18.3.11

Una boda especial

Por supuesto que todas las bodas son especiales, pero esta de la que voy a hablar tiene un aura particular porque no podría haber ocurrido hace apenas un año en esta ciudad, no podría ocurrir en el resto del país o en la gran mayoría de los países del mundo. La razón es que los contrayentes son del mismo sexo. Por supuesto que la pachanga también es especial por las razones más típicas. Es siempre motivo de felicidad que dos personas que llevan 14 años juntas decidan ponerle una firma oficial a su relación, que estén a punto de emprender una vida nueva en un continente lejano, y que sean tan queridos por amigos y familiares. La juez que los casó le puso como siempre el tono cómico al asunto al decir que con esa forma se estaban comprometiendo a cuidar del otro, a ser solidarios, a apoyarse mutuamente, y a ¡ser tiernos! Apenas me vengo a enterar que la gente áspera está faltando a su firma si se casa.

El último elemento que hizo tan especial esta boda fue que celebró en el Cordon Bleu y la comida estuvo buenisísima. Desde las entradas hasta el postre nos deleitaron con la sutileza de la comida francesa. Ni que decir que yo me empaqué absolutamente todo todo y que tanto mi madre como yo salimos de ahi rodando.

Desde aqui les vuelvo a desear que tengan una mudanza sin incidentes y que les vaya muy bien en su nuevo país de residencia. Espero poder verlos más seguido que cada cinco años. ¡Felicidades!

A celebrar

¡Les deseamos toda la felicidad del mundo!

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