Salimos hacia Berlín en la mañana del 24 de diciembre. Jamás había visto una carretera tan importante tan vacía. En cuanto llegamos contactamos a Cristina, una reciente adopción de mi familia que ahora vive ahi. Ella amablemente se había dedicado a buscar buenas opciones para cenar cerca de nuestro hotel. Las opciones eran muy limitadas, pero al final terminamos cenando en un restaurant griego que no estuvo nada mal. He pasado navidades mas sui-generis que esta.
El día siguiente amaneció soleado, asi que aprovechamos para visitar la puerta de Brandenburgo y el adyacente edificio del Reichstag, cuya cúpula es uno de mis lugares favoritos en el mundo, podría estar ahi horas y horas. Tomé varias docenas de fotos. Visitamos el relativamente nuevo memorial del holocausto, que me gustó como obra, pero que no cumple la tarea de decir "hace setenta años se asesinaron millones de personas", si lo ves y no sabes que es un memorial del holocausto, nunca se te ocurriría que alguien sufrió nada. Enfilamos hacia Postdamerplatz y ahi me quedo claro que me sentía realmente mal la última vez que estuve en Berlín (por unas picaduras de chinches atómicas en Praga), porque no me acordaba de nada, como si no hubiera estado ahi.
Aprovechando los genrosos horarios de apertura, usamos la tarde para visitar el museo del judaísmo, que Niv y yo ya habíamos visitado, pero que por el mencionado malestar de la vez pasada, no recordaba en su totalidad. Éste museo me gusta mucho por varias razones. Casi siempre uno oye sobre el judaísmo de la mano del holocausto, que aunque sí está presente y bien explicado, no es ni remotamente el tema central de la exhibición. Lo que aqui se explica es cómo, cuándo y por qué llegaron asentamientos judíos a europa central, y la historia de esos asentamientos. Mientras se van explicando los fundamentos básicos de la cultura y religión judía, se van mostrando el papel que jugaron los asnetamientos en la economía y cultura de lo que ahora es Alemania. Hay una sección que hace una lista de muchos personajes célebres alemanes de origen judío que es muy impresionante por su vastedad. El bagage cultural y académico que Alemania perdió con el nazismo fue enorme. Finalmente, el edificio del museo, que es de los edificios mas extraños que yo haya visitado, tiene la mejor interacción con los contenidos que yo recuerde. Vale mucho la pena visitarlo.
Nuestro último día en Berlín fue utilizado para recorrer el centro, que solía estar en el este, y que sigue viendose en plena transformación. Entre renovar los edificios viejos, construir cosas nuevas y tratar de darle uan mano de gato a los horrorosos edificios estilo "realismo socialista", aquello es una mezcolanza muy extraña. Mi mamá acuñó una expresión para los edificios de la RDA, en lugar de decir que estaban "muy acá", decía que estaban "muy este".
Ya que el frío empezó a calar, nos metimos a un par de los integrantes de la isla de los museos. Primero visitamos el museo Pergamo, llamado así por contener un enorme templo griego que solía estar en la ciudad de Pergamo, antes de ser transportado a Berlín. Además de éste templo, el museo contiene una colección fabulosa de edificios y objectos de medio oriente, incluida una reproducción de la puerta de Ishar en Mesopitamia. Creo que es la mejor colección arequeológica que he visto del medio oriente, muy impresionante. Utilizamos el resto del tiempo para ver el museo egipcio, cuya pieza más famosa es el busto de Nefertiti, pero que tiene muchas otras piezas fabulosas. A diferencia de muchos otros casos en Europa, Alemania no se hizo de las colecciones arqueológicas por la vida de la colonización en los siglos XVIII y XIX, sino más tarde, cuando firmó acuerdos con varios paises para investigar y proteger grandes piezas de patrimonio histórico. Si las piezas se hubieran quedado en Irak, por ejemplo, no quiero ni pensar que sería de ellas ahora.
Cerramos la visita con una cena fabulosa en un restaurant Ruso (¿quién lo hubiera pensado?). Los platillos que pasaron por la mesa fueron: borsch, que es una sopa de betabel con crema; pelmeni, que son unos como ravioles que se comen con cremita; un estofado de cordero que viene en plato hondo pero cubierto como de pan; un stroganoff de sueño, que es carne con una salsa cremosa de hongos; y para terminar, un strudel de cerezas con receta de abuela judía... muy muy bueno. Para mayor placer, nuestro mesero era de lo más desmadroso asi que estuvimos bromeando con él toda la noche.
Fotos
La foto más alemana posible
La tropa en pleno (yo soy a la que solo se le ven los pies)
Casi toda la cúpula
El memorial del holocausto
Alexanderplatz
Mis padres con los que hace muchos años fueron sus tutores
Pedazo de la puerta de Ishtar
El ultrafamoso busto
2 comentarios:
Yo sigo teniendo la deuda de Berlín mmmm espero que antes de que se termine el año.
increiblemente hermoso el busto de Nefertiti y si, los pelmeni son la neta!
saludos
v g m
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