31.12.12

¡Feliz año nuevo!


Este fue un año de poco posteo, espero que el siguiente sea mejor en ese aspecto. Afortunadamente, el 2012 nos permitió disfrutar muchos lugares con mucha gente querida, así que lo despedimos de buenas y empezamos el 2013 con brios.

Les dejo una de las pocas fotos de familia que alcanzamos a tomarnos. Hacer que la niña vea a la cámara cuando uno quiere es harto difícil, pero lo bailado nadie se lo quita.

¡Feliz año nuevo!
Happy new year!
Einen guten Rutsch
שנה טובה ומתוקה 



13.12.12

Los Cabos

 Siguiendo el ejemplo de unos queridos amigos (a los que les copiamos la idea de casarnos en la playa), decidimos celebrar nuestro quinto aniversario de bodas con un viaje a la playa. escogimos la semana de Thanksgiving para que pudieran venir de EEUU. Al final los que se animaron a acompañarnos fueron Clau, Jared, y Martin.

Rentamos una casota en San José del Cabo y una camionetota para ir a Cabo San Lucas. Están tan cerca, que fuimos todos los días por una u otra razón. Yo nunca había visitado esa parte del país y debo decir que me gustó mucho. Por supuesto que el lugar es muuuuy fresa y hay casi más gringos que paisanos, pero a pesar de eso no da la sensación de invasión total que se siente en la Riviera Maya. Las playas me gustaron de manera particular, son tranquilas, muy bonitas y muy amables para realizar varias actividades felizmente. Se pueden hacer toda clase de deportes acuáticos sobre y bajo la superficie del agua, y si hubiéramos ido unas semanas después, hasta ballenas nos hubieran tocado.

La comida merece mención aparte. Nos recomendaron un restaurante de mariscos, que a pesar de la estética y soundtrack chunta chunta, resultó fantástico. Consumí cantidades inmorales de aguachile, pero también jaiba, marlin, sierra y todo lo que tuve a mi alcance. Esa conjunción mar/norte de México parece ser extremadamente afortunada para el paladar.

Nos recomendaron una playa llamada "El chileno" que resultó muy agradable. No tiene nada de infraestructura más que un par de baños y unas palapitas minúsculas. No venden nada, ni rentan sombrillas. Uno tiene que llevar todo su equipo. No se permiten motores ni hacer snorkel, así que uno va realmente a nadar a gusto y estar tranquilo. El retso del tiempo playero lo tuvimos en Cabo San Lucas, donde hay que huir de los changarros para gringos menores a 21 años, en el que hay un gritón ofreciendo tragos a todas horas. Por supuesto tomamos viaje en lanchita al famosísimo arco, y luego nos quedamos en una playita de ahi cerca donde se puede snorkelear a tres metros de la orilla. Leah se metió al agua en todos lados y por supuesto se embarró de arena todo lo que pudo. Ya le perdonó la vida al mar.

Logramos celebrar Thanksgiving con pavo (asado), algo de cranberries (mezcladas con otras frutas) y hasta un pay de calabaza. Nada mal considerando las circunstancias.

Desde entonces, Leah ha dicho un par de veces "No quiero ir a la escuela, quiero ir a la playa", creo que ya entendió el chiste de las vacaciones.

Muchas gracias a nuestro amigos por ayudarnos a celebrar. Esperemos que haya más de estos.






Los tres integrantes de la familia
Famoso arco y mecate de la lancha
Los Cabos y yo

27.11.12

Robert Plant: Auditorio Nacional

A menos que algo raro pase, mi último concierto del año fue para ver a una leyenda. El señor Robert Plant nos hizo una visita junto a sus Sensational Space Shifters. Por supuesto fui con la persona más adecuada para éste show, la que me enseñó la existencia del Sr Plant en primer lugar: mi madrecita.

Llegamos patinando a pesar de haber salido con mucha anticipación. El tráfico de Reforma es de otro nivel.

El ensamble de los space shifters tiene una combinación fabulosa de sonidos étnicos de varios sabores, con algún tipo de jazz, con algo de electrónica, y que si se les da la gana, hasta suenan pesados. La manera en la que se decidió hilar el concierto con canciones de Plant y canciones de Zeppelin de vez en cuando funciona perfectamente. Lo mejor del asunto es que las versiones de Zeppelin son verdaderos covers inventivos, la voz es la misma, pero toda la envoltura es distinta, y suena muuuuy bien. Lo segundo mejor del asunto es que Plant vende en linea los conciertos enteritos, todos y cada uno de los que hay en la gira. por supuesto que yo ya me agencié el mío. No comprendo por qué más bandas no hacen eso (Pearl Jam es la única otra que se me ocurre).

El hombre mencionó varias veces estar muy cansado. Entré que ya está algo ruco y que la altitud de la ciudad no es despreciable, se entiende. Fuera de eso, se puede decir que suena fantástico. La verdad oyéndolo así por dos horas, queda muy claro que no quiera reunirse con su vieja banda. Está haciendo música muy disfrutable, con sonidos harto más variados que los de antaño y se nota que lo disfruta.

Fue una magnífica manera de cerrar el año de música en vivo. Un deleite que disfruté de manera particular con la compañía de la persona perfecta.

El poster estilo nostálgico
Ruco pero que bien suena
Un space shifter que tambieen es un pedazo de Massive Attack y Portishead

15.11.12

Einstein on the Beach: Bellas Artes

Considerando que soy física, que he bailado, cantado y actuado en escenarios varias veces, y que he visto varias obras de Phillip Glass en vivo, creo que estaba todo lo calificada que se puede estar para ver Einstein on the Beach... y aún así me pareció algo demandante.

Para ponerse en contexto, primero hay que explicar la estructura de la obra. Se trata de nueve escenas repartidas en cuatro actos, que a su vez están divididos por obras de transición (knee plays, cinco en total). La función empieza practicamente desde que la gente entra a sentarse, no tiene pausas de ningún tipo, y se permite entrar y salir discretamente porque pedirle a mil personas que se sienten durante cuatro horas y pico sería excesivo. Así se concibió desde el principio. Las obras de trancisión suceden en una esquina "externa" del escenario, es decir, con el telón abajo. Durante varias de ellas, Einstein/violinista se sienta en una sillita y ejecuta la música.

Lo pensé mientras estaba ahí y lo sigo pensando, esto no debería llamarse ópera, sino una combinación teatro-ópera-ballet... con música muy sofisticada, eso sí. De las nueve escenas, dos tienen sólo bailarines en el escenario, una tiene cantantes "solistas", y las demás tienen coros o declamaciones. De las declamaciones, sólo dos cuentan una especie de historia coherente, las demás son frases cuasi-aleatorias repetidas una y otra vez. Las escenas duran entre 20 y 25 minutos, sin una razón clara, porque no se cuenta una historia, ni se sigue ningún orden claro, ni se conectan uans con otras de manera evidente. Para mi gusto, el mismo contenido empacado en 3 horas hubiera quedado igual de bien y algo más cómodo.

Las escenas están llenas de imágenes que remiten al trabajo de Einstein, y esa es toda la conexión que se puede apreciar con el eminente físico. Las declamaciones nunca tienen nada que ver con el asunto (al menos no que yo detectara). Hay haces de luz, un giróscopo, una par de gemelos moviendose en cajas con relojes, trenes, luces que parecen coordenadas, y una manta que ilustra la bomba atómica. La labor de cantantes, bailarines y músicos es simplemente asombrosa. Si la obra es demandante para el público, requiere verdaderos heroes en el escenario. Hay gente que tiene que estar en una posición congelada durante cinco o diez minutos, y otros que tienen que tener los brazos levantados ¡toda una escena! Dado el estilo musical de Glass, todos tienen que repetir secuencias ad infinitum con ligerísimos cambios que yo sigo sin entender como demonios pueden marcar. ¿Cómo saben si van en el séptimo o en el noveno arpegio?.

Entre mis partes favoritas estuvieron las escenas bailadas. Se trataba de unos siete bailarines (hombres y mujeres) que entraban y salian del escenario en grupos de dos o tres, girando el 90% del tiempo y dejando muy claro que ilustraban el tema de partículas y campos. A pesar de que la coreografía era superficialmente sencilla, en el fondo es dificilísima porque dos personas que entran al escenario girando, acaban perfectamente sincronizadas con las que ya estaban en el escenario en algún momento, y luego cambian la formación para que otros entren o salgan. Muy difícil de explicar, y de interpretar, pero fantástico a la hora de mostrar la continuidad de un campo.

Los miembros del coro también tienen una tarea titánica, están en la mayoría de las escenas y en algunas de las trancisiones, y por si cantar no fuera suficientemente complicado, tienen que o estar inmóviles por largos ratos, o hacer movimientos repetitivos trepados en varios espacios peculiares. Noté que había varios de edad "avanzada", lo cual me impresionó todavía más.

Cuando acabó el primer acto (que es el más pesado, por cierto) mucha gente se levantó, y no todos regresaron. Calculamos que las pérdidas de público anduvieron por ahi del 15%. Yo salí cinco minutos en una trancisión para ir al baño, tomar agua, y morder un chocolate velozmente. Niv aguantó como los buenos. Mi papá salió un par de veces brevemente. Solamente diez ciudades en el mundo van a poder ver éste montaje de la obra, que sólo se ha montado cuatro veces desde su estreno en 1976. No queda mas que sentirse privilegiado por haber podido estar entre los afortunados presentes. El mismísimo señor Glass salió a dar las gracias al final, lo cual fue buena cereza en el pastel. El público aplaudió a rabiar. Una vez dicho lo cual, volvería a ver Satyagraha en la primera oportunidad, pero no se si volvería a ver esta obra. Es interesante, pero ruda.

Juicio (nunca entendí a qué)
La única escena con color
La escena más abstracta, pero al mismo tiempo efectiva
Cerca del final

27.10.12

Corona Capital 2012

Día uno

Gracias a la extensa caminata que hay que hacer desde el metro hasta la entrada del festival, llegué cuando el set de hello Seahorse ya había empezado. Lo bueno es que encontré facilmente a Carla y a la Rana. Los representantes nacionales cumplieron muy decorosamente, como es su costumbre.

Emprendimos el camino al lejano escenario capital (ya entendí eso de que el festival sea apodado "corona caminar") para ver a Leon Larregui, que tocó su nuevo disco enterito y en orden. La sorpresa de la tarde fue que su productor (Adanowski) era su gutarrista. El hígadito canta muy bien, como siempre, pero es un hecho que eso de estar enamorado le pone cierta uniformidad y demasiada melcocha a las canciones. Ahi mismo nos encontró la banda embasa para aventarnos el set de Cat Power, que salió con un look francamente peculiar, de punketa rubia enfundada en un poncho. Su banda acompañante es de casi puras mujeres, lo cual es refrescante. Cumple muy bien y el público la adora.

Oootra vez de vuelta a los escenarios corona y corona light (que están uno frente al otro). Agarramos casi enterito el set de The Kills, que hasta que los vi en vivo no entendí cuan peculiares son. Es raro tener bandas con dos front people(?), un hombre (Mr Kate Moss, por cierto) y una mujer, y cuyo apoyo principal consiste en cuatro sonoros tambores. Tienen un punch impresionante y ella en particular es una chinampina, es increible cuanta energía despliega en el escenario. Me hicieron fan.

El deleite de éste día llegó cuando Suede abrió su set. A pesar de los años transcurridos están en muy buena forma, y para mi sorpresa, resultan ser bastante pilas en el escenario. El señor Bret Anderson se confirma como el papá de la escuela Jarvis Cocker (con un look algo más afortunado). No deja de coquetear y menear el trasero casi nunca. Por un momento dudé si perderme a Franz Ferdinand, y al final quedó claro que valió toditita la pena quedarme con Suede.

Cerraron The Hives. Yo opté por verlos un ratito y retirarme para guardar pila para el día siguiente. Su música la conozco poco, pero tengo que decir que si diseño del escenario fue francamente genial.

Día dos

Comenzó mi día en el escenario lejano para ver a The Alabama Shakes, que quedaron perfectos en esas horas de sol pegador de la tarde. Muy cumplidores. Le siguieron The Maccabees, a los que y ya había visto en Munich abriéndole a alguien. Me parecieron menos oscuros que aquella vez, mas melodiosos, pero eso sí, han ganado mucho en rpesencia escénica. También me tocó ver a Florence (la de la máquina) cuando salió a cantar con ellos.

El siguiente acto al que realmente le puse atención fue a My Morning Jacket. No se por qué nunca me los imaginé con ese look dork peludo que traen. Suenan bastante bien en el escenario y descubrí que conozco más canciones de las que creía.

El acto más esperado d ela noche (para mí) ocurrió cuando New Order tomó el escenario. En definitiva se les ven los años que les han pasado por encima, no hacen demasiadas cabriolas en el escenario, pero su diseño de proyecciones en la pantalla central es MUY impresionante. Hubieron momentos en los que, toda proporción guardada, me hicieron pensar en Phillip Glass y Godfrey Reggio con sus qqatsis. Hay varias bandas que me hacen pensar en mi juventud remota, pero esta en particular me hizo pensar en tardeadas o fiestas de la secundaria y la prepa. A mi me pareció de gusto discutible eso de ver centenares de camisetas de Joy Division pululando por ahi, pero ciertamente están reconciliados con el hecho de que la gente quiere ver homenajes, y no decepcionan. Tocaron tres canciones e incluso cerraron con Love Will Tear us Apart. El público enloqueció. Quedamos todos muy felices. Esta sola presentación valió el festival.

La noche acabó con The Black Keys. Mi sorpresa fue mayúscula cuando descubrí que conozco casi todas sus canciones y que aparte me gustan mucho. Ese disco suyo de El Camino está atascado de hits buenos. Ya me lo compré.

Miscelanea

Sé que estoy descubriendo el hilo negro, pero éste es el festival hipster de la ciudad. Me alegra comprobar que festivales de tal calibre ya se estén asentando tan bien por estos lares. En las entrevistas que escuché de varios grupos, todos sonaban muy emocionados de tocar acá. El público en general ah ido aprendiendo de estos eventos y siento que ahora es mucho más civilizado que antes. Si no les gusta algo, se van, ya no hacen panchos. La novedad de vender chela en barriles portátiles pagando 10 pesos extra por el vaso reutilizable me parece genial. Hay chela fria y con gas en cualquier momento... salvo al final, cuando se acabaron los barriles. Solo falta inventar algo con lo cual cargar el vaso de manera cómoda durante el día. Yo acabé perdiendo el mío. La información para acceder al transporte público (salvo el metro) es peeeesima, nadie me supo decir cómo llegar al metrobús. Sigo sin entender por qué demonios no extienden el horario y frecuencia del metro y metrobus para eventos como estos. Yo feliz me iría en transporte público si hubiera como salir de ahi sin pasar un calvario.


Las mosqueteras, casi veinte años después
Cat power, funky look
The Kills, a power pair
Bret Anderson (Suede), soy fan
The Hives, el mejor escenario
La banda embasa (algo fuera de lugar)
Florence and the Ma...ccabees
New Order, lo mejor del festival
Homenaje 

17.10.12

Washington (segunda parte)

Uf, que difícil es postear estos días. Aquí va el final del chsime del viaje.

Tuvimos la fortuna de poder juntar a cuatro ex-compañeras del posgrado y a nuestros varios moconetes para que jugaran. Los niños se la pasaron felices correteando por la casa de Clau, en particular subiéndose al kayak de Jared. El punto cúlmine de felicidad de Leah fue aquel en elq ue le enseñaron a cantar y jugar la ronda que dice "ring around the rosie, pocket full of posies..." Hatsa la fecha la canta y se tira al piso feliz de la vida.

Usamos un día para escaparnos a un outlet mall a hacer el shopping reglamentario. Leah se portó mejor de lo esperado, feliz de andar consumiendo por ahi. Estaba tan entusiasmada con la actividad, que cuando preguntó qué eran esas cosas en la pared, y mi mamá le contestó "son para las chichis", ella procedió a quitarse la chamarra y decir "¡quiero!"... la que nos espera.

Nuestro último día en el mall fue utilizado para visitar el Air and Space Museum. Es uno de mis lugares favoritos en la tierra. Como si la visita no fuera suficiente, descubrí que estaban pasando la película Hubble 3D en IMAX. Mis padres amablemente accedieron a pasear a Leah mientras yo la veia. Juro que no soy de lágrima fácil en el cine, y menos con documentales científicos, pero esta sí me sacó las de cocodrilo. En particular me emocionó ver una imagen con datos que yo he usado en publicaciones. Me queda claro que nunca más voy a tener el lazo emocional que tengo con ese telescopio. Espero que todavía aguante unos añitos más. Me aferré a ir a cenar etiope y afortunadamente caimos en un lugar delicioso con gran variedad de platillos.

Finalmente, de camino al aeropuerto, paramos en la otra sede del museo, que contiene muuuuchos aviones y algunos otros triques espaciales, en particular un transbordador espacial retirado. Me dio gusto ver que junto al transbordador pusieron el brazo canadiense ahi al ladito. Piezas verdaderamente heróicas. Aprovechamos la parada para que mis padres vieran la misma película IMAX, que vale toditita la pena.

En resumen, fue un gran viaje, con el tiempo muy bien aprovechado y todos los viajantes felices. Una vez más agradezco a nuestros fabulosos anfitriones, que nos trataron a cuerpo de reyes. 


Un kayak, cuatro niños
Las muchachitas comparando notas sobre lentes
Leah pone las manos en z~1 y z~3
(La copia de) Hubble y yo
Me llevó cuatro visitas a la ciudad llegar hasta ese jardín
Muuuuchos aviones
Discovery
De lado
Discovery y yo

4.10.12

Virginia

Decidimos que nuestra salida de fin de semana iba a ser hacia el sur, en un tour sobre todo histórico. En el cmaino paramos a comer hamburguesas en Five Guys, que si algún día tienen oportunidad de probar, no se la pierdan. No solo están buenísimas, sino que además ponen muy buena música en sus changarros.

Llegamos ya bien entrada la tarde a Monticello, la plantación propiedad de Jefferson, en la que vivió muchos años. La luz era inmejorable, así que fue el trasfondo perfecto para el paseo que hicimos en los jardines y alrededores de la casa. La loca de mi hija decidió que podía tomar fotos con una hoja de árbol, así que se la pasó cubriéndose media cara de verde y "tomando fotos". Corrió felizmente por todos lados y repasó los colores de todas las flores que le pasaron por enfrente. A la hora del tour de la casa sólo agunató los primeros diez minutos y me tuve que salir con ella, pero al menos me dio gusto que ya aprendió a hablar en voz baja cuando se lo pido y que me pidió de buena manera que nos saliéramos. Pian pianito.

En el último tramo de carretera del día, decidimos parar en Richmond para cenar. Encontramos un lugar de fast-food sureño, de pescados y mariscos, que sin tener una gota de elegancia, nos dió una cena muy apetitosa. Me comí el mejor crab cake que me ha tocado probar. Llegamos rendidos a Williamsburg, y nos retiramos todos prontamente a nuestros respectivos cuartos de hotel.

Durante el desayuno, Leah encontró un mini green de golf miniatura y estuvo duro y dale tratando de empujar la pelotita con los palos. En una de esas, totalmente sin querer, metió un hoyo en uno espectacular. Le hicimos mucha fiesta y ella no entendió nada.

Procedimos hacia Colonial Williamsburg, del cual yo sabía poco y cuya extensión me sorpendió. Ahi encontramos a los papás de Clau. Me esperaba cuatro cuadras llenas de gente disfrazada hablando de historia, pero resultó tratarse de muchas hectareas de casas remodeladas o reconstruidas, con un gran número de talleres y tiendas que hacen toda clase de cosas a la usanza colonial: zapatos, velas, libros, telas, ropa, etc... hay también tabernas, mercados, una iglesia, y la mansión del gobernador, ya que fue capital de la colonia y del estado durante un tiempo. A lo largo del día se pueden ver varias representaciones de escenas coloniales, desde asuntos "domésticos" (conversaciones casuales en la calle), hasta desfiles y juicios. Al final del día, se lee la declaración de independencia, con disparos de cañones incluidos, que horrorizaron a la niña.

Leah se la pasó encantada viendo caballos y carruajes, corriendo por los prados, y pidiendo que le comprara sombreros campiranos. Uno cree que los niños de dos años pescan poco del lenguaje del entorno, pero ella probó que no es el caso. A medio juicio público de un traidor a la causa independentista, en el que preguntó varias veces que qué hacían los señores, de repente le dio por gritar "¡Viva México!" Es cierto que al celebración de nuetsra independencia había pasado sólo la semana pasada, pero aún así, no entiendo de donde le salió la idea de gritar esa frase en ese entorno preciso. Por supuesto me doblé de la risa y creo que nadie la oyó además de mi.

A raiz de los cañones, tuvimos que salir corriendo al estacionamiento para despedirnos de Celina y Mike y tomar el camino de vuelta. Decidimos para a comer en un Cracker Barrel, al que yo nunca había ido. Me parece una de las mejores versiones de atasque americano en versión cadena. En todo caso, quedó muy bien con el tema sureño del viaje. Creo que tengo que regresar a desayunar ahi algún día.

Cuando inventó su cámara
Dos fotógrafos
Los paseantes y la casa
Disfrutando el magnífico paisaje
Las madres en la iglesia de Williamsburg
Encantada con los carruajes
La imagen de amor paterno (él aborrece a los caballos)
Los paseantes por la calle principal
Recibiendo regalos de Celina, con mucho interés
Le sienta bien el look de porch sureño

30.9.12

Washington (primera parte)

Parece que ya solo puedo bloggear cuando acabo de salir de viaje... la vida es dura.

Aprovechando las escasas vacaciones de mi madre, empacamos hasta el perico y nos fuimos a la capital del vecino país del norte. El plan fue sencillo debido a la enorme generosidad de mis queridos Clau y Jared, que decidieron aceptarnos de visita con todo y el mencionado perico (que no es metafórico... como habla esa niña)

Recién desempacados nos fuimos inmediatamente al National Mall, comenzando por el ala este de la National Gallery. Yo alcancé a ver las pinturas y esculturas por encimita, porque la paciencia de Leah es limitada. A ella le entretienen mucho más las escaleras, los pasillos y cosas así. Fuimos a comer al Museum of American Indians, porque su cafetería es fabulosa, y a pesar de mis advertencias, a mi papá le picó al curiosidad y quiso verlo. Es una verdadera lástima que hayan decidido utilizar un espacio tan bonito con unos contenidos tan etereos y confusos. Como dice mi marido, es un (mal) monumento a la corrección política. Cerramos el paseo caminando hasta el Washington monument mientras Leah se tomaba una siesta. Rumbo a la cena tuve una beuna probada del tráfico de la tarde. valió la pena para ver a mi amiga Tatiana en un restaurant Thai (creo que no la veia desde mi boda).

Al día siguiente, optamos por usar el transporte público, que nos llevó felizmente hasta el National Zoo. El lugar es precioso, pero entre obras y nacimientos recientes, no estaban muchos de los animales más llamativos. Como sea Leah estuvo feliz y salió con camiseta de Panda, aunque no los hayamos visto. Un par de días después de que fuimos, nos enteramso que el pandita recién nacido se había muerto. Es tristísima la historia de intentos de reproducción de pandas en ese lugar.

El metro nos llevó de nuevo al Mall, y aprovechamos la esplendorosa tarde para visitar el extremo oeste, hasta el Lincoln Memorial. Además de la vista espectacular para todos lados, la ruta de aterrizaje para el aeropuerto Reagan da la oportunidad de ver docenas de aviones muy cerca. Leah se cansó de gritar "milla mamá, un avion". Por cierto, Leah insiste en llamarle U-bahn al metro, independientemente de lo que digan los demás o el idioma en el que lo digan. Eso sí, le fascina.

Volvimos a la casa, cocinamos a toda velocidad y Clau y yo salimos corriendo para ir por Niv al aeropuerto. Tengo que decir que las señas de las carreteras cerca del Beltway no siempre son amigables. Si no ha ido Clau conmigo, me hubiera dado varias vueltas en falso.


Sala de Calder en la National Galery. Leah ya se hizo fan
Fabuloso tunel entre las alas de la National Gallery
Museum of American Indian. Lo mejor es el edificio y la cafetería.
En un jardín escultórico
¡Disco!
En su adorado U-bahn
El leon perdió a su presa en el agua
Aprovechando el fondo, aunque la niña no se dejaba
Después de visitar al buen Abe
Entre la luz y el fondo, tomamos toneladas de fotos
Feliz coincidencia de pájaros y obelisco