El tiempo no ha hecho mella en las capacidades musicales o cómicas de estos señores. Siguen encantando al público con el más simple guiño de ojo. Le decía a mi madre que a pesar de lo fabulosos que son sus números, no serían ni la tercera parte de graciosos si no estuvieran en argentino.
Esta vez el hilo conductor es uno de ellos tomando terapia en un diván. Es maravilloso como eso da pié a una enorme variedad de números, desde dos viejitas tomando el té y tocando canciones, hasta una secta de Nostradamus, pasando por la mejor pieza de la noche: la cumbia epistemológica. Nunca falta un número sólamente muscial, que en éste caso fue tocado con piano y un fantástico pelotófono.
El número extra del encore, que creo que ya había oido, me hizo llorar de la risa. Es imposible no salir con una sonrisa de oreja a oreja y un humor fabuloso después de ver a estos señores. Si se topan con la Lutherapia en cualquiera de sus formas (en vivo, DVD, o CD), no la dejen de tomar.
Les dejo acá abajo dos de las piezas más memorables.
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