace que se arme un gran show de luces. El señor Vedder pidió que apagaran todas las luces posibles y al admirar la ola de luz dijo "Now I know we are in Mexico City". Un día debería a intentar medir al velocidad del sonido con esa onda expansiva de encendedores.

Eddie sacó a relucir su español varias veces, aunque por supuesto que los discursos más largos se los aventó en inglés. Dijo que México había sido el primer país latinoamericano que visitaron, y que eso les abrió las puertas para ir a tocar a Sudamérica. También dijo que era el último concierto de esta parte de la gira, así que venían con cuerda para rato... y lo cumplieron. ¡Tocaron dos horas y media!

La manera de cerrar el concierto fue algo rara. Al tocar Rockin' in the free world, decidieron prender las luces. Algunas personas se empezaron a ir, pero ellos todavía se aventaron dos canciones más, todo con las luces prendidas y con las gradas vaciándose poco a poco. Eso sí, la gente antes de irse, decidió organizar la lluvia de vasos de cerveza y cajas vacías de pizza. ¡Se pone buenísimo!, durante unos minutos se forma una nube que cubre todo el foro sol hecha de vasos amarillos.

Con todo y el tráfico y lo poco amigable que es entrar al Foro Sol, si hay un no se que que quese yo del público mexicano. Son muy incivilizados en ciertas cosas, pero muy entregados y entrones. Lo bueno es que hay bandas que lo entienden y lo aprecian... y nos regalan dos horas y media de su compañía.


Oh Eddie

La única foto de Jeff y Matt

Mike dándole durísimo a la lira



Gran vista desde gayola

Las entusiastas