Fuera de eso, logramos disfrutar nuestro tiempo ahi ya que es muy agradable caminar por la quinta avenida mientras se muestrean los restaurantes. Puedo recomedar tres de ellos: 1) Madre Tierra, excelente carne y mariscos; 2) Karma Bagels, excelentes bagels en muchos estilos; y 3) una pizería cuyo nombre no recuerdo, pero que está en la esquina de la 26 y la quinta avenida.
La otra parte inesperada del viaje fue la cantidad de días fríos que nos tocaron. Estoy hablando de tener que usar chamarrita y de no ver a nadie en el agua. Teníamos la intención de "nadar" con Leah algunas veces, y al final sólo logramos meterla al agua una vez y que se quejara amargamente del frío. Yo misma sólo nadé unas tres veces en todo el tiempo que estuve ahi. En el lado bueno, disfrutamos mucho de estar tumbados frente a los fabulosos colores del Caribe aprovechando la brisa marina. En particular comprobé que eso de rentar camas es una manera genial de tener un bebé en la playa. Entre que a veces hizo frío y que me horrorizaba que Leah se quemara, no agarré casi nada de color. Así es la vida.
Sí, lo que le cuelga de la boca es baba. |
1 comentario:
The picture of your dad with the wrap cracks me up a bit. :) I don't think I've ever gotten my dad to wear one of the girls.
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