11.4.13

Utah

Una vez más, mi trabajo me llevó a un destino exótico y espectacular. Esta vez se trató de un congreso en un resort para esquiar en las montañas aledañas a Salt Lake City. El lugar se llama Snowbird y es la primer area de ski que visito con nieve (o sea, he visto otras en verano). Originalmente yo tenía toda la intencion de esquiar, o al menos de caerme en al nieve intentándolo, pero una leve lesión en la rodilla me hizo pensarmelo dos veces, lastimarse así puede salir muuuy caro. Los congresos para esquiar tienen la peculiaridad de hacer una larga pausa en la tarde para que la gente salga y luego hay sesiones que acaban hasta entrada la noche. Los que no esquiamos aprovechamos el tiempo para ir al magnífico spa del hotel, y en el único día de clima amigable, yo opté por subir a una de las montañas en teleférico. La vista fue espectacular y las circunstancias fueron ideales para descubrir el maravilloso modo de panorama de mi cámara, que los construye en el momento. El spa tiene una alberca de agua caliente al aire libre. Fui un día que estaba nevando, así que me sentí como esos changos japoneses que se meten a las aguas termales mientras les cae nieve en la cabeza. Difícil explicar lo fabuloso que estar ahi admirando las montañas nevadas a unos metros.

Otro excelente uso que le di a una pausa de la tarde fue sentarme a platicar con mi amiga Julia, que algunos de ustedes reconoceran como la persona que de calle más comentarios ha dejado en éste blog. Julia y yo nos hemos mantenido en cibercontacto desde el 2005, cuando ella se graduó de nuestro programa de doctorado. Ambas fuimos las primeras estudiantes doctorales de nuestro asesor y compratimos 5 añotes en el posgrado. Hemos seguido nuestras vidas, bodas e hijos por nuestros blogs todos estos años, así que fue fantástico poder platicar con ella cara a cara.

Mi último día de congreso tenía la tarde libre. Julia me invitó a cenar esa noche y decidí que quería usar la tarde para ver algo de la ciudad. Justo ese día se soltó una tormenta de nieve implacable y empecé a pensar que tal vez no iba a poder subir y bajar del cañón en la noche/madrugada para volver de la cena y después tomar mi avión al día siguiente. Me recomendaron salir de ahi y dormir cerca del aeropuerto, cosa que decidí hacer finalmente. La camioneta del transporte me dejó en el centro de Salt Lake City, con todas mis pertenencias a cuestas.

Recorrí la gran plaza donde se encuentra el templo mormón, pero que también tiene otros edificios y en particular dos enormes centros de visitantes con información variada. El nivel de amabilidad de la gente es tal que casi asusta, son de una gentileza casi extraterrestre. Al templo como tal no se puede entrar, pero hay una maqueta muy grande que muestra el interior. Me asombró descubrir que más que una iglesia, parece una gran mansión, con varios pisos, salitas amuebladas y espacios variados para diferentes ceremonias. Creo que me he vuelto demasiado cínica o que se yo, pero el nivel extremo de limpieza, perfección y amabilidad del lugar me dejó algo contrariada, no alcancee a sentir empatía por ningun lado.

Puse la dirección de Julia en el GPS de mi teléfono. Traté de ver la manera de tomar un taxi, pero no había ningun lugar obvio donde pudiera tomarlo, así que opté por tomar el tren urbano que según mi mapa, me dejaba a unas pocas cuadras de mi destino. La vista de la montañas desde Salt Lake City es impresionante, así que yo iba encantada de poder caminar un poco y admirar el paisaje. El tren se desvió un poco de lo que yo pensaba que era la ruta, lo cual le añadió unas cuantas cuadras a la caminata (recuerden, con maleta y mochila a cuestas). Estaba tan de buen humor que no me importó. Para cuando llegué a donde me indicaba el mapa, ya estaba algo cansada y sobre todo tenía las manos heladas. Me alarmé cuando descubrí que la cuadra donde tenía que estar la dirección no existía. Chequé los datos y me di cuenta que en el copy-paste de mi teléfono había omitido un dígito y en realidad estaba lejísimos de casa de Julia. En ese momento le marqué, pero me contestó una voz diciendo que ese número no se podía llamar. Supuse que era alguna pendejada de telcel y me fui al minisuper más cercano para hablar de un teléfono público. Cuando estaba marcando ahi, me di cuenta que faltaba un dígito en la marcación y evidentemente otra vez fue error de copy-paste... me quise matar a mi misma. Eventualmente mi amiga Inese (que tambieen estaba invitada a la cena) llegó a rescatarme, aunque he de mencionar que en el inter, no menos de seis personas me ofrecieron ayuda de varios tipos. Aparentemente puedo sobrevivir mejor en Bangkok que en una ciudad gringa llena de amigos.

Cuando por fin llegué a casa de Julia, alcancé a ver a 2/3 de sus hermosos hijos un total de cinco minutos. Al menos alcancé a darles los regalitos que les llevaba. Lo que más me dolió de la perdida fue no haberlos visto más tiempo. Se me olvidaron mis penas con la fabulosa cena que preparó Julia y con la magnífica chorcha que echamos ella, Inese y yo.

La coda de mis peleas con al teconología sucedió cuando me desperté a las 4:00 de la mañana, antes de que sonara la alarma, me alisté y empaqué todo, solo para descubrir que el reloj del hotel todavía estaba en horario de invierno y en realidad era una hora más temprano.

Cuatro astrónomos en una montaña
Panorama extremo
Esperé, pero la mujer nuca se movió de ese lugar
La cerveza estaba buena, pero sobre todo, tiene el mejor sentido del humor que yo haya visto
Con mi querida Julia
La tormenta que me sacó de la montaña
El templo
El centro de visitantes... de un templo religioso
Fabulosa vista desde cualquier punto de Salt Lake City
Me causó mucha gracia el nombre de la iglesia globalizada

3.4.13

Vive Latino 2013


Por primera vez me tocó un Vive Latino en frío desde temprano. Gracias a la generosidad de mi marido que me prestó su super chamarra contra todo clima, lo libré bastante bien y afortunadamente la lluvia apenas y se asomó en los tres días

Mi compañía esta vez tuvo novedades. Por fin logré arrastrar a un pedazo de mi familia al evento. Mi adorada prima Lucia se animó a venir desde Cuernavaca el viernes. También pude pasar tiempo extendido con mi amiga del alma Galia, que en años pasados nomás no logramos encontrarnos en forma. Por supuesto, una vez más se reunió la banda embasa, que ahora tiene un@ nuevo@ integrante en ciernes.

Una aclaración que no sobra, eso de ir hasta tarde los tres días ayuda mucho para no acabar tan madreado. Supongo que la falta de sol también tuvo que ver. Eso, o ya aprendí a descansar entre sets. Me tocó ver dos documentales, ambos muy recomendables. El primero se llama "under the African skies" y trata sobre cómo se hizo y cómo le fue al disco Graceland de Paul Simon. Del segundo vi sólo la mitad, se trata de Ai Wei Wei, hombre del cuál sabía, pero al que no había apreciado en forma.

Día 1

Llegamos patinando a la presentación de DLD, que una vez más juntó a su numerosa fanaticada. Lucia y yo nos movimos algo adelante y ahi de plano no se podian oir las canciones porque toooodo mundo las coreaba.Para que vean que la banda fresa también va  al vive en masa. De el año pasado para acá se les ve mucho más sueltitos y cómodos en el escenario. Ese auditorio les cayó muy bien.

Continuamos con Los Amigos Invisibles, que trajeron calorcito al helado escenario en forma de jocosas canciones y un chamarrón de peluche fabuloso que traía el cantante. Me pregunto si siempre lo trae o si consultó el pronóstico del clima. Entre funk y disco, produjeron una buena sacudida de cuerpos entre los presentes e irremediablemente nos pusieron de buen humor.

Continuando con la temática jocosa, aunque en otro estilo, tomaron el escenario Los Auténticos Decadentes, a los cuales la foto que puse nos les hace justicia para mostrar los fantásticos atuendos que portaban: sombrero verde eléctrico de copa, morados con naranja, saco de leopardo y cosas por el estilo. Como son muy queridos por acá y han visitado el país varias veces, sus canciones fueron coreadas a diestra y siniestra. Ooootra banda argentina que se recibe con los brazos abiertos siempre.

Para cerrar el día (el nuestro al menos), tuvimos visitantes no latinos. Los Yeah Yeah Yeahs se presentaron en sus contrastantes atuendos, ellos todos de negro y ella vestida como ave exótica con penacho palnteado. Difícil describir lo que traía puesto, pero creo que no era apto para epilépticos. Cumplieron con el setlist, tocando  todas las esperadas y la señora O cumplió con gemir y retorcerse por todo el escenario en su muy peculiar manera.

Nunca me cansaré de ver a este hombre y menos de oir su voz
¡Logré llevar a la prima!
La mejor chamarra no invisible
Decadencia chic
La Sra O

Día 2

Dado que Leah estaba algo enferma, salí de la casa más tarde de lo planeado y llegué patinando a ver a El Tri. Parece mentira que en toooodos estos años nunca los había visto en vivo, así que ya era hora. Alex Lora es una especie de chiste exagerado de si mismo, y lo peor es que funciona. No deja de chorear con su voz chillona diciendo cosas como "no mamen, si no van a chupar chela para que chingados vinieron...". Por supuesto, cualquier canción que tocan es un clásico y la verdad lo pone a uno de buenas ver a un montón de chamacos de menos de veinte años cantando a vos de grito la Triste Canción enterita.

Comenzó aquí una etapa de carreras entre escenarios. Primero me aventé a ver a Yokozuna, que siempre me han llamado la atención en el radio. Es increibe que un par de muchachos (los hermanos Tranquilino) hagan tanto ruido ellos solitos, pero es un hecho que les falta pulirse muuuuucho. Creo que sus canciones merecen más chamba de la que se les vio en vivo. De ahi volvi al escenario principal para ver a Fobia... o lo que queda de Fobia, que es poco. Por supuesto ayuda que el guapo de Leonardo siga estando de muy buen ver, y como nunca tuvo voz, pues suena igualito al pasar los años. Eso sí, tuvieron varios visitantes célebres, que le pusieron más interés al asunto. La siguiente carrera fue para ver a Los Ángeles Azules, que juntaron una buena cantidad de gente. Se bailó cumbia con entusiasmo y se coreó a todo pulmón el mayor hit Cómo te Voy a Olvidar... dos veces, porque así lo pidió el público. Tuvieron de invitados a Ximena Sariñana y a Jay de la Cueva (mientras Fobia tocaba en el principal, curiosidades de la vida).

Volvimos al escenario principal a cerrar la noche con los espéradisimos Blur. Es un hecho que esa banda forma parte del soundtrack de mi vida, particularmente de la sección noventera, pero aun así me sorprendió lo feliz que me hizo verlos en el escenario. Damon Albarn siempre me había dado la impresión de ser algo chacotero, ligerito o que se yo, pero ya en el escenario, la verdad es que es un gran frontman. Una cosa que noté viendo mis fotos es que a pesar de que el hombre sigue de muy buen ver, no es nada fotogénico, sale fatal en varias de las fotos. El setlist estuvo bueno, pero el orden estuvo raro, aventaron casi todas las brincolinas en la primera mitad y dejaron casi todas las meditabundas para el final. ¿No se les hace raro cerrar con The Universal? Mr. Albarn hizo un esfuerzo enconmiable por hablar en español y hacia el final se le veia genuinamente emocionado. A pesar de que había mucha gente y que estaban muy prendidos, la densidad se sentía más baja con ellos que con El Tri, no se si la gente se fue o se fue a sentar a las gradas.

Un clasicazo
El guapo fobio
Los Ángeles Azules dándole con todo
Blur
Día 3

Una vez más llegué al final de la tarde justo para ver el set de Real de Catorce. Sabiendo los serios problemas de salud que tiene el señor Cruz, me dio muchísimo gusto verlo sobre el escenario y sonando igual de bien que siempre. No se mueve del lugar donde está sentado, perosu voz y su harmónica suenan intactas. Entre actos me avente una carrerita y por fin logré aventarme unos tacos de cochinita de los del beisbol... son increibles. En ese mismo escenario nos congregamos para ver al esperado Lorenzo Jovanotti. El tipo tuvo una comunicación fluida con el público en su fuido itañol y resultó ser un absoluto encanto. Como si de por si no nos tuviera a todos (y sobre todo a todas) encantados, en algún momento se destapó el brazo para mostrar un enorme tatuaje de la virgen de Guadalupe. Se llevó una gran ovación. El set fue corto pero dejó en claro que el hombre tiene que volver porque hay mucha gente que gustosa lo iría a ver en un set completo. No pude dejar de pensar que Lorenzo es el primer italiano famoso que quiero abrazar en unos 25 años.

El escenario principal estaba como olla express después de Panteón Rococó y Ska-p (a los que no vi) así que optamos por irnos a las gradas para el plato principal. Fue la mejor decisión del mundo. Tuvimos una vista espectacular del escenario, así como de los litros de líquido que fueron vertidos sobre el público por el público, de los tarados que sacaron bengalas y de los mosh-pits que se armaban en el piso. Los Fabulosos Cadillacs tardaron en salir, pero ya que llegaron todo fue una enorme historia de amor con éste público que tanto los quiere. El setlist fue de ensueño, incluyendo Padre Nuestro en versión canchera. En Mal Bicho, Vicentico logró una haza ña increible, pidió que apagaran todas todas las luces, todos los telefonos (cosa que casi ocurrió) y que la gente se callara, todo para arrancar la serie de "digo NO". Los años por supuesto que se les ven entre las panzas y las canas, pero tal y como los buenos vinos, sólo les ha dado mejor sabor. Nunca va a dejar de impresionarme como un cantante que bajo cualquier vista objetiva canta más bien feo, se hace tan entrañable y su voz (aullidos) es la única que puede funcionar con todas esas canciones. La vez pasada que los vi (hace como 15 años) el concierto acabó en desastre por pelea entre el público y el cantante. La memoria ha quedado subsanada con éste fabuloso conciertazo.

El cierre de festival también fue una carrera para poder pescar en tres escenarios al Cuarteto de Nos, que son tan simpáticos, a Balkanbeats, que son más nacionales de lo que hubiera pensado, y a Nortec, que son un combo fabuloso de sombrerudos tocando ponchis. El que más me impresiona es el tipo de la tuba, no deja de brincar por el escenario con semejante instrumentazo a cuestas. Lo más cómico fue que invitaron al cantante de Los Angeles Azules y zaz, que me toca oir Como te Voy a Olvidar otra vez.

El Sr. Cruz manteniendo vivo al Real de Catorce
Oh Lorenzo...
La banda embasa rumbo a los Cadillacs
Fabulosísimos Fabulosos
Cuarteto de Nos
Los sombrerudos ponchis de Nortec