Gracias a un error de la agencia de viajes, acabamos con un vuelo que llegó en la madrugada del sábado. Tanto Leah como yo estábamos hechas trizas, así que estuve como zombi todo el día cuidándola, y me fui al foro sol hasta bien entrada la tarde. Llegué a ver a Alfonso Arreola, que me cae muy bien, y cuya música me gusta, pero sí me queda claro que hay que estar en espíritu clavado para disfrutarla plenamente. Vi un poco de otra banda de Guadalajara cuyo nombre no recuerdo (¿Adai?) y más bien decidí ir a buscar a mi querida Ana y a sus hijas al escenario principal.
Disfruté enormemente el set de Los Bunkers, a los que tenía ganas de ver desde hace rato. Salieron cumplidores y no era nada fácil con esa enorme audiencia que estaba electrizada esperando el plato principal. La nostalgia empezó a pegar con tubo con Los Enanitos Verdes. Me sorprendió que no solamente suenan igualitos, si no que hasta se ven igualitos. Fueron el primer jalón hacia los recuerdos de la secu.
Y bueno... llegó la hora esperada por todos (70,000 almas). La mejor manera de describir lo que pasó es como una enorme comunión de nostálgicos y jóvenes bien educados. Hacía mucho que no sentía tanto amor y entrega en un concierto. La gente estaba dispuesta a recibir cada canción como un regalo exquisito. En mi humilde opinión no faltó ni sobró ninguna canción. Tocaron bastante meas de lo que yo hubiera esperado para un festival. La banda coreó practicamente cada una de las canciones junto con ellos. Muy emocionante, muy lindo, fui muy feliz de haber estado aquí para presenciar el histórico momento.
El domingo volví a llegar tarde, a tiempo para asomarme a la Mala Rodriguez. Sus interpretaciones no me enloquecieron, pero hay que aplaudir a cualquier rapera que decida salir al escenario con medias de red, tacon de aguja, liguero y corset. Está muy guapota. Gracias a la Mala, me perdí buena parte del set sorpresa que reunió a medio mundo para hacerle un homenaje a Cerati, solo llegué al final. Sigue partiéndome el corazón oir sus canciones, supongo que algún día nos acostumbraremos a tenerlo sin tenerlo.
Vi un peazo de The National (no es lo mío) y decidí exgarme una escapada para ver un poco de Adanowski. Lástima que su set se encimaba con el de Babasónicos, porque sólo pude ver tres canciones. Me dejó con ganas de más. Llegué a tiempo para ver a los argentinos, que fueron mi mayor pretexto para ir el domingo. El ingeniero de sonido medio me arruinó el set porque sonaba terrible. Me dió lástima ver al pobre de Adrián deshaciéndose en el escenario y que no saliera por las bocinas. De ahi ya me quedé a esperar a los Chemical Brothers, y valió toditita la pena la espera. Que fabuloso show ponen usando un cilindro de luz y dos pantallas en el escenario. Es increible lo placentero que puede resultar el punchis cuando es de calidad y viene acompañado de buen diseño gráfico.
Quedé cansada pero muy contenta de haber ido. Al parecer todavía puedo consumir festivales con moderación. Mención aparte a los retrasados mentales que diseñaron la salida del Foro Sol. No se a quién se le ocurre sacar a 70,000 personas por UNA puerta de tres metros de ancho. Animales.
Esperando a Caifanes |
Ofrenda a Rita |
Homenajeando a Cerati |
Tlaloc de banderitas |
De día |
Chemical Brothers |
3 comentarios:
Que rico que fuiste a dos días del vive. La salida del foro es nefasta. Ya forma parte del pool de pros y contras cuando decido si ir o no ir.
Me hago viejo...
Sigue Gozando!
I love The National! Sounds like such a fun festival, although I'm not familiar with all the musicians. Yay that you got to go!
Prueba de la tia Belina
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