Gracias al fabuloso sistema de navegación que tenía el coche que rentamos (a cuya voz decididmos llamar Sofía), llegamos a Praga sin ninguna complicación... amo los sistemas de navegación.
Decidimos empezar nuestra visita por el barrio judío. En un espacio de pocas cuadras se encuentran varias sinagogas, el viejo cementerio y algunos museitos. Pasear por ahi es una de las pocas oportunidades de ver varios edificios de un antiguo ghetto juntos, en otras ciudades quedan partes, pero más esparcidas. La sinagoga más bonita, es la llamada ‘española’, que esta construida en estilo morisco y tiene una ornamentación preciosa. El diseño la hace diferente a las sinagogas normales, y hasta un organo tiene. Es de las épocas en las que las comunidades judías quisieron “imitar” las iglesias cristianas e hicieron sinagogas muy bonitas. Otra sinagoga funciona como memorial de las victimas del holocausto checas. Es un lugar muy sobrio pero muy impresionante porque tiene escritos en las paredes los nombres de cada una de las personas que se sabe que murieron en campos o durante la guerra. De ahi se pasa al cementerio, que forma una especie de colina y que por restricciones de espacio, tuvo que poner tumba sobre tumba, de manera que acabo elevando el nivel entero del piso. Las cabezas de las tumbas se conservan sobre la capa más reciente, asi que hay una densidad inmensa de piedras por metro cuadrado.
De ahi, se decidió hacer la primera incursión al puente de Carlos, que siendo la mayor atracción de Praga, está invariablemente atascado. La vista que uno tiene del rio y el castillo hacen que valga la pena el amontonamiento. Eventualmente, pudimos encontrar a efigie de San Antonio, para poderle tomar una foto a mi padre con su homónimo. Volvimos al centro, prontamente Niv y yo decidimos rajarnos de la caminata y nos metimos a tomar bebidas alcoholicas y calientitas mientars mis padres pululaban. El día acabó de manera perfecta con una visita a un restaurant que Niv y yo ya habíamos visitado antes y que es una delicia. Todo lo que comimos estuvo buenísimo y pesadísimo, cual debe ser en Europa del este.
El día siguiente fue dedicado al castillo. Ahi, además de encontrarse la sede de los poderes de la república, se encuentra la catedral de San Vito, el viejo palacio que ahora es un museo y una hermosa callejuela llamada el callejón del oro que están adentro de unas casitas de colores... no hay oro, pero hay unas tiendas monísimas. Desafortunadamente, había bastante gente y hacía un frío dos tres rudo, asi que vimos los exteriores a alta velocidad. Lo que si disfrutamos ampliamente fue al catedral de San Vito. Entre los espectaculares vitrales que se veian perfectos con el día soleado, los altísimos techos góticos, y todas las estructuras hechas de madera, no queda más que aceptar que las catedrales góticas fueron la cúspide de la arquitectura religiosa.
De bajada del castillo, de nuevo paramos en un restaurant que ya habíamos visitado porque recordábamos un magnífico gulash. No nos decepcionó, el gulash estaba excelente y encima de todo Niv pidió una sopa de cebolla que recordaré para siempre, muy espesa, muy condimentada, muy oscura, y perfecta para un frío día invernal.
Ya para acabar, entramos a la iglesia de nuestra señora, que está en plena ciudad. Lo que más me atrajo fue enterarme de que la tumba de Tycho Brahe (célebre astrónomo) estaba ahi. Busque la tumba por todos lasdos sin hallarla. Cuando por fín volví a la entrada y encontré una postal con una foto, me di cuenta de que no la encontraba porque estaba perfectamente escondida atrás de unas bancas y un árbol de navidad. Estoy de acuerdo con que la mayoría de la gente no sabe quién fue Tycho Brahe, pero es de calle la tumba más famosa en esa iglesia, ¿por qué demonios deciden ocultarla con parafernalia navideña?... me pareció de muy mal gusto.
Las fotos:
Kafka y yo
Cementerio judío
Reloj astronómico
Catedral de San Vito
Vitral y su proyección
La pareja en el callejón del oro
La inicial de Kafka y yo
El castillo
2 comentarios:
No están jalando tus fotos de este post
Tampoco yo las puedo ver
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