7.2.10

Interacciones

Ayer tuve tres peculiares interacciones con personas x, lo cual es digno de mención porque aqui la gente no interactúa mucho con desconocidos.

Interacción #1:

Suena el timbre del edificio, al que nunca pelamos porque siempre son repartidores de publicidad, luego suena el timbre del departamento, cosa muuuuy inusual. Abro la puerta y veo a un hombre y una mujer muy bien vestidos. Me empiezan a hablar en alemán y yo entiendo

- Ella: bla bla bla bibeltreuer (seguidores de la biblia) bla bla bla
- Yo (en alemán): no hablo suficiente alemán
- Ella (con una amplia sonrisa): ah, ¿y cuál es su lengua materna?
- Yo: español.

Sonreí y cerré la puerta, no sin antes ver la cara de ellos de "chin, no hablamos español". Lo dije con tanta confianza porque se veía muuuy poco probable que esos güeritos hablaran cualquier lengua romance. Niv me aplaudió.

Interacción #2:

Estaba yo sentada en la estación de metro de mi casa, viendo las pantallas que tienen para cuando uno espera. Se me acerca un señor mayor con un amplia sonrisa y me dice (en alemán)

- Él: seguramente usted lee en italiano
- Yo: no
- Él: ah, se ve como italiana, ¿que idioma habla?
- Yo: español
- Él (en español): ah, ¡español de sudamérica!
- Yo: no, de México
- Él: ah, ¡Messico!
- Yo: no, México
- El (agarrando una revista de un altero que traía): seguramente le gusta leer...
- Yo: ahora no, gracias
- Él: ¿?

Estaba lloviendo y no tenía yo ganas de andar cargando una revista en italiano por la vida. Me subí al metro antes de que el entusiasta prosiguiera.

Interacción #3:

Esta fue toda en alemán. Caminaba por la calle cuando oigo que una mujer me habla desde el interior de su auto. Me dijo un poco exasperada "disculpe, ¿puede ayudarme?". Yo hice cara de "tal vez, ¿qué onda?". Me pregunta "¿tengo suficiente lugar atrás de mi para estacionarme?". ¡Quería que la estacionara!, onda viene-viene. Aclaro que su coche era chiquito y el espacio generoso. Justo cuando le decía que tenía cancha, noté que la gente del coche de atrás se estaba subiendo y ya se iban, asi que le dije que se esperara y le iba a sobrar espacio.

Me queda claro que en todas estas historias quedo yo como la neuras impaciente, pero en serio saca de onda que después de tres años en los que nadie nunca habla con uno en la calle, súbitamente todos quieren compartir su filosofía de la vida o pedir (inusual)ayuda. Y la lluvia pone de malas a cualquiera.

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