Creo que mi primer encuentro con la obra de Paul Klee fue en el desaparecido 'centro cultural de arte contemporaneo' (una de las contadas aportaciones valiosas de televisa). Quedé fascinada por esos pequeños cuadros que hacían maravillas con los colores. Desde entonces me he dedicado a cazar los dos o tres cuadros suyos que habitan en varios museos de arte moderno. Por esa razón no pude evitar la tentación de desplazarme hasta Berna para ver el recién inaugurado "Centro Paul Klee".
Imaginense que son adictos a una sustancia que les es suministrada en gotitas cada dos meses y un día se encuentran con diez cubetas en un solo cuarto... pues asi estaba yo. No hallaba ni para donde hacerme con tanto cuadro maravilloso. Lo más curioso es que no tienen ninguno de sus cuadros más famosos (¿estarán en el MOMA?), pero la colección es muy disfrutable ya que el hombre tenía muchos estilos y casi todos están representados ahi: los de lineas negras sobre colores, los de cuadritos, los puntillistas, los de figuras hechas de lineas delgadas, algunos dibujos, algunos monos de guiñol, y mis favoritos, los que están pintados en tela de costal cubierta con estuco (o algo parecido). Lo que tienen todos en común es un uso fabuloso del color.
El edificio vale la pena por si solo. Claramente el arquitecto es fan de las funciones trigonométricas (es el mismo que el del centro Pompidou). Ahi les van las fotos.
A ver si los astrónomos adivinan lo que dijimos Niv y yo cuando vimos el logo del lugar.
2 comentarios:
Cada vez encuentro más razones de porqué decían mis maestros del INBA que el gran maestro de la composición de color era Klee ¡Maravilloso museo, tanto el estuche como las joyas que guarda!
Redshift?
Publicar un comentario