Mostrando las entradas con la etiqueta UK. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta UK. Mostrar todas las entradas

24.2.10

Londres

Por culpa de unos boletos de concierto (ver siguiente post) organizamos un viaje a Londres el fin de semana pasado. Aprovechando que Niv se animó a ir conmigo, y que nuestros anfitriones son muy generosos, fuimos de jueves a lunes para sacarle jugo al brinco. Con toda probabilidad este viaje fue mi despedida de viajes totalmente lúdicos por un buen rato... en unos meses estaremos a merced de una nueva jefa.

A pesar de que mis desplazamientos son más lentos y mis necesidades alimenticias más demandantes, logramos visitar varios museos, ir al cine y a oir música sin muchos contratiempos. Los museos fueron: el British (dos veces), la Tate Britain y la National Portrait Gallery para ver la exposición especial de Irving Penn, que está buenísima pero algo apelmazada (poco espacio para tantas fotos). Nos tocó buen clima, casi nada de lluvia, pero dos tres frío. Tal vez por eso al final tomé tan pocas fotos, porque estábamos todos cubiertos de abrigos. Nuestros acompañantes fueron Acely y Mark, nuestros anfitriones, y el Verde. Un día logramos ver a nuestra amiga Audra que también estaba ahi por trabajo (y luego dicen que facebook no sirve para nada).

Hicimos también uso y abuso de la magnífica oferta culinaria londinense (thai, coreano, japonés, hamburguesas, griego, mmmh). El descubrimiento culinario del viaje fue 100% inglés. Se trata de los deliciosos crumpets, que no entiendo por qué no había probado antes. Declaro desde ahora a los crumpets como una de las mejores superficies en la cual poner mantequilla y cosas dulces, he dicho.

Un párrafo especial se merece mi querida Acely, que una vez más nos dió tratamiento de realeza durante la visita. Creo que nunca voy a aprender a navegar en esa ciudad porque ella me trae y me lleva por el complicado tube y por los entretenidos camiones, me encuentra los mejores restaurantes y pubs, las mejores tiendas, los mejores cines, consigue boletos para conciertos... y encima me da crumpets. Es un gozo visitar a esa mujer. ¡Mil gracias!.

Aprovechando el fotogénico techo del British Museum
Para que vean que el ángulo sí importa, me veo más panzona de lado

Con los acompañantes en un pub
(para los Austinitos) ¡Encontramos el original!

1.7.09

La oferta cultural londinense

Una caraterística genial (y al mismo tiempo abrumadora) de Londres, es que tiene una oferta cultural inmensa. Dirán que Nueva York también, y estarán en lo cierto, pero en Londres por alguna razón es más visible. Por otra parte, mi sesgo personal hacia la música inglesa es de sobra conocido, asi que la cantidad de cosas que me interesan es enorme. Decidí ni siquiera intentar entrar a una tienda de música, porque la vez pasada la oferta me pareció tan monstruosa, que salí agobiada y sin comprar nada. Fui a ver una película, pero se me antojaron unas veinte.

Marea caminar por West End, donde están la mayoría de los teatros. La cantidad de obras y musicales disponibles ya es apabullante, pero cuando uno ve el calibre de los actores que está sobre los escenarios... cámara. Me gusta que arriba de las marquesinas de los musicales ponen unas cosas de lo más exageradas, como un inmenso tacón para "Priscilla, queen of the desert" y asi.

No pude resistir la tentación de pagar un dineral por visitar el nuevo "museo" llamado British Music Experience, dentro de la arena O2 (un poco también para desquitarme por la cancelación de mi concierto). Se trata de un espacio interactivo que ilustra profusamente el rock/pop británico desde 1945 hasta la fecha. Hay vitrinas con memorabilia, pantallas con mesas redondas (muy buenas) para escoger, lineas de tiempo musicalizadas, videos variados, una cabina de baile, un laboratorio de guitarras Gibson y otras cuantas cosas que no alcancé a ver. Mi pieza favorita fue sobre el famoso "great divide", que fue la clara división entre los músicos comprometidos social o politicamente durante la era Thatcher, y los músicos fresas que andaban de reven. Uno escoge un año de la mencionada era, un titular de periódico o pedazo de discurso de la dama de hierro ilustra la atmósfera del tiempo, de un lado aparece un video de una banda combativa (por ejemplo Pink Floyd, Smiths, Genesis) y del otro lado un video de una banda fresa chacotera (Duran Duran, Rick Astley, Culture Club). La calidad de los aparatos interactivos es muy alta, entiende uno mejor el precio del boleto. Creo que si el museo fuera sobre pesca en altamar, igual hubiera ido por ver el diseño, siento que vi un ejemplo de lo que los museos van a ser en el futuro. Y claro, la cantidad de buena música que ha salido de esa isla es asombrosa, algo ha de tener el agua ahi.

Cerré mi productiva visita con una deliciosa comida hindú con Acely. Siempre he pensado que la comida hindú y la mexicana tienen mucho que ver, pero ahi probé por primera una vez una salsa que sabía idéntica a algo que podría uno comer en Puebla o Oaxaca. Rico rico, una magnífica manera de cerrar un exitoso viaje (salvo por la falta de concierto). Aprovecho para agradecer públicamente a mi anfitriona que me trató a cuerpo de reina durante mi estadía... eres la onda amiga.


Marquesina adornada
Oferta teatral de un día cualquiera
Battersea Power Station (la referencia aca)
O2 arena

30.6.09

More London

Una de las ventajas de visitar una gran capital europea es que hay buenas posibilidades de ver a amigos variados. En esta ocasión me dio mucho gusto poder encontrarme con Ayari, a la que no veía hace muchos años (creo que desde que nos vimos en el estadio cuando los pumas fueron campeones por primera vez en la década). Aprovechamos la tarde para chismear, caminar por Hyde Park, chismear, caminar por Notting Hill, chismear, y comer tacos dos tres decentes. Muy a gusto.

Al día siguiente, Acely me acompañó a visitar la galería Tate Britain, no sin antes desviarnos para fotografiar una gran portada del rock británico por ahi cerca. La colección implica un ilustrativo repaso histórico de el arte inglés hasta el siglo XIX. Entre las cosas que más disfruté estuvieron: varios retratos que John Singer Sargent pintó durante sus estadía en Inglaterra, los maravillosos colores usados por Sir John Everett Millais, asi como la enorme y fabulosa colección de J M W Turner. Redondeamos el día en West End comiendo sushi y viendo una película sueca de vampiros (Let the right one in, buena), con lo cual logré un nuevo record personal de ver dos películas suecas en cinco días. Le dimos una repasadita a Pcadilly Circus y Soho antes de volver a la casa.

Eventualmente tuve que enfrentar mis responsabilidades, asi que me pasé buena parte de un día visitando museos y ciudad yo solita. Comencé por la National Gallery. Si uno ya visitó otros museos importantes de arte europeo, la galería no contiene muchas novedades, pero eso no quita que la colección sea muy importante y muy placentera para visitar. Contiene varias pinturas emblemáticas flamencas, italianas, alemanas y demás, entre las que resalta (en mi humilde opinión) la Venus con espejo de Velázquez y otros varios Turners, que nunca me cansaré de ver. Caminé por la rivera sur del río hasta alcanzar la Tate Modern, cuyo edificio realmente vale la pena visitar, pero cuya colección me desilusionó un poco. No es el equivalente del siglo XX de la Tate Britain. Es un hecho que tiene una buena colección de arte moderno, hasta ecléctica diría yo (incluye Riveras, Siqueiros y Tamayos, por ejemplo), pero la museografía hace algo difícil disfrutar las obras. No hay una organización cronológica ni estilística, o si la hay, no queda clara para nada. Entre otras cosas yo pensé que me iba a dar una buena empapada de Bacon, y sólo encontré un par de cuadros suyos.

Crucé el wobbly bridge (puente bamboleante) hacia la catedral de Saint Paul para luego adentrarme en las entrañas del metro, que por cierto todo el tiempo me hizo sentirme como un hurón en un complejo de tubos conectados. Es un sistema dos tres claustrofóbico al que el nombre de tube le queda mandado a hacer. Me encontré con el Verde para cenar en un rico restaurant thai (¿se nota que extraño la comida asiática?) en el que desquité toda la caminada del día. Completé asi otra jornada redonda en esa gran ciudad.

Inenarrable monumento que le construyó Victoria a Albert
Con Ayari en Hyde Park
Acely y yo junto cerca del sitio de la célebre portada
Picadilly Circus
National Gallery
Trafalgar Square
Una de las muchas vistas fabulosas del río

Tate Modern

Wobbly bridge y Saint Paul's


27.6.09

Knole

Me enteré de la existencia de Knole, no por ser la casa que inspiró Orlando de Virginia Woolf, sino por haber leido parte de la fascinante historia de Vita Sackville West, que mi padre resume muy bien aqui. Vita pasó su infancia en éste castillo, que ha sido habitado por su familia desde hace siglos. Cuando Acely propuso hacer una visita al lugar, me apunté de inmediato.

El lugar lo construyo en el siglo XVI el arzobispo de Canterburry, nombrado por Enrique VIII. Le quedó tan agradable, que el rey decidió que le gustaba para regalo y se lo quedó para si mismo. En el siglo XVII Knole pasó a formar parte de las propiedades del primer Conde (Earl) de Dorset, que era un Sackville. Después de seis condes el título se tranformó en el de Duque, de los cuales hubo cuatro. De ahi para adelante quedaron puros Señores (Lords), todos Sackvilles, que siguen viviendo ahi hasta el día de hoy. La parte del castillo que uno puede visitar contiene pinturas, muebles y objetos variados que la dinastía acumuló durante los siglos. En la entrada se puede admirar el manuscrito original (a mano) de Orlando.

Los terrenos alrededor del castillo son enooormes, campiña inglesa sobre colinas hasta donde alcanza la vista. En un solo paseo, uno puede tener una lección de historia y un agradable día de campo (que por supuesto tuvimos). Entre los mayores atractivos del exterior, se cuentan los venados que pululan como Pedro por su casa. Al principio me emocioné mucho de ver uno, luego tres, ¡luego cinco!. Hacia el final, nos topamos con un grupo de decenas, todos muy amigables y poco preocupados por la presencia de los visitantes humanos. Dado lo fácil que es tomar un tren hacia alla desde Londres, me sorprende que no hubiera más visitantes en un día tan bonito como el que nos tocó.

El castillo
La campiña
El punto para nuestro picnic
La entrada
Se puso de pechito pa' la foto
Pequeño jardín interior
Venado amigable (encimoso de hecho)
Un español irresponsable que por poco y le da ¡queso! al venado
Venados despreocupados

26.6.09

London baby!

Sólo había estado una vez en Londres, para la boda de mi querida Acely. Aquel viaje fue muy lindo y emotivo, pero obviamente no alcancé a visitar gran cosa en la ciudad. Usando a Depeche Mode de pretexto (que se cebó porque el concierto fue pospuesto) éste fue el viaje del desquite. Le di un uso muy eficiente a mi tiempo ahi, entre otras cosas gracias al régimen turístico-militar de mi querida amiga, que siendo honestos, vale toda la pena, sólo asi se aprovecha bien el tiempo.

Arrancamos el paseo yendo a Camden, que es como un chopo glorificado, o el ombligo del mundo para todos los punketos, darketos, raveros y demás tribus urbanas. Miles de tiendas y puestos con ropa y chunches estilizadas, y claro, decenas de representantes de las tribus de marras. Desafortunadamente no pude tomar muchas fotos de la fauna local (por temor a que se pasaran a molestar sobre todo). Entre los lugares dignos de mención está una tienda gigantesca, toda iluminada con luz negra, llena de ropa y accesorios fosforilocos, y con una colección excelente de ropa de los supersónicos. Si viviera ahi, me iría a surtir para halloween.

Proseguimos el camino para llegar por la parte alta de Regents Park, que es bastante extenso y tiene muchos tipos distintos de jardines. Dado que le día estaba esplendoroso, el parque estaba bastante lleno de visitanhtes variados, hasta una boda nos tocó ver. Van a decir que que simple, pero me causó muchísima gracia ver una cascarita de cricket (capaz que era una liga llanera), en efecto es popular el juego.

Al acabar con el parque nos encontramos con Alejandro y Elisabeth para un sabroso almuerzo griego, y luego pulular por Covent Garden. Logré ver con mis propios ojos el restaurant mexicano llamado wahaca, y todavía no me sobrepongo del nombre. De ahi partimos raudos y veloces hacia Greenwich para encontrarnos con Mark primero y con Amanda después. Amanda tiene una amiga que trabaja en el planetario del observatorio, y que amablemente nos recibió para uan función privada de un video de divulgación en el que Amanda es entrevistada. Hace años que no iba a un planetario y se me había olvidado lo entretenidos que son. Una vez mas me sentí afortunada por pertenecer a la profesión de la astronomía, tenemos montones de cosas bonitas y emocionantes que mostrarle al público en general.

Cerramos el día cenando en un pub local, en el que mi club sandwich dejó bastante que desear, pero donde los postres estaban bastante buenos. Ahi me percaté de que todas las personas sentadas en la mesa ya había compartido una reunión social en Oaxaca (ahora sí bien escrito) hace un par de años: mi boda.

Camden
Tienda fosforiloca
Mi amiguita y yo
Recién llegadas a Regents ParkLa cascarita de cricket
Muchas, muchas rosas
La parte baja del parque
Un pie en cada meridiano
La banda antes del planetario
En el planetario
Atardecer en Greenwich

24.6.09

Preston and Nottingham

Tres días después de volver de Japón, volé a Manchester para luego tomar un tren hacia Preston, que es la ciudad donde se aloja la University of Central Lancashire. La razón que me llevó ahi fue dar una plática y conversar con los amables colegas que me invitaron. Ambas actividades fueron realizadas con éxito, razón por la cual terminé mi breve visita celebrando con una guiness. La última vez que había tomado guiness fue hace doce años en Las Vegas para celebrar el concierto de cierta banda irlandesa y no me gustó nadita en ese entonces. He de decir que la versión servida propiamente en un pub inglés sabe mucho mejor que el recuerdo de la versión enlatada de hace años.

De Preston tomé un par de trenes que me llevaron a Nottingham, donde la misión principal era visitar a mi querida Amanda. Amablemente ella se tomó el día siguiente para pasearme por la pintoresca ciudad de Robin Hood. Entre muchas cosas interesantes, hay una pelea entre varios pubs por declarase "el pub más viejo de Inglaterra". Se descalifican unos a otros por tecnicismos como que empezaron como inn y no fueron pubs hasta después, o que no funcionaron de manera continua a través de los siglos. Como sea, los pubs que visité tienen mucha personalidad, y a decir verdad, tienen comida bastante decente, ¿quién iba a pensarlo?.

Por supuesto que hicimos una visita al viejo castillo de Nottingham y a las célebres estatuas que lo rodean. La construcción que existe ahora no es la del castillo original, que al parecer tuvo épocas gloriosas con la realeza, porque éste fue destruido por órdenes del parlamento en el siglo XVII. Un duque construyó un palacio en su lugar, pero una horda de inconformes le prendió fuego en el siglo XIX. La casota que alberga el museo de ahora usó el cascarón del palacio, pero quedan para la exhibición los túneles que se usaron durante siglos para abastecer al palacio y como mecanismo de defensa. Tomamos un tour que nos llevó por dichos túneles y nos escupió practicamente en la puerta del pub... ni modo que no entráramos.

Decidí invitar a cenar a Amanda por su reciente cumpleaños. Fuimos a un restaurant francés y nos dimos una buena atascada. Haciendo elecciones meditadas, uno puede comer muy bien en Inglaterra. Cerramos el día yendo a ver una película sueca muy recomendable llamada en inglés Everlasting Moments. En total la pasé muy a gusto duarnte la breve visita a esa región del Reino Unido.


Guinnes servida sobre licor de red currant (no es la que yo me tomé, por cierto).
Mis amables anfitriones en Preston, Victor y Markus.
El león de Nottingham y la puma mexicana.
Uno de los pubs de la pelea.
Otro de los pubs de la pelea, en el que comimos rico.
Ayudándole a Robin Hood.
En uno de los túneles del castillo.
Donde nos escupieron al final.