11.5.11

El fin de una era


Hemos pasado los últimos cuatro meses refugiados en casa de mis queridos padres, gozando de su compañía y de su ayuda todo el tiempo. Resulta que todo lo que empieza tiene que terminar y que por fin nos mudamos a nuestra nueva casa para comenzar nuestra vida como familia independiente en esta ciudad. Me asombra cuánto trabajo me costó cortar el cordón umbilical esta vez. Por supuesto ayuda el saber que estamos a 15 minutos manejando los unos de los otros, pero es un hecho que tanto nosotros como Leah nos acostumbramos a la presencia de los abuelos y los vamos a extrañar. (Aclaro que hemos telefoneado y ya hasta hubo visita domicialiaria de la abuela... a dos días de la mudanza). Desde aca quiero agradecerles una vez más su hospitalidad y la mucha ayuda que nos dieron. La historia hubiera sido mucho meas complicada sin ellos.

El otro gran cambio de la semana es que Leah ya va a la guardería. Desde que la fuimos a inscribir quedó encantada con el lugar y se le lanzó a los brazos a su maestra. Ha repetido la movida todas las mañanas. Entre los reportes está que el primer día tomo una hora de siesta, cosa que la dejó muerta de cansancio en la tarde. Hoy tomó ¡cuatro horas de siesta seguidas!... estaba muerta de cansancio en la tarde. Supongo que poco a poco entrará en ritmo. La otra monería es que el lunes me la entregaron con todo y regalo del día de la madre. Me hizo un coqueto cuadrito con sus manitas impresas en azul.

La floja de mi hija sigue sin gatear, pero todo parece indicar que lo que le urge es caminar. Se para sola agarrándose de lo que puede, y cuando pone las manos en el piso, estira las piernas, como gorilita. Si está agarrada de algo, da pasitos de un lado al otro. En el area verbal, en estos días le da vuelta a su selección de sílabas: mamama, bababa, tatata, dadada, nanana, y ñañaña. A veces avienta otras vocales, a veces otros ruidos (que a mi me suenan a fonemas chinos). Seguido muestra emoción, aprobación o sorpresa levantando al trompita y diciendo ¡uh! (más o menos como en la foto).

Entre las cosas que va a extrañar mucho están los paseos que religiosamente le daba su abuelo en el parque, a veces acompañado de alguien más. Su parte favorita está entre subirse con él al columpio y darle vuelo a unos niveles sorepndentemente bestias para una bebé y aventarse por al resbaladilla. Ella grita de felicidad cuanto más rudo le dan en cualquiera de los dos. Supongo que ahora será disfrute de fin de semana.

Es asombroso lo bien y rápido que se adaptó a la nueva morada. Ha dormido como si nada, comido muy bien, se ha bañado sin repelar y ya hasta hizo migas con el vecinito de enfrente que tiene dos años y medio. Claro que ayuda el hecho de que su abuela ya la vino a apapachar una vez y que mañana vuelve a recibir visita de ambos abuelos... les dije que era duro para todos eso de la separación.

Y ahora la anécdota de la semana: Niv estaba en el cuarto de atrás tratando de domar a la lavadora (que no se dejó). Cuando Leah acabó de cenar me la llevé a ver qué pasaba y en lo que discutíamos el asunto, ¡zaz!, que se cierra la puerta de la cocina, dejándonos encerrados en el patio de atrás y sin teléfono. Entré en pánico pensando en una noche aciaga en el cuarto d elavado con mi hija muerta de frío y hambre... luego pensé que le podíamos pedir a algún vecino que le hablara a mi madre para que viniera a rescatarnos con su copia de nuestra llave... pero luego me llegó el momento McGyver. Agarramos un mecate para la ropa, le hicimos un nudito, lo metimos por la rendija alta de la ventana y eventualmente logramos abrir la ventana principal de la cocina. Ya con eso, Niv pudo agarrar una pala de cocinar para lograr empujar la cosa que abre la puerta. Nos salvamos gracias al mecate que compré ayer y que mi madre instaló inmediatamente. Cerca la bala.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicidades por su nueva morada; respecto a la gateada, hay al menos un antecedente de "paso de mandril" en su tío Teo, que también se negó a gatear como lo dictan las convenciones. Creo que Leah se saltará también el gateo y empezará a caminar como homo sapiens pronto.

Poc

Martha dijo...

Nosotros también nos quedamos con tremendo boquete en la casa. Pero en fin, así es la vida. Nos tendremos que consolar con algunos fines de semana.

Julia dijo...

I hadn't realized that you were living with your parents; I'm so glad that went well and was a lovely time. All I will say is that you are a better daughter than me. :) Enjoy settling into your new digs!