A pesar de que mis desplazamientos son más lentos y mis necesidades alimenticias más demandantes, logramos visitar varios museos, ir al cine y a oir música sin muchos contratiempos. Los museos fueron: el British (dos veces), la Tate Britain y la National Portrait Gallery para ver la exposición especial de Irving Penn, que está buenísima pero algo apelmazada (poco espacio para tantas fotos). Nos tocó buen clima, casi nada de lluvia, pero dos tres frío. Tal vez por eso al final tomé tan pocas fotos, porque estábamos todos cubiertos de abrigos. Nuestros acompañantes fueron Acely y Mark, nuestros anfitriones, y el Verde. Un día logramos ver a nuestra amiga Audra que también estaba ahi por trabajo (y luego dicen que facebook no sirve para nada).
Hicimos también uso y abuso de la magnífica oferta culinaria londinense (thai, coreano, japonés, hamburguesas, griego, mmmh). El descubrimiento culinario del viaje fue 100% inglés. Se trata de los deliciosos crumpets, que no entiendo por qué no había probado antes. Declaro desde ahora a los crumpets como una de las mejores superficies en la cual poner mantequilla y cosas dulces, he dicho.
Un párrafo especial se merece mi querida Acely, que una vez más nos dió tratamiento de realeza durante la visita. Creo que nunca voy a aprender a navegar en esa ciudad porque ella me trae y me lleva por el complicado tube y por los entretenidos camiones, me encuentra los mejores restaurantes y pubs, las mejores tiendas, los mejores cines, consigue boletos para conciertos... y encima me da crumpets. Es un gozo visitar a esa mujer. ¡Mil gracias!.
Aprovechando el fotogénico techo del British Museum


